¿Liebre o tortuga? Según la fábula, el coche de combustión sería el ganador. Porque los eléctricos se han convertido en las liebres del mundo del automóvil. Lo último ha sigo establecer un récord de velocidad máxima, a 275 km/h.
275 km/h es un récord con algo de temerario cuando el límite no lo pone el coche, sino la longitud de la pista y el sentido común del piloto de pruebas de Rimac, el impronunciable Goran Drndak. Especialmente, si tu visión es mínima y solo estás buscando el punto de no retorno para frenar. Porque, a bordo del Rimac Nevera, Drndak ha logrado este récord conduciendo… ¡marcha atrás!
Todo nació de la broma -o chaladura, o arrojo- de los pilotos de prueba de Rimac, que comentaron que, con cerca de 2.000 caballos, el Nevera podría ser el coche más rápido del mundo circulando marcha atrás. Los coches eléctricos no necesitan engranajes para la marcha atrás, porque consiguen desplazarse en sentido contrario invirtiendo el sentido de giro del motor. Por tanto, en teoría, podrían circular a la misma velocidad hacia delante que hacia atrás. Y el Nevera había demostrado a principios de año que podía rodar en el sentido "bueno" a 412 km/h.
Esta velocidad hacia delante la consiguió en una pista de pruebas en Papenburg (Alemania), a la que acuden los fabricantes para desarrollar sus prototipos e incluso para que los prueben los periodistas. A esta misma pista fueron para rodar a la inversa. Según Drndak, que conducía mirando por el espejo, "lleva tiempo acostumbrarse, porque lo que tienes delante se aleja cada vez más deprisa y el cuello se te va hacia delante, como cuando frenas fuerte" (N.de R: un Bugatti Veyron al acelerar a fondo a 200 km/h empuja el cuello como al salir a fondo de un semáforo con un coche normal, con la mitad de caballos que un Nevera). La dirección del coche se mantuvo la de serie, de manera que las correcciones con el volante solo podían ser mínimas, si no querían batir también el récord de "mayor trompo del mundo".
Un movimiento del volante, cuando las ruedas direccionales están detrás, puede provocar un giro sobre sí mismo tan rápido -y violento- como en una carretilla elevadora.
El récord de velocidad marcha atrás se convierte en una proeza porque una cosa es que la potencia de los motores autorice esas velocidades y otra que el coche salga indemne, cuando la aerodinámica está desarrollada para no despegar del suelo cuando circula hacia delante. "La aerodinámica, la refrigeración, la estabilidad, no se han concebido para trabajar a esas velocidades marcha atrás. Las simulaciones habían mostrado que podríamos superar de largo los 240 km/h, pero no sabíamos cómo sería de estable, teníamos que entrar en territorios inexplorados", explicaba el ingeniero jefe responsable del Nevera.
¿Rueda hacia delante o hacia atrás? Los videos de youtube tampoco lo dejan claro, para eso estaba el comisario de Guinness.
Solo después de batir 20 récords distintos a lo largo de 2023 para coches eléctricos de serie, como el 0-100 en 3,21 segundos, el 0-200 en 11 segundos, o completar una vuelta al mítico circuito de Nurburgring en 7,05 segundos, alguien decidió que sus pilotos se podían divertir (y arriesgar un coche de dos millones de euros), circulando en sentido contrario al de diseño.
Por cierto, la serie de doce unidades decoradas como este Nevera Time Attack ya están vendidas. Que sí, que los coches eléctricos son electrodomésticos. Pero el término Nevera ha dejado de tener el mismo significado para los amantes de los automóviles desde que Rimac lo ha lanzado. Sí, nevera, pero objeto de deseo con cuatro ruedas.