Motor

Coches de hidrógeno, ¿una alternativa viable?

  • Si la energía que se utiliza en su producción es 100% renovable, eólica o fotovoltaica tendremos hidrógeno verde
  • Hay que utilizar gran cantidad de energía para producir hidrógeno como combustible a partir de agua
  • La ausencia, total en España, de hidrogeneras abiertas al público hace que el coche de hidrógeno sea una tecnología del futuro
El Toyota Mirai, de hidrógeno, junto a un autobús experimental de hidrógeno utilizado por Alsa en la Comunidad de Madrid

Carlos Cancela

El hidrógeno podría ser la alternativa ideal para conseguir una movilidad sostenible porque tiene muchas ventajas frente a los eléctricos. Sin embargo, como le sucede a la electricidad, también tiene sus sombras. Y la falta de infraestructura es aún mucho mayor que la de recarga del coche eléctrico.

Los coches de pila de combustible de hidrógeno son cero emisiones y disponen de la misma autonomía que los vehículos de combustión. Además, no se enchufan y sus tanques se rellenan en solo cinco minutos, en una operación similar a la de cargar un depósito de gasolina o gasóleo.

Un coche de hidrógeno dispone de un motor eléctrico que se alimenta de la energía procedente de la pila de combustible. Esta pila no se enchufa en ningún sitio, sino que en ella se produce una reacción química entre el hidrógeno almacenado en los depósitos del coche y el oxígeno que llega del exterior del vehículo. La electricidad que genera esta reacción, que se acumula en una pequeña batería, es la que mueve el vehículo.

Además del hidrógeno de sus tanques, esta tecnología necesita aire, que lo recoge del exterior, lo filtra y lo purifica y luego lo expulsa por el tubo de escape junto con vapor de agua. Otro plus beneficioso para el medioambiente. Asimismo, el hidrógeno no solo sirve para mover los vehículos sino que puede utilizarse en los hogares o la industria para generar electricidad o calefacción de una manera completamente limpia.

Luces y sombras

Hasta aquí, todo son ventajas, pero el hidrógeno como combustible también tiene sus sombras. La más importante es que si la fuente de energía empleada para generar el hidrógeno no es sostenible 100%, esta energía no será tan limpia como sería deseable. Esa es la diferencia entre el hidrógeno verde, 100% renovable, o el hidrógeno marrón, que se produce a gran escala en el mundo.

El hidrógeno es un elemento que se encuentra en la naturaleza, principalmente en el agua, y es una fuente de energía inagotable. Sin embargo, para que el hidrógeno sirva como combustible debe ser producido a nivel industrial ya que siempre está ligado a otro elemento químico, del que debe disociarse. Es la hidrólisis del agua.

Vector de energía

Para esta operación, que requiere una gran cantidad de energía, lo ideal es utilizar fuentes renovables, como energía fotovoltaica, eólica o hidráulica... En realidad el hidrógeno se considera un vector de energía. Eso significa que es algo donde metemos mucha energía, pero luego siempre podemos trasladar esos depósitos de hidrógeno y tendremos la energía asociada.

Pero, como sucede con la electricidad, no siempre el hidrógeno se obtiene de una forma 100% renovable. Aún se generan en el mundo electricidad e hidrógeno con fuentes contaminantes como el carbón, productos derivados del petróleo, o el gas natural, por ejemplo. Unos procesos nada limpios con la naturaleza.

Repostar hidrógeno es una operación sencilla y segura, solo requiere unos 5 minutos pero no hay hidrogeneras.

Otro problema con el que se encuentran los fabricantes de automóviles para lanzar modelos de hidrógeno es la ausencia casi total de 'hidrogeneras'. Solo en algunos países del norte de Europa se puede encontrar en número significativo. Las hay abiertas al público en California, en Alemania donde hay casi 90 estaciones de repostaje operativas, o en los países nórdicos. Pero por ejemplo en España no hay ni una sola que esté abierta al público en la que se pueda repostar hidrógeno a 700 bares de presión.

Una 'hidrogenera' es una estación de servicio similar a las que dispensan gasolina y diésel. El hidrógeno, que se puede almacenar y transportar, se encuentra en grandes depósitos y se sirve a los vehículos mediante una manguera similar a la que se utiliza con los otros combustibles. Sin embargo, la seguridad de estos establecimientos aún no se ha conseguido 100%. Además, la presión y la temperatura a la que se mantiene el hidrógeno, son, respectivamente muy elevada o muy baja.

Rebajar emisiones

En definitiva, el hidrógeno, como fuente inagotable de energía, sería una gran solución para rebajar las emisiones contaminantes no solo del tráfico de carretera, sino también de la movilidad marítima o aérea, o las que producen las calefacciones de los hogares o las industrias en sus procesos de producción. Sin embargo, la clave está en que su producción siempre debe ser a través de fuentes eficientes y cero contaminantes. Si no es así, no podemos hablar de una energía limpia.

Y tiene un problema importante, la falta de puntos de suministro que complica mucho el desarrollo y despliegue de esta nueva fuente de energía. En la actualidad Toyota y Hyundai son las dos únicas marcas que ofrecen de manera regular a una escala suficiente vehículos de pila de hidrógeno, una tecnología todavía muy lejos del uso generalizado.