Prueba Peugeot 308 BlueHDI 130: rompiendo tendencias
- Tiene un comportamiento dinámico excelente y un consumo muy bajo de solo 4,5 litros
Carlos Cancela
Probamos el Peugeot 308, un magnífico vehículo del segmento compacto, que, aunque superado por el concepto del vehículo todocamino tan de moda en los últimos años, sigue teniendo sus seguidores fieles.
Además, esta primera prueba del 308 la hemos hecho con una versión también poco demandada últimamente, pero muy buena: el equipado con un motor diésel de 130 caballos.
El resultado de esta combinación es de diez, por comportamiento dinámico, por su consumo de carburante, realmente bajo y también por la calidad general del producto. Y la mejor prueba es que este coche ha sido elegido finalista en el Coche del Año en Europa, siendo el único que no era un vehículo 100% eléctrico.
Los modelos compactos son una opción todavía muy válida para muchos usuarios, aquellos que buscan un comportamiento más dinámico y preciso a cambio de perder algo de capacidad interior y de posibilidades de circular fuera de la carretera. También pierden en otros aspectos en los que los modelos SUV ofrecen más opciones. Entre ellas el acceso al interior del vehículo o la visibilidad en circulación. Pero no se puede negar que el comportamiento dinámico de un coche más bajo y más pegado al suelo siempre será mejor que el de un SUV.
Además, los vehículos de tipo todocamino, más altos y con mayor distancia libre al suelo, han obligado a hacer los modelos compactos aún más bajos de lo que eran antes. Eso ha ocurrido no solo con el Peugeot 308, uno de los más bajos del mercado, sino también con el Ford Focus o el Seat León, entre otros. Todos ellos con un mejor comportamiento que sus antecesores, pero también más bajos y de peor acceso a su interior.
Un coche nuevo
El 308 es un coche completamente nuevo, que emplea una plataforma también nueva que es la clave del nuevo modelo. Es más largo y también más bajo, lo que repercute en su comportamiento dinámico mejorado con respecto a la anterior generación. Y esto ya era muy difícil, porque el anterior 308 fue capaz de hacerle sombra al intocable Golf. El modelo alemán siempre fue la referencia, pero ya en la anterior generación se vio al menos igualado tanto por el 308 como por el Focus. Y por qué no decirlo, también por el Seat León, con el que comparte plataforma y mecánicas.
El nuevo 308 es una clara evolución de su antecesor, mejorando algunos aspectos pero siempre sobre una misma base de un gran coche. Su interior, mejora su calidad percibida, emplea mejores materiales pero mantiene casi inalterado el i-cockpit, tan diferenciador. El volante es más pequeño que en cualquier otro coche del mercado y va en una posición más baja. Cuando lo vemos, parece sorprendente, pero después de solo unos pocos minutos el volante cae exactamente en la posición ideal para nuestras manos.
Sus diferentes pantallas ofrecen también una visión muy completa para el conductor. Un cuadro de instrumentos evolucionado del anterior que ahora proporciona una imagen en tres dimensiones mucho más agradable. Pero también es configurable. La que más me ha gustado es aquella en la que aparecen en primer plano en la zona superior las revoluciones a las que funciona el motor en modo digital y la velocidad, mientras que el resto de informaciones quedan en un segundo plano.
Teclas y botones
La segunda pantalla, en el centro, es muy completa, pero el coche dispone de teclas con las que gestionar parte de los sistemas del vehículo, algo que cada día es menos frecuente pero que, al menos yo, siempre agradezco. Sin duda la más importante es la de los modos de conducción, muy fácil de usar. De forma inmediata el conductor podrá pasar a un modo u otro de los tres disponibles.
Tres son los modos disponibles de conducción en esta versión con motor de gasóleo. Un modo Sport, el modo normal que se activa siempre al arrancar y un modo "eco" que resulta muy interesante. La razón es que limita la potencia del motor, lo que facilita la reducción del consumo aunque nosotros pisemos de más el acelerador. Lo mejor es que cuando realmente llega una situación complicada, un adelantamiento por ejemplo, si mantenemos el acelerador pisado el coche responde con fuerza.
Híbridos enchufables
El Peugeot 308 de esta tercera generación es un coche muy avanzado, pese a que nuestra prueba la hayamos hecho con el de gasóleo. De hecho es el primer 308 que ofrece la opción de las mecánicas híbridas enchufables, gracias a su nueva plataforma. En concreto son dos opciones diferentes, con 180 y 220 caballos de potencia combinada que le aportan la etiqueta "0 emisiones" y que completan la gama del modelo compacto de Peugeot.
Muchos fabricantes todavía mantienen sus variantes con motor de gasóleo, porque son realmente válidas para muchos usuarios. En este caso tenemos un coche que se mueve bien, con mucha alegría, con un empuje realmente bueno en todo el espectro de revoluciones pero que ofrece un consumo de 4,5 litros según el valor homologado.
Lo mejor es que esta cifra es muy real. En algunos modelos, sobre todo los que emplean un motor turbo de gasolina, las diferencias entre el valor homologado y el real de uso pueden variar mucho. Pero en este caso se puede rodar con cierta tranquilidad en el entorno de los 5 litros, e incluso por debajo, haciendo una conducción bastante ágil, sin ir pendiente del acelerador y sin necesidad de activar el modo Eco en su conducción.
Lo mejor de este 308 que hemos probado es su excelente comportamiento dinámico, que yo diría es el mejor del segmento compacto entre los vehículos de los fabricantes generalistas. Se mueve muy plano incluso cuando forzamos el ritmo de marcha, las suspensiones son firmes pero muy confortables y el conductor siempre tiene una sensación de control total de la situación.
Tengo que advertirles que nuestra unidad de pruebas contaba con el cambio automático EAT 8 de ocho marchas, que proporciona aún una mejoría en su comportamiento. Si el motor es muy elástico, gracias a este cambio de marchas tan eficaz siempre estaremos rodando en un régimen de giro por debajo de las 2.000 vueltas, e incluso de las 1.500 rpm cuando circulamos más o menos tranquilos por la ciudad o por una vía de circunvalación. Y eso es un gran ahorro. Por ello, me parece que la alternativa del cambio automático es casi imprescindible
Consumo ajustado
El motor es magnífico. Es el ya conocido del grupo Stellantis de 1.5 litros que proporciona siempre mucho empuje. Ofrece todo su par máximo a partir de las 1.500 vueltas, lo que permite una conducción muy suave y bastante silenciosa. Con un vehículo de casi 1.500 kilos de peso lograr un consumo de 4,5 litros, o menos de 5 litros en una conducción real, es una muy buena cifra. Y por ello una alternativa real para los usuarios que hacen muchos kilómetros cada día y que no necesitan entrar en el centro de la ciudad cada día. No tiene etiqueta "ECO" y por ello algún día pueden llegar problemas.
Además, no hay que olvidar que este modelo compacto de Peugeot tiene también una variante de carrocería familiar que aporta más espacio en la parte trasera, una mayor versatilidad de uso y todo ello sin perder ese aspecto exterior tan dinámico. La diferencia de precio entre ambas versiones se sitúa en torno a los mil euros, dependiendo de la versión elegida.
Tengo que reconocer que me ha sorprendido mucho este modelo. No había podido conducirlo antes y esta variante de gasóleo, quizá la menos interesante sobre el papel habiendo versiones híbridas enchufables, me parece una opción muy válida para muchos usuarios. Una estética impresionante, con un coche muy bajo, un frontal muy llamativo, una trasera también muy dinámica. Un interior muy centrado en el conductor, con un puesto de conducción muy bueno, y muy diferente.
En el lado menos positivo quizá sus plazas traseras que, pese a ser un coche más grande que su antecesor, no han ganado espacio para las piernas, y unas plazas traseras en las que los viajeros irán un poco hundidos, pero esas son las exigencias que hay que cumplir si se quiere tener un coche muy llamativo, de estilo muy deportivo, con el que es difícil pasar desapercibido.
Ficha Peugeot 308 130 CV
Motor de gasóleo: 4 cilindros en línea
Potencia máxima: 130 CV
Cilindrada: 1.499 cc
Combustible: gasóleo
Velocidad máxima: 207 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h, 10,6 segundos
Tracción: Delantera
Consumos homologado WLTP en ciclo combinado 4,5 litros.
Dimensiones (longitud/anchura/altura), 4,437 x 1,85 x 1,44 metros
Capacidad maletero: 412 litros.
Peso en vacío: 1.410 kg.
Precio: 28.220 euros.