Estos son los síntomas para saber si el líquido de frenos necesita ser sustituido
elEconomista.es
Un buen mantenimiento del vehículo puede suponer la diferencia entre evitar un siniestro o sufrir un accidente de tráfico. Y entre todos los sistemas de seguridad que componen el automóvil, el sistema de frenada es de los más trascendentes.
Mientras que algunos componentes, como el pedal, no necesitan cuidados especiales, otros, como las pastillas de freno, requieren sustituciones periódicas. Lo mismo ocurre con el líquido de frenos.
De hecho, este líquido en mal estado puede provocar que las frenadas sean más prolongadas en determinadas circunstancias. "Cuando, por ejemplo, por las altas temperaturas y por una frenada prolongada se llega al punto de ebullición del líquido de frenos, la humedad en líquido se convierte en gas", explican desde Elige calidad, elige confianza (ECEC), iniciativa formada por una veintena de los principales fabricantes de componentes adheridos a Sernauto.
"Así, con temperaturas elevadas, la evacuación del calor es más difícil y los discos pueden llegar a deformarse, elevando la temperatura de trabajo, lo que conlleva el riesgo de que el líquido de frenos pueda llegar a hervir y se produzca un bloqueo por vapor, o vapour lock, con ausencia de frenada", argumentan.
https://www.eleconomista.es/motor/noticias/11609092/02/22/Esta-es-la-manera-de-utilizar-los-pedales-del-coche-de-manera-eficiente-segun-la-DGT.html
Como este componente sufre con las altas temperaturas, el periodo de verano es cuando más puede afectar sobre el rendimiento del freno.
Según la iniciativa, el punto de ebullición de este líquido puede llegar a disminuir un 20 % en dos años debido al desgaste por el paso del tiempo y la absorción de humedad. Por ello, "es muy recomendable sustituirlo y seguir las recomendaciones de los fabricantes", apuntan desde ECEC.
Cuándo sustituir el líquido de frenos
Además de el periodo de validez recomendado, existen indicadores para intuir que el líquido está desgastado y, por lo tanto, necesita ser sustituido.
"Los síntomas de este potencial grave efecto son que notamos los frenos más 'esponjosos', con más recorrido, hundiéndose más el pedal, hasta el punto de que más adelante dejarían de funcionar", indican.
También, si se aprecian "ruidos o vibraciones al frenar, que el pedal de freno se hunde, está muy duro o pierde capacidad de frenado, deberíamos someter el vehículo a revisión lo antes posible", advierten.