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La guerra arancelaria puede arrastrar a la bolsa de EEUU a la 'Recesión de Trump'

    <i>Foto: Reuters</i>

    José Luis de Haro
    Nueva York,

    Sin solución a la vista de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, los principales estrategas de las distintas mesas de inversión continúan haciendo sus cábalas sobre lo que podría ocurrir en los próximos meses. Esta semana, Marko Kolanovic, de JPMorgan, avisaba en un informe a sus clientes sobre los efectos y oportunidades que podrían encontrarse en la renta variable estadounidense ante la incertidumbre de una "recesión de Trump".

    Kolanovic acuñó este término al considerar que "la guerra comercial ha anulado hasta ahora todos los beneficios del estímulo fiscal y si continúa, podría llevarnos a una recesión global". Según su perspectiva, si esta situación acaba por ocurrir "los historiadores bien podrían llamarla la recesión de Trump dado que estaría originada en gran parte por el pulso arancelario".

    Para este experto, la trayectoria de la bolsa americana podría dividirse en dos fases durante los últimos dos años: una en la que esta subió con fuerza en anticipación a la reforma fiscal que elevó los beneficios e impulsó la actividad económica y la segunda basada en "una guerra comercial que destruye el valor".

    No obstante, aunque este estratega reiterase que la economía estadounidense se enfrenta a una situación peculiar en la que un solo individuo, véase el inquilino de la Casa Blanca, puede interrumpir el comercio global así como los planes de inversión de las compañías, su postura no es bajista cuando se trata de la bolsa americana. ¿Por qué?, básicamente porque esta situación puede darse la vuelta en cualquier momento y algunos sectores y valores del mercado ya se han preparado para lo peor.

    De hecho, Kolanovic destacó como el presidente de EEUU se encuentra presionado para llegar a un acuerdo con China y relajar su azote arancelario si quiere aumentar sus posibilidades de ser reelegido en las presidenciales del próximo año. Según este experto si viéramos algún tipo de entente cordiale, el mercado de renta variable de EEUU podría experimenta un rally inmediato del 5%.

    "Si hay un acuerdo comercial, creemos que alrededor de la mitad del daño inducido en el mercado podría revertirse rápidamente", explica Kolanovic. "El bajo posicionamiento de los inversores y una divergencia sin precedentes entre los segmentos del mercado defensivo y de valor justifican la exposición a los segmentos sensibles al comercio, que descuentan una recesión", añadió.

    Por su parte, desde Citi, Catherine Mann, su economista global indica como la creciente incertidumbre derivada de la escalada de las guerras comerciales y el riesgo de recesión mundial normalmente habrían llevado a una mayor volatilidad de los mercados financieros. Sin embargo, aludiendo al modelo pánico-euforia de los estrategas del banco, Mann considera que es demasiado pronto para atisbar el fin del mercado alcista, que lleva vigente durante diez años.

    Aún así, los inversores se centran en una serie de obstáculos que deben superarse en las próximas semanas para mantener el sesgo alcista del mercado. Entre ellos se encuentra la reunión de la Reserva Federal. El resultado de la misma podría decepcionar si el banco central no ofrece una declaración que implique una postura más complaciente y telegrafíe una próxima rebaja de tipos.

    Más adelante, el próximo 28 y 29 de junio, se espera que la reunión del G-20 genere muchas expectativas pero podría culminar sin que China y EEUU relajen las tensiones arancelarias en curso.

    Finalmente, una vez finalice el segundo trimestre del año, la atención virará a los resultados de las compañías del S&P 500 para determinar si se materializará una posible recesión en los beneficios, lo que implica dos trimestres sucesivos de caídas en el beneficio por acción. "Actualmente, anticipamos una caída del BPA en el segundo trimestre seguido de un crecimiento casi plano para el tercer trimestre", anticipa Sam Stovall, director de inversiones de CFRA, quien destaca como desde la II Guerra Mundial, aproximadamente el 75% de todas las recesiones en los beneficios empresariales han precedido a una contracción en la economía.