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El pragmatismo de la Fed enfría las perspectivas sobre una rebaja de tipos


    José Luis de Haro
    Nueva York,

    La complacencia del mercado en lo que a la política monetaria se refiere ha vuelto a jugar una mala pasada entre muchas mesas de inversión. Las declaraciones esta semana de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, enfriaron de golpe y plumazo las expectativas de aquellos que ya daban por terminado el ciclo alcista iniciado por el banco central de Estados Unidos en diciembre de 2015.

    Con los tipos inamovibles entre el 2,25% y el 2,50%, donde planean mantenerse el resto del año, muchos fueron más allá al justificar que la moderada debilidad de la economía en el arranque de 2019, así como el enfriamiento de la inflación, forzaría al Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés), el órgano encargado de dictar el rumbo del precio del dinero, a bajar los tipos. Una postura prevista una vez que a la Fed se le acabase la paciencia y que los futuros proyectaban claramente que ocurriría al finalizar la comitiva del próximo 10 y 11 de diciembre antes de la última reunión de política monetaria.

    No obstante, el guardián que vela por el pleno empleo, una meta de inflación en el 2% y la estabilidad financiera se mostró pragmático el miércoles al no sugerir al mercado que la reciente caída en la inflación durante el primer trimestre alimentaría la posibilidad de que el próximo movimiento de la Fed sea una rebaja de tasas y no una subida el próximo año, como telegrafió el diagrama de puntos publicado el pasado 20 de marzo.

    Powell consideró que el reciente traspiés en los precios debería ser transitorio. No solo eso, aclaró que la Fed no cuenta con argumentos suficientes todavía que aventuren si habrá subida o bajada a medio plazo. "Tiene razón, el 50% de la disminución en la inflación del gasto de consumo personal subyacente desde los máximos de julio ha sido impulsado por los servicios financieros, y con el repunte del mercado de valores, deberíamos esperar que este componente vuelva a subir" explica Slok Torsten, economista global de Deutsche Bank.

    Durante la jornada del jueves, las expectativas de que los tipos se mantendrán sin cambios este año alcanzaron el 47% frente al 39% que continuaba digiriendo una reducción de 25 puntos básicos en la última reunión de política monetaria del año, según el FedWatch de la CME. Antes de la rueda de prensa de Powell, el porcentaje a favor de un recorte superó al de mantener los tipos sin cambios. Unas renovadas perspectivas que fuerzan al mercado a ser más realista. Todo ello después de conocer que Stephen Moore, una paloma empedernida a favor de bajar tipos y afín al presidente Donald Trump, quedará fuera de aspirar a uno de los puestos vacantes en el consejo de gobierno de la Fed.

    Dicho esto, para gustos, los colores. Mientras que desde BNP Paribas, su estratega, Timothy High, continúa esperando que la Fed "no suba tipos ni este año ni el que viene", desde Capital Economics, Paul Ashworth, insistía en que la inflación subyacente se mantendrá muy por debajo del 2% este año algo que forzará al FOMC a recortar tipos antes de que termine el año. "Esperamos que el efecto rezagado de una política monetaria más restrictiva y el debilitamiento del estímulo fiscal se traduzcan en una desaceleración notable del crecimiento de la demanda interna en la segunda mitad de este año", avisa.