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El mercado espera que Indra reparta dividendo en 2019, tras seis años de sequía

  • Se prevé que el margen bruto de la firma supere el 10% este año

Víctor Blanco Moro

La reestructuración que ha llevado a cabo Indra durante los últimos años parece que va a empezar a dar frutos este año, en forma de dividendos. Es la opinión de los expertos, que prevén, según el consenso de analistas que recoge FactSet, que Indra volverá a retribuir a sus accionistas con dividendos en 2019, algo que no ha hecho en los últimos años, concretamente desde 2013, un periodo en el que la compañía ha pasado por momentos complicados y por un proceso de cambios, incuido en la presidencia.

El mercado también parece confiar en la recuperación y es posible que haya muchos inversores que hayan confiado en la vuelta del dividendo, teniendo en cuenta que Indra es una de las firmas más alcistas del Ibex en 2019, con un repunte del 26,3 por ciento en lo que va de año.

Con todo, los expertos esperan que la firma, para la que se puede dividir su negocio en dos patas, el de soluciones tecnológicas y el de transporte y defensa, vuelva a superar un margen bruto del 10 por ciento, que seguirá creciendo durante los últimos años, mientras sigue reduciendo su endeudamiento, uno de los riesgos más importantes para algunos analistas.

Desde UBS, por ejemplo, tienen buenas perspectivas para la compañía española y le otorgan un potencial alcista de más del 20 por ciento, hasta los 12,50 euros en los que sitúan su precio objetivo, pero destacan entre los riesgos que presenta la firma española un "apalancamiento financiero elevado", y señalan que "si siguen fallando en la generación de flujo de caja y el apalancamiento financiero sigue creciendo, como ha ocurrido en los años recientes, no podemos descartar la necesidad de un proceso de recapitalización que podría ser severamente dilutivo para los accionistas", explican desde la firma suiza.

Reestructuración y plan estratégico

Tras la llegada de la crisis financiera global, Indra empezó a tener problemas. En 2009 la firma logró alcanzar un beneficio neto de 196 millones de euros, el más alto de su historia, y en ese punto las ganancias de la compañía empezaron a menguar. Año tras año, Indra cada vez ganaba menos. El problema, además de la ralentización del mercado nacional para la empresa según explican fuentes del mercado conocedoras de la compañía, eran varios proyectos que estaban dando problemas en Brasil. Estos dejaban pérdidas en muchos casos porque se trabajaba con márgenes estrechos y normalmente en este tipo de negocios se incluye una cláusula de penalización si hay retrasos en las operaciones o problemas de calidad.

Las ganancias de la firma fueron cayendo año tras año, llevando a pérdidas a la compañía de 92 millones de euros en 2014, y de 641 millones en 2015, debido al proceso de reestructuración y a las provisiones que tuvo que llevar a cabo la compañía durante esos ejercicios. Fernando Abril-Martorell había cogido las riendas de la firma a principios de 2015, sustituyendo a Javier Monzón, quien había ocupado la presidencia de la firma desde su fundación, en 1993.

Abril-Martorell lideró la reestructuración, que generó las grandes pérdidas en 2015. La plantilla de la compañía, que actualmente emplea a más de 43.700 personas en todo el mundo según Bloomberg, no fue la única que sufrió recortes, ya que el dividendo se eliminó en una empresa que llevaba más de una década repartiendo como mínimo un 2 por ciento anual, y que en 2011 llegó a retribuir un máximo de casi el 5,5 por ciento al accionista.

Tras la tormenta de 2015 se presentó el plan estratégico 2016-2020, una hoja de ruta que apuntaba a un crecimiento de los ingresos a un ritmo de "un sólo dígito bajo", y crecimiento del ebit del 10 por ciento anualizado durante esos cuatro ejercicios. Además, entre otras cosas, la firma se comprometía a continuar con el desapalancamiento financiero y a volver a instaurar el dividendo, además de llevar a cabo adquisiciones selectas de compañías.

Cumple el plan y sigue adelante

Ahora, los expertos consideran que la firma será capaz de cumplir cuatro de estos cinco compromisos, ya que el consenso de mercado que recoge FactSet cree que se quedará a las puertas en el que atañe al ebit: para alcanzar el crecimiento anualizado del 10 por ciento, desde los 180 millones que logró la firma en 2016, en 2019 debería lograr 240 millones, y un año más tarde 263 millones mientras el consenso espera ahora que logre 234 y 258 millones, respectivamente.

En cuanto a los ingresos, los expertos creen que logrará un incremento anualizado superior al 1 por ciento en este periodo, pasando de los 3.121 millones de euros que logró en 2016 a 3.267 millones que estima el consenso en este momento para el año 2020.

Los resultados del último trimestre de 2018 han sido claves para que algunos confíen en el cumplimiento del plan estratégico: desde JP Morgan señalan cómo "después de los resultados del tercer trimestre el mercado tenía dudas persistentes sobre la habilidad de Indra de cumplir sus compromisos, teniendo en cuenta lo que esto requería de cara al cuarto trimestre. De esta forma, estamos satisfechos con que la empresa haya logrado alcanzar lo pactado en el trimestre, cumpliendo con la guía".

También se confía en la capacidad de la empresa de continuar con el desapalancamiento financiero: cerró 2018 con una ratio de deuda sobre ebitda de 1,7 veces, y el consenso de mercado que recoge FactSet estima que lo irá reduciendo con el paso de los años: prevén que cerrará este año en las 1,2 veces y que caerá hasta las 0,8 veces en 2020, y 0,3 veces en 2021, siendo este año una de las empresas menos apalancadas entre las que conforman ahora el Ibex 35.

En cuanto a las adquisiciones, muchos expertos ven con buenos ojos la compra de Tecnocom que se llevó a cabo en 2017, que creaba el líder en España en el negocio de las soluciones tecnológicas, y propició que la empresa expandiese su negocio y metiese un pie en el negocio de los pagos digitales, en el que hasta ese momento no tenía demasiada presencia.

Ahora, el consenso de mercado espera que por primera vez desde 2013 Indra vuelva a repartir dividendos, cumpliendo así con su promesa en el plan estratégico, un año antes de su cumplimiento. Los expertos pronostican que repartirá un 1,65 por ciento en 2019, un 2,4 por ciento en 2020, y un 2,54 por ciento en 2021. Desde Divacons Alphavalue tienen perspectivas todavía mejores: "Según nuestros modelos de valoración, para 2019 tenemos previsto que Indra vuelva a repartir dividendo, en este caso de 0,34 euros por acción". Esto supondría una rentabilidad del 3,3 por ciento a precios actuales.

Por su parte, desde Auriga también confían en que la firma vuelva a retribuir por esta vía: "Los fundamentales presentados por la compañía han recuperado el buen tono durante los últimos trimestres, con incrementos asentados del flujo de caja y con la posibilidad de su vuelta al pago de dividendos", explican.

Márgenes y buena recomendación

El restablecimiento de los márgenes también juega un papel importante en el buen año que están viviendo las acciones de la firma, ya que hace pocos meses era una de las grandes preocupaciones de muchos expertos para la compañía. En 2012 la firma dijo adiós a los márgenes brutos por encima del 10 por ciento, y no los volvió a recuperar, con la excepción de 2017, cuando lo incrementó hasta el 10,02 por ciento. Sin embargo, de cara a este año y los siguientes, los expertos esperan que la firma los consolide por encima de este nivel, en un 10,4 por ciento para 2019, un 10,9 por ciento para 2020, y un 11,3 por ciento para 2021, el más alto desde 2009, el año en el que la firma logró alcanzar su beneficio histórico.

La recuperación que cada vez es más evidente en la empresa ha llevado a los expertos a mejorar la recomendación para sus títulos: lleva siendo un mantener desde el año 2016 pero, hace un año, en abril de 2018, la firma rozaba la recomendación de venta, y ahora está muy cerca de conseguir la de comprar.