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Endesa mira a las renovables para llenar el hueco que dejará el negocio tradicional

  • La compañía tiene grandes oportunidades para aprovechar en energía verde

Carlos Jaramillo

Diez años después de que Borja Prado fuese nombrado presidente de Endesa y de que Enel llegase a un acuerdo con Acciona y se convirtiese en el principal accionista de la firma -por aquel entonces pasaba a controlar el 92,06 por ciento del capital-, la compañía afronta una nueva era. Juan Sánchez-Calero ha sido nombrado presidente no ejecutivo, en un movimiento que ha hecho que José Bogas, consejero delegado, concentre los poderes ejecutivos.

Así, será el encargado de liderar el proceso de transformación de la empresa y tendrá como reto sustituir la capacidad que irá perdiendo por la decadencia de la producción de carbón y el cierre de las centrales nucleares, un proceso del que estarán muy pendientes más de 200.000 accionistas minoritarios. "Con una parte importante de los activos de generación de carbón cerrando en 2 años y con las nucleares en camino, vemos razones para el optimismo gracias al sólido negocio de suministro y la solidez de su balance para mantener una remuneración decente mientras la compañía pivota hacia una generación más renovable", explican los expertos de RBC Capital Markets.

De momento, la eléctrica ya ha anunciado que en 2021 cambiará su política de dividendo, pasando de un payout (porcentaje del beneficio destinado a retribuir) del cien por cien al 80 por ciento. Para ese año la compañía ha planteado en su plan estratégico un beneficio de 1.800 millones de euros, por lo que si cumpliese con su meta la rentabilidad por dividendo para ese año se situaría en el 6 por ciento, en línea con el rendimiento que ofrece de media el sector. La compañía justificó esta nuevo política de retribución en noviembre del año pasado por el nuevo ciclo de transición energética, que requerirá de inversiones que calificaron como "masivas".

Más renovables

Una de las principales preocupaciones del mercado con respecto a la compañía desde que vendió su negocio en Latinoamérica a Enel en 2014 es su escasa capacidad de crecimiento. Esta operación hizo que muchos empezasen a ver a Endesa como una empresa que solo podía aspirar a no decrecer. Ahora, con su base de activos en retroceso, los expertos esperan que mire a las renovables como una oportunidad. "A futuro debemos seguir creciendo y nuestra aspiración, aún por concretar, es capturar el 10-15 por ciento de la nueva capacidad renovable que sea necesaria hasta 2030", explicaba Mar Martínez, directora de Relaciones con Inversores en una entrevista a elEconomista. Precisamente hace unas semanas se publicó el plan de transición energética de España y, según señalan desde Bernstein, "Endesa tiene como objetivo capturar entre el 10 y el 15 por ciento de los 65 gigavatios de crecimiento en renovables que se prevén hasta 2030".

Una transición exitosa daría capacidad para que sus títulos -que están en máximos- siguiesen escalando en bolsa, toda vez que estos negocios son valorados a múltiplos más altos que los tradicionales. Los analistas de JP Morgan valoran el negocio liberalizado tradicional a 5,8 veces el ebitda (beneficio bruto) previsto en 2020, frente al múltiplo de 10,4 veces que aplican para las renovables. Según explican desde Bloomberg Intelligence, la inversión en renovables y redes harán que "el ebitda y los retornos sobre el capital de Endesa crezcan hasta 2021". A cierre de 2018 la compañía obtuvo 212 millones de euros de beneficio bruto en el negocio renovable y los expertos esperan que esta cantidad vaya creciendo rápidamente. En JP Morgan calculan que habrá logrado doblar esta cifra en 2021 y en Goldman Sachs son aún más optimistas y lo esperan un año antes.

"Por los comentarios de la dirección de Endesa asumimos que seguirá añadiendo capacidad a su cartera durante los próximos dos años y que sumará 5 gigavatios de renovables en la próxima década. Esto supondría 500 megavatios por año, aunque creemos que la empresa preferirá añadir más capacidad en la parte inicial del periodo", apuntan en la entidad norteamericana.

Una de las bazas con las que cuenta Endesa para enfrentarse a la necesidad de realizar importantes inversiones en nuevos negocios es su reducido endeudamiento

A medida que se vayan clausurando las centrales y la capacidad vaya disminuyendo, lo lógico es que previamente se produzcan subastas de renovables que permitan cubrir estos huecos, pero los analistas advierten de que la competencia será feroz. "Endesa tiene interés, pero también lo tienen firmas como Naturgy y otras empresas más pequeñas", explica Ángel Pérez, analista de Renta 4. El periodo regulatorio para las renovables acaba este año, pero todo apunta a que el rendimiento que ofrecerán para el próximo seguirá siendo atractivo.

A día de hoy la rentabilidad de la generación renovable es del 7,5 por ciento y la CNMC ha propuesto que la retribución pase a ser del 7,09 por ciento, un nivel aún interesante. "Es más rentable que el carbón y la nuclear. Es más rápida de instalar y más barata y, además, la rentabilidad que recibes es fija", señala Pérez.

Margen para endeudarse

Una de las bazas con las que cuenta Endesa para enfrentarse a la necesidad de realizar importantes inversiones en nuevos negocios es su reducido endeudamiento. Los expertos esperan que acabe el año con una ratio deuda/ebitda de 1,8 veces, frente a la media del sector del Viejo Continente de 3,2 veces.

Sobre el papel esto le debería dar un gran margen para acometer operaciones corporativas o realizar fuertes inversiones. Sin embargo, la compañía no parece inclinada a aumentar su apalancamiento y los analistas apunta a que el recorte en el payout se ha producido para evitar esto mismo. "La participación de control de Enel implica un gran restricción en la capacidad geográfica de Endesa y también pone límites a su capacidad para endeudarse", señalan en JP Morgan. "Creemos que podría haberse alejado de su payout del cien por cien de manera más gradual. Aunque sus futuras inversiones y los límites que tiene por ser una filial de Enel no la permiten endeudarse de manera agresiva, creemos que su apalancamiento actual le da suficiente margen para tener un dividendo por acción estable", concluyen en el banco norteamericano.

Por su parte, en Citi calculan que -teniendo en cuenta las limitaciones que supone Enel- la compañía tiene margen para endeudarse entre 3.000 y 5.000 millones de euros adicionales, lo que le da capacidad para "tener opciones de realizar operaciones corporativas que aumenten el beneficio por acción o recompras de acciones que le permitirían impulsarlo al tiempo que optimizaría su estructura financiera".

De acuerdo con el plan estratégico de la compañía, la deuda aumentará en 1.400 millones en el periodo 2019-2021 -hasta los 7.600 millones- y el ebitda lo haría en 500 millones en el mismo periodo -hasta los 4,000 millones-, con lo que la ratio deuda/ebitda se situaría en las 1,8 veces, frente a las 1,7 veces de cierre del 2018. "El apalancamiento es bajo porque Enel quiere que lo sea. Pero no es el óptimo para la compañía, que en el sector suele ser de entre 3 y 3,5 veces. Ahora lo que sucede es que se paga un coste del capital muy alto", explica Ángel Pérez.

Qué espera el mercado

A pesar de que la compañía ha sido capaz de forma regular de batir las expectativas del consenso y sus propias metas, los analistas todavía ven lejanos los objetivos que se ha marcado Endesa para 2021. En términos de beneficio neto los expertos esperan que alcance los 1.550 millones en 2021, casi un 14 por ciento por debajo de los objetivos marcados por la empresa. Mientras, el consenso prevé unos 3.750 millones de euros de ebitda, un 7 por ciento menos de lo estimado por la compañía. "Vemos riesgos a la baja en el guidance de la empresa para 2021", señalan en Goldman, donde creen que "los vientos en contra estructurales podrían implicar una caída constante en los beneficios".

Los expertos le otorgan una recomendación de mantener que se acerca al vender, si bien es la segunda mejor opción del sector en España, solo por detrás de Iberdrola. Con sus títulos en zona de máximos históricos, los analistas también estiman que la compañía ha agotado todo su potencial.