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La gestión discrecional logra en un año el 31% del dinero de la banca en fondos

  • Las principales entidades financieras españolas acumulan más de 58.000 millones de euros
  • CaixaBank es el que cuenta con mayor volumen, más del doble que su directo competidor, BBVA

Ángel Alonso

La gestión discrecional se ha convertido en uno de los segmentos que más han impulsado las entidades financieras en los dos últimos años, sobre todo en 2018, al calor de Mifid II, la necesidad de fidelizar clientes y sostener e incrementar el ritmo de ingresos vía comisiones de los fondos de inversión.

Hasta tal punto ha adquirido importancia que las principales entidades financieras acumulan ya un 30,8% de sus activos bajo gestión en fondos en carteras de gestión discrecional, lo que equivale a 58.301 millones de euros. Y esta cifra no engloba la parte de banca privada de algunos bancos, que son reacios a comunicar esa cifra.

Este porcentaje es relevante, si se tiene en cuenta que este grupo de bancos controla casi 189.000 millones de euros en fondos de inversión, según los últimos datos de Inverco. Un volumen que representa el 73% de todo el patrimonio invertido en fondos y que demuestra el poder de las entidades financieras a la hora de ofrecer productos financieros a sus clientes.

Influencia de Mifid II

De ahí que la gestión discrecional se haya ofrecido como una alternativa a los inversores en el nuevo paisaje que dibuja Mifid II. La nueva directiva europea entró en vigor el año pasado, aunque en España se traspuso totalmente en diciembre. Las entidades financieras fueron adaptando su modelo de negocio paulatinamente a los nuevos requerimientos, en cuanto a asesoramiento y comercialización de productos financieros, con las implicaciones que conlleva en el cobro de comisiones y la devolución de retrocesiones en la venta de fondos de terceras firmas.

La totalidad de los bancos ha optado por ofrecer toda la horquilla de posibilidades, desde el asesoramiento independiente puro hasta el más mediatizado, para no perder cuota de mercado. Y, de esta forma, un servicio que se solía ofrecer a los clientes de banca privada y personal se ha podido extrapolar a los de menor patrimonio gracias a la tecnología, agilizando los procesos de inversión.

De esta forma, la gestión discrecional se ha convertido en el paso natural para quien estuviera invertido en fondos perfilados, con la diferencia de que, al contratar este servicio, es la propia entidad financiera quien decide en qué fondos invertir en cada momento en función del perfil de riesgo de cada cliente, sin tener que consultar cada decisión y recibir su correspondiente autorización.

Una buena parte de la gestión discrecional se realiza mediante carteras modelizadas, lo que permite ofrecer el servicio de forma estandarizada en función del perfil de riesgo y el horizonte temporal de cada inversor. De hecho, los fondos perfilados suelen replicar el funcionamiento de estas carteras, que cuentan con mayor libertad a la hora de invertir.

La entidad cobra una comisión fija, que suele oscilar entre el 0,6 y el 0,75% del patrimonio, en función del dinero invertido, pero después también se repercuten las comisiones de los fondos donde coloca el patrimonio, que suelen ser en un porcentaje relevante de la propia entidad, aparte de las retrocesiones de los fondos internacionales. Algunas gestoras ofrecen la posibilidad de cobrar una comisión de éxito del 10% sobre la rentabilidad positiva con marca de agua histórica.

CaixaBank ha sido la entidad que más claramente ha apostado por la gestión discrecional. La entidad acapara ya 23.000 millones de euros, una cifra que representa el 53% por ciento de sus activos bajo gestion en fondos de inversión, sin incluir la parte de banca privada. Le sigue BBVA, con 10.539 millones, un volumen que ha crecido un 30% respecto a 2017, de los que 5.639 millones de euros son carteras gestionadas de banca privada.

El Santander, que por volumen de activos en fondos de inversión, debería de ocupar un lugar más destacado en este segmento, tan solo gestiona 4.186 millones de euros, de los cuales 1.561 millones se encuentran en carteras de gestión discrecional personalizada. Pero hay que tener en cuenta que la gestora del banco presidido por Ana Botín ha sufrido 1.156 millones de reembolsos netos en sus fondos de inversión.

Las entidades medianas también han impulsado este segmento de negocio para no quedarse atrás. Bankia lanzó en abril del año pasado su servicio de gestión denominada experta, que logró captar 2.091 millones de euros, cifra a la que hay que añadir 871 millones en contratos de gestión discrecional en banca privada. En Kutxabank e Ibercaja reconocen que, aunque mantienen un patrimonio importante en carteras de gestión discrecional -hasta el punto de que representa aproximadamente la mitad de sus activos bajo gestión-, las caídas de los mercados del año pasado han dejado prácticamente en cero el flujo neto de entradas de dinero.

Bankinter, por su parte, cuenta con 1.700 millones de euros en gestión discrecional, de los que 1.000 millones pertenecen a carteras de banca privada, en las que entre el 20 y el 30% de las mismas están invertidas en fondos de la propia entidad.