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Miedo en la deuda de OHL: la rentabilidad se dispara hasta el 25%

  • Genera caídas por precio de entre el 25% y el 40% desde septiembre
  • El mercado da una probabilidad de default del 7,86%, según Bloomberg

Carlos Jaramillo

Día negro en el mercado para OHL tras presentar unos resultados con pérdidas de 1.336 millones en los primeros 9 meses del año. Si las acciones de la constructora se han desplomado un 18,93% –situándose en mínimos de 1993 y con un valor bursátil de menos de 180 millones–, en sus bonos también ha cundido el pánico. El movimiento más virulento ha sido el del papel con vencimiento en marzo de 2020, cuyo interés se ha llegado a disparar hasta el 33,5%, si bien al cierre de la sesión se quedó en el 27%.

Desde el mes de octubre las dudas sobre la situación financiera de OHL estaban acechando, pero los últimos resultados han sido definitivos para que el mercado entrase en alarma, con este bono generando pérdidas por precio de más del 20% desde finales de septiembre.

Según los cálculos de Bloomberg, este papel está descontando una probabilidad de default a 1 año del 7,86%. Esto equivaldría a situarse con una calificación en el último peldaño del bono basura, justo por encima del nivel de 'distressed securities' que se le da aquellas compañías que se acercan a una situación de default o que incluso están en ella. 

De momento, la calificación que le otorga Moody's a su deda es B3, con lo que tendría que caer 4 escalones para situarse en esta situación.Por su parte, la de Fitch es B+, por lo que la distancia es aún mayor: de 6 peldaños.

En el caso de la deuda con vencimiento a 2022 la rentabilidad se ha disparado hasta la zona del 21,5%, generando pérdidas sobre el par que rozan el 39%. Por su parte, el papel que vencerá en 2023 ofrece un interés del 19% y las pérdidas sobre el par son del 40%. 

"No cancelará de momento sus bonos con vencimiento a 2020, cuyo cupón es del 7,625% con un saldo vivo de 73 millones de euros a pesar de que podría hacerlo sin ningún tipo de penalización, lo que permitiría reducir sus costes financieros", señalan en Sabadell. Por su parte, desde Bankinter critican la "ausencia de novedades inmediatas acerca de una recompra de alguna de las emisiones que permita una reducción de los costes". La complicada situación ha llevado a los bonos de la compañía a una situación aún más estresada que la vivida en 2016, cuando se dudaba sobre la solvencia de la compañía y sobre la estabilidad del accionariado.

Quema de caja

Una de las principales preocupaciones que se han instalado en el mercado con respecto a la constructora es la velocidad a la que está quemando caja. "La posición neta de tesorería alcanzó los 295 millones de euros (frente a los 400 millones que esperabamos) lo que implica un consumo de caja de cerca de 260 millones de euros en el trimestre, lo que equivaldría a 700 millones de euros al año", apuntan en Sabadell. 

En este sentido desde UBS advierten: "Si la compañía continúa manteniendo un ritmo de quema de caja de entre 200 y 300 millones al trimestre, la posición de caja podría ser consumida rápidamente y el grupo sería dependiente del negocio de construcción, que hasta ahora ha generado pérdidas".

Así las cosas, los analistas comienzan a dudar del plan estratégico presentado por la compañía de cara al año 2020, para el que tiene un objetivo de ingresos de 3.000 millones y un margen ebitda del 5%. "Han sido reiterados por la compañía, pero hay escasa visibilidad debido a la ausencia de avances desde que dichas metas fueran presentadas el 16 de mayo", apuntan en Bankinter.

De momento, a falta de que se actualicen todas las estimacione