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Las empresas de pequeña capitalización sacan músculo y se convierten en el oasis de la bolsa americana


    José Luis de Haro

    Desde los máximos alcanzados el pasado 26 de enero, el S&P 500 acumula una rentabilidad negativa de más del 5%, una tendencia que también se contagia a 10 de sus 11 sectores, donde sólo la tecnología logra salvarse de la quema. Sin embargo, a medida que los inversores son conscientes de los riesgos que acechan a uno de los mercados alcistas más largos de la historia, su interés ha virado hacia las empresas estadounidenses de pequeña capitalización.

    "Después de recuperarse de las pérdidas de casi el 9% el pasado 9 de mayo, el S&P SmallCap 600 ha logrado nuevos máximos históricos, mientras que el S&P 500 aún opera más de un 5% por debajo del máximo alcanzado en enero", señala Sam Stovall, estratega jede de CFRA Research.

    En un momento en que las tensiones internacionales vuelven a enervar a los mercados financieros, las compañías de menor capitalización en EEUU se han convertido en el salvavidas de muchos inversores que observan como estas empresas se benefician de la sólida coyuntura de la economía estadounidense y de los efectos de la reforma tributaria aprobada a finales del año pasado.

    Al mismo tiempo, si echamos un vistazo histórico, el S&P SmallCap 600 podría subir otro 5% antes de sufrir una nueva corrección del 5%. Una ventaja atractiva que se suma a su precio, ya que opera casi con un 9% de descuento cuando se compara con el PER medio registrado entre 1995 y 2017.

    Pese a que las compañías de pequeña capitalización suelen considerarse una inversión de mayor riesgo, tanto el Russell 2000 (fundado en 1978) y el S&P SmallCap 600 (creado en 1995) han sufrido menos y más suaves catástrofes bursátiles que el S&P 500. De hecho, suelen tardar una media de 31 días desde sus máximos hasta tocar fondo y otros 31 días para recuperar el terreno perdido. El S&P 500 sufre el mismo recorrido en 38 días y 47 días respectivamente, según indica Stovall.

    Otro de las causas que están fomentando esta rotación hacia las empresas de menor capitalización son sus expectativas de beneficio. Según S&P Capital IQ, el beneficio operativo del S&P SC 600 este año crecerá un 31,3% mientras que el del S&P 500 será del 20,6%. Para 2019, el avance será de un 16,7% y un 10,6% respectivamente.

    Según el estratega jefe de CFRA las razones para el impulso que vive el S&P SmallCap 600 incluyen su bajo rendimiento en 2017 junto con las tensiones geopolíticas actuales y el recorte de impuestos del año pasado, que favorece los beneficios acumulados en el país.

    "Ahora que el S&P SC 600 ha establecido nuevos máximos después de su corrección, la tendencia histórica indica, pero no garantiza, que su tendencia alcista debería continuar", destaca Stovall.