Bolsa, mercados y cotizaciones
El Internet de la información ya es el del valor
Víctor Blanco Moro
El avance de la tecnología depara un futuro impensable para el ser humano. ¿Quién podía imaginar un coche cuando la rueda no estaba inventada? ¿Internet era inimaginable antes de que se desarrollasen los estudios sobre la electricidad? blockchain, o la tecnología de cadena de bloques, ha hecho aparición en los últimos años, y aunque todavía es ajeno a la mayor parte de la población y sus innumerables aplicaciones son desconocidas, el run run cada vez es mayor. elEconomista celebró ayer la jornada empresarial sobre el impacto de blockchain en la economía, reuniendo a varios expertos del sector para contribuir en la divulgación de las posibles aplicaciones y tratar de familiarizar al lector interesado con esta tecnología, responsable del buen funcionamiento del minado, las transacciones y el almacenamiento del famoso bitcoin.
El evento fue presentado por Amador Ayora, director de elEconomista, y por Ángel Benguigui, consejero delegado del patrocinador de la jornada, el Grupo Econocom en España, dedicado a ofrecer servicios tecnológicos y digitales. Benguigui resumió una de las claves que explica que supondrá la tecnología de la cadena de bloques: "Es, para muchos, el método más seguro para crear, modificar, compartir y almacenar información. Se trata de la tecnología que va a permitir dar el salto del Internet de la información al Internet del valor".
La jornada fue inaugurada con la ponencia de Montserrat Guàrdia, vicepresidenta de Alastria y directora de Digital Challenge de Banco Sabadell, previa a la mesa de debate que moderó Joaquín Gómez, director de mercados y productos de inversión de elEconomista. En la misma participaron Víctor Escudero, manager global de integración de productos de ciberseguridad de S21sec; Javier Domínguez, de blockchain España; Alejandro Tosina, director de Economía Digital de Red.es; Enilio Álvarez, director de soluciones de negocio de Econocom; Sandra Alfonso, responsable de transformación digital de Endesa; y Antonio Gonzalo, cofundador de Ethereum Madrid.
Un libro de actas inviolable
La pregunta es obvia: ¿Qué es blockchain? Enilio Álvarez ofreció su visión: "Es simplemente una base de datos distribuida, que almacena información y los cambios que se producen en esa información, e identifica a los agentes implicados en esos cambios. Es un gran libro de actas distribuido y centralizado. El primer sistema que te asegura la fiabilidad de las transacciones ahí grabadas, y que nadie las puede alterar".
Conseguir un sistema tan difícil de corromper no es sencillo, y ahí reside una de las claves de la importancia del blockchain: la seguridad. Alejandro Tosina señalaba cómo "esta tecnología asegura el dato y la transacción, y el que sea inviolable y seguro hace que genere mayor valor. Las relaciones con la administración, por ejemplo, implican enviar información única y personal... y asegurar esa trazabilidad de extremo a extremo es importante". Javier Domínguez explicaba lo complejo que sería poder alterar una red de blockchain: "Para que los datos puedan ser modificados necesitas una potencia informática que nadie tiene. Yo siempre digo que es teóricamente posible, pero físicamente imposible".
Posibles aplicaciones
La transmisión de datos de todo tipo de forma rápida, segura y automatizada es la clave de esta tecnología. Así, Montserrat Guàrdia señaló varios elementos del blockchain que cambiarán la forma de enviar información: "Se hará de forma más segura de lo que hoy es, con una distribución más amplia, de forma unívoca, y se podrán cerrar contratos inteligentes: si se cumplen unas condiciones, se ejecuta una acción concreta" que se ha estipulado previamente.
Antonio Gonzalo explicaba cómo "la idea que hay detrás de todo esto es que se va a devolver el control al usuario de sus propios datos, por ejemplo. Se quita al intermediario de en medio". Similar al bitcoin, el experto señala como ejemplo de esto "un proyecto de crear una moneda estable -la volatilidad de bitcoin es disparatada- descentralizada, que puede cambiar muchas cosas". No hay que olvidar que muchos de los defensores del bitcoin argumentan como un factor positivo que la divisa digital no está atada a la política monetaria de ningún banco central.
Víctor Escudero planteaba un ejemplo interesante que muestra la utilidad que puede tener la cadena de bloques: "Si cojo un tren y llego media hora más tarde de lo previsto, puedo tener un seguro por el que pago una cantidad, y para que, en el caso de un retraso, automáticamente tenga ese dinero en la cuenta bancaria. Para poder hacer eso, hoy en día sin blockchain es un infierno: tengo que consultar con aseguradoras, realizar un pago a través de un tercero, que no puede ser el que yo elija... Tengo que notificar personalmente que el tren se ha retrasado... En resumen, tengo que hacer yo todo el trabajo. Con blockchain, la aseguradora me podrían ofrecer dos cláusulas sencillas, y todo estaría automatizado sin que yo tuviera que hacer nada".
Javier Domínguez incidía en la importancia que tendrán los contratos inteligentes: "Tiene un uso muy interesante: aplicaciones descentralizadas que ofrezcan beneficios a todo el mundo. Se definen una serie de condiciones que se espera que se cumplan, y si no se cumplen, entran en vigor otras condiciones. Se crean unas reglas en las que según ciertas acciones, se ejecutan a su vez otras acciones, como puede ser por ejemplo el reembolso de un billete, si no se ha llegado a un destino a tiempo. Se dice que estos contratos inteligentes son algo complejo, pero no lo son tanto. Los puedes leer como un contrato tradicional de toda la vida", destacó. Además, "toda la información es auditable por todo el mundo que participa de la cadena", resumió el experto.
Sandra Alfonso señalaba cuatro características de esta tecnología, con ejemplos concretos de sus utilidades: "Es un registro inmutable. Para una empresa serviría para las actas del consejo, para las cuentas, para la comunicación con las entidades públicas... Hay transacciones que se mandan semanalmente. Si en vez de reportar, lo dejo en el blockchain y ellos lo leen, esto me agiliza el proceso, lo simplifica y lo abarata". Otra característica es su trazabilidad: "A medida que crezca la sensorística, que cada vez crece más, será muy fácil saber de dónde me vienen los alimentos, el gas, el carbón... miles de cosas".
Para Alfonso, sin embargo, la aplicación más interesante que tendrá es la llamada tokenización, la digitalización de un elemento físico que podría permitir prácticas hasta ahora impensables: "Se trata de convertir un activo físico a digital. Por ejemplo, en mi sector, mi compañía puede tener un panel solar que no puedo trocear. Es físico e indivisible. Pero si lo hago digital en blockchain, lo podemos compartir, intercambiar, entre distintas empresas. Hacer que, en función de lo que produzca, llegue a nuestros bolsillos".
Esto, según la experta, cambiará la forma de trabajar de las compañías: "la gran complejidad de esto, es que hay empresas que van a tener que pensar en cómo construir negocio entre todos. El gobierno de todo esto es lo más difícil. Abre nuevos modelos de negocio que todavía no tenemos ni idea de cómo gestionar". Por último, Sandra Alfonso señala la identidad digital como otra de las grandes aplicaciones de la tecnología: "Las eléctricas subvencionamos hasta el 40 por ciento del suministro para gente vulnerable, por ser familia numerosa, por ejemplo, tener unas rentas bajas, o sufrir violencia de género. Nadie debería tener que llevar un papelito a una oficina para justificar que sufre violencia de género. La identidad digital permitirá esto".
La reputación del bitcoin
No hay que olvidar que la cadena de bloques se dio a conocer como la tecnología que hacía posible el funcionamiento del bitcoin, un activo que ha sido denostado por muchos economistas, y tildado incluso de ser la mayor burbuja de la historia. Además, son conocidos los escándalos que han surgido por el robo de estas monedas en varias ocasiones, que han generado desplomes en su cotización -el robo no fue en ningún caso un fallo en blockchain, si no en la seguridad de las firmas que custodiaban las criptodivisas para sus clientes-, lo que no ha impedido que la moneda digital sea mucho más célebre que el blockchain.
"Estoy de acuerdo en que el bitcoin ha sido más visible; tenemos un iceberg ante nosotros, y sólo estamos viendo la punta", explica Víctor Escudero, quien añade que "es como mirar el dedo cuando alguien te señala la luna, pero para mí el bitcoin ha servido para poder poner a prueba la cadena de bloques. Antes de empezar a investigar cómo poder usar el blockchain para todo lo que ya se ha comentado, necesito saber y tener una evidencia de que esto funciona. Y eso para mí es bitcoin. Las máquinas más potentes que tenemos ahora en el mundo, dedicadas para la industria nuclear, ni siquiera han sido suficientemente potentes como para romper una cadena de bloques como la de bitcoin".
Antonio Gonzalo quiso también romper una lanza a favor del bitcoin al señalar que "creo que no estamos acostumbrados a entender el concepto de centralización. El ser humano es un animal gregario. Tendemos a buscar un líder y a depositar su confianza; pero en bitcoin no hay líder", algo que sí ocurre en otras criptomonedas cuyos creadores sí son conocidos. "En bitcoin no lo hay, y ahí sigue, día tras día, año tras año", destaca Gonzalo. Para él, este es uno de los cambios clave que traerá la cadena de bloques: "Todo esto no se creó con la idea de generar eficiencias, es algo mucho más profundo: nació de los Cypherpunks, activistas cuya máxima era no fiarse de un gobierno que aparenta ser benevolente, y querían recuperar el control".