Bolsa, mercados y cotizaciones
Bankinter da vida al depósito después de 5 años de sequía
Cristina García
Lanza uno ligado a su cuenta nómina que ofrece un 0,4%, por encima del 0,04% medio que dan el resto de entidades
La rentabilidad del depósito lleva en dique seco cinco años, salvo promociones concretas ligadas a la contratación de un fondo o plan de pensiones. Y, por ahora, nada invita a adelantar un cambio de tendencia, a pesar de que Bankinter lanzase ayer un nuevo depósito con un interés muy superior al que pagan de media el resto de bancos. Se trata de un plazo fijo a un año destinado a nuevos clientes que contraten su cuenta nómina, remunerado al 0,4 por ciento, frente al 0,04 por ciento que rinden de media los de las diez entidades con mayor cuota de mercado en estos productos, según cálculos de elEconomista.
El otro requisito, además de contratar la cuenta nómina, es destinar un mínimo de 10.000 euros y un máximo de 200.000 euros por titular. Y su propósito, explican en Bankinter, es que se convierta en un complemento de la cuenta nómina con el que conseguir una rentabilidad adicional a cantidades que no entran dentro de las condiciones de esta última, una de las pocas remuneradas del mercado (ofrece un 5 por ciento el primer año y hasta el 2 por ciento a partir del segundo para saldos máximos de 5.000 euros).
Ese interés del 0,4 por ciento implica que, para alguien que destinase el máximo posible a este producto, 200.000 euros, obtendría unos 800 euros pasados doce meses. Es más de lo que se puede optar hoy en día con un depósito que no re- quiera destinar parte de la inversión a un fondo o plan de pensiones, pero insuficiente para cubrir la inflación esperada en Europa en 2018, del 1,4 por ciento. Para compensar el coste de la vida, debería rendir 2.800 euros más. Ese 0,4 por ciento también es menos de lo que se lograría con la compra de alguna deuda pública considerada segura, como es la alemana, ahora que el interés de su bono a diez años ha escalado hasta el 0,73 por ciento desde el 0,42 por ciento que empezó el año como consecuencia del nuevo escenario de mayor crecimiento económico e inflación.
Aunque ahora el mercado descuente un acelerón en el ritmo en el que los bancos centrales retirarán sus estímulos, su uso precisamente ha sido una de las causas que explican las bajas rentabilidades de los depósitos. En 2012, antes de que el BCE regase el mercado con liquidez gracias a sus compras de deuda, los bancos (y las empresas, en general) encontraban dificultades para obtener financiación en los mercados de capitales como consecuencia de la crisis de deuda periférica.
Para suplirlo, la banca encontró en los depósitos extratipados un aliado con el que obtener financiación a costa de sacrificar sus márgenes hasta enero de 2013. Fue entonces cuando el Banco de España (BdE) limitó sus rentabilidades al 1,75 por ciento.