Bolsa, mercados y cotizaciones
Vente para España, Pepe, no para Alemania
Cristina García
Los inversores hacen las maletas para irse de la deuda más segura en busca de otra más rentable, como la periférica, castigada en los últimos años por la crisis, ahora que la economía de estos países demuestra fortaleza. El apetito por estos bonos se ha visto recientemente con la demanda récord en España, pero no es el único país que se está beneficiando de este cambio en el perfil de riesgo
Los tiempos de buscar bonanza fuera de España, como hiciera Pepe (Alfredo Landa) en la película Vente para Alemania en la década de los 70, se acaban. Y terminan porque, después de años de desconfianza hacia los países de la periferia europea por los estragos que la crisis hizo sobre ellos, el crecimiento de la economía es ahora "robusto", "fuerte" y "por encima de lo esperado", como proclamó Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, el jueves. Sin el miedo a que las cuentas públicas de los periféricos den un susto y, por tanto, tampoco lo haga la deuda que emiten sus gobiernos, los inversores han hecho las maletas para irse de los bonos más seguros, como los alemanes, para buscar otros más rentables, como los españoles.
La evidencia es que, mientras la rentabilidad del Bund a diez años ha superado la barrera del 0,6% -algo que no ocurría desde diciembre de 2015-, como consecuencia de la caída de su precio, que deja pérdidas del 1,91% en el año, las compras en el español han disparado el suyo un 1,41% desde enero. La diferencia de rentabilidad entre ambos bonos -la del primero cerró el viernes en el 0,629% y la del segundo en el 1,4%- es lo que se conoce como prima de riesgo, la misma que ha llegado a bajar de los 80 puntos básicos estos días, su nivel más bajo desde 2010 frente a los 638 puntos a los que se disparó en el peor momento de la crisis de deuda. A ninguno de los dos (como a ningún otro bono) les favorece el regreso de la inflación, expectativa que Draghi alimentó el jueves desatando una venta indiscriminada de deuda que se prolongó al viernes, pero aún así, puestos a asumir su llegada, la única capaz de cubrirla con sus rentabilidades es la periférica.
Por qué gusta
No es casualidad, por tanto, que el Tesoro Público español recibiera el martes peticiones por valor de 43.000 millones de euros cuando buscaba emitir 10.000 millones de euros con su bono sindicado con vencimiento a 10 años (récord histórico). Según recoge Bloomberg, la tendencia va más allá porque las últimas emisiones soberanas de países como Portugal o incluso Macedonia también han recibido una demanda superior a la habitual.
"Probable y afortunadamente el tiempo de las emisiones seguras ya ha pasado", opina Enrique Lluva, subdirector de renta fija de Imantia Capital. Las expectativas de crecimiento y sostenibilidad de las cuentas públicas de la mayoría de los países europeos, continúa, "ya no obligan a comprar activos seguros como los de Alemania a tipos negativos. Por eso los inversores se giran a comprar emisores más rentables como España, Italia o Portugal, con la seguridad de que atenderán sus compromisos".
En el caso concreto de nuestro país, y como ya ocurrió en Portugal el año pasado, el último impulso llegó hace una semana en forma de mejora de calificación crediticia por parte de Fitch. En opinión de Richard Hodges, analista de Nomura AM en declaraciones a Bloomberg, "la actualización de la nota por parte de otra agencia de calificación atraerá más dinero extranjero hacia la periferia". Esa responsabilidad recaerá sobre S&P en marzo, que es cuando anunciará si mejora o no su rating sobre España. De hacerlo, Christoph Rieger, jefe de estrategia en Commerzbank, afina un poco más al señalar al inversor asiático como candidato a adquirir este tipo de bonos, según recoge la agencia de noticias. Por lo pronto, la deuda pública española es la segunda más rentable del año (ver gráfico). La primera es la griega, y no la portuguesa, que se llevó ese honor en 2017 con ganancias del 20%.
La mejora de la economía del país luso, que el año pasado recuperó el grado de inversión, destila por todas partes: su tasa de paro se ha reducido en pocos años del 17,5% al 8,5%, como explica Gonzalo Ramírez Celaya, director de renta fija de Tressis, "aumentando el consumo privado por una mayor renta disponible". Además, el endeudamiento empresarial sigue cayendo, dice, y, con los costes de financiación en mínimos históricos, la inversión empresarial está creciendo un 5% este año. Su panorama está más despejado, por tanto, que el de Italia, que afronta el próximo 4 de marzo elecciones con el foco de incertidumbre puesto en el papel que desempeñarán los partidos euroescépticos.
Habrá mejores oportunidades
De cara a los próximos meses, María Morales, responsable de renta fija de GVC Gaesco Gestión, prevé que la curva alemana siga poniendo en precio el fin del QE europeo y la normalización de tipos. Las curvas periféricas, recuerda, no se pueden desligar de este comportamiento de subidas de tipos, "pero sí pensamos que tendrán mejor comportamiento relativo que las curvas core europeas".
En opinión de Lluva, no obstante, no está plenamente recogido en el valor de la deuda pública europea que el final del programa de compras se produzca este mismo año. Es por ello que estima que aún no ha llegado el momento de tomar posiciones en ella. "El año ofrecerá mejores oportunidades de comprar", sentencia, "a medida que el mercado vaya incorporando a los precios la expectativa de una retirada del QE de BCE".