Bolsa, mercados y cotizaciones

El Dow Jones rompe los 25.000 en la escalada de mil puntos más rápida


    José Luis de Haro

    El índice culmina este tramo en solo 23 sesiones bursátiles, una marca histórica

    Con el explosivo ciclón de frío polar entumeciendo la costa este de EEUU, en la esquina de Broad con Wall Street, muchos operadores lograron llegar al parqué de la New York Stock Exchange para celebrar una jornada histórica por partida doble. Acostumbrados ya a la sarta de máximos históricos acumulados por la renta variable, más de 70 en el último año para el Dow Jones, el aguerrido indicador con más de 121 años a sus espaldas cruzó ayer por primera vez los 25.000 puntos.

    Una cifra redonda, como lo han sido los cerca de 7.000 puntos, o una escalada del 36 por ciento, acumulados desde que los estadounidenses dieron la victoria electoral a Donald Trump hace más de un año. Sin embargo, en esta ocasión, al contrario de lo ocurrido en paradas como los 20.000, el índice culminó la suma de sus últimos 1.000 puntos en tan sólo 23 sesiones bursátiles, una marca histórica, que tira por tierra las 24 jornadas requeridas para tocar los 21.000 el pasado marzo o los 11.000 en mayo de 1999.

    "A día de hoy no veo un límite en el horizonte", reconoce Peter Costa, presidente de Empire Executions, quien haciendo alusión a factores como la reforma tributaria y la fortaleza de la economía, considera que el momento alcista es imparable. "Quizás veamos pequeñas correcciones, pero será necesario un catalizador importante para frenar la racha", añade. Una dinámica que ya observamos a lo largo de 2017 y que parece dispuesta a culminar el noveno aniversario de alzas para la renta variable americana.

    La irracionalidad del mercado

    Otros veteranos de la Bolsa de Nueva York, como es el caso de Ken Polcari, director de O´Neil Securities, coinciden en recalcar que el nuevo paradigma para la bolsa estadounidense sólo tiene una dirección: "subir". "El momento continúa vivo como lo hace el miedo a no formar parte de esta tendencia, lo que explicaría la irracionalidad de un mercado que podría estar por encima de sus posibilidades", reconoce.

    Polcari no busca ser agorero ni pesimista, especialmente porque no observa señales de un debilitamiento global, pero sí las atisba de un posible "sobrecalentamiento". "El mundo parece un lugar agradable desde nuestro precioso globo, pero cuando el globo explote, no va a ser nada agradable", avisa sugiriendo a los inversores de a pie que no olviden este factor al organizar sus carteras.

    Quien no se hizo eco de la prudencia fue el propio presidente, Donald Trump, quien inmediatamente después del récord del indicador que engloba a 30 valores representativos de la economía de EEUU tuiteó "el Dow rompe los 25.000. ¡Felicitaciones! Continúan los grandes recortes en regulaciones innecesarias".

    Un presagio de lo que todavía queda por venir mientras el republicano continúe regentando la Casa Blanca y los eventos geopolíticos, como una posible intervención en Corea del Norte, no lleguen a materializarse. De momento, el efecto de su rebaja del impuesto de sociedades hasta el 21 por ciento y los incentivos a la repatriación de beneficios, con un gravamen que oscilará entre el 15,5 y 8 por ciento, se han convertido en las turbinas que impulsarán las cuentas de muchas compañías, con la promesa a su vez de fomentar el crecimiento, los salarios y el consumo, aunque esto todavía está por ver.

    A la espera de próximos logros legislativos, los operadores, inversores y analistas centraron su atención en el blue chip que más ha contribuido a la última hazaña histórica del Dow: el fabricante aeronáutico Boeing. Esta compañía se ha revalorizado más de un 95 por ciento en el último año llegando a sumar hasta 960 puntos al indicador según datos cotejados por Howard Silverblatt, el veterano experto de S&P Dow Jones Índices. El despegue de la de Seattle en los últimos 12 meses ha sido tal que ha duplicado la contribución del segundo valor que más ha respaldado al índice, Caterpillar.

    La pregunta que inunda ahora la mente de propios y extraños, incluido el que escribe esta crónica desde el corazón financiero de Manhattan, es dónde está el límite para el Dow, un curtido referente bursátil, al que otros índices más amplios, como el S&P 500, han hecho sombra en los últimos tiempos.

    El Oráculo de Omaha, Warren Buffett, el patriarca de Berkshire Hathaway y uno de los individuos más ricos del mundo, sugería en septiembre que el Dow Jones tocará el millón en los próximos 100 años. Una meta que seguramente ninguno de los presentes logrará ver con sus propios ojos. Dicho esto, otros expertos y autores como Ric Edelman, determinan que este indicador logrará los 100.000 puntos en 2030, una revalorización del 300 por ciento a la que quizás muchos sí lograrán asistir.