Bolsa, mercados y cotizaciones
El BCE no descarta más apoyos a la economía, pese al fin del 'QE' en 2018
- El BCE deja abierta la puerta a una nueva ampliación del 'QE'
- Destacó la importancia de las reinversiones de bonos que les venzan
Víctor Blanco Moro
Draghi cumplió el guión: recorta las compras de deuda a la mitad a partir de enero
La reunión de ayer del Banco Central Europeo (BCE) prometía ser una de las más importantes de los últimos años para la entidad. Después de más de dos años de vigencia del plan de compras de bonos -QE-, Mario Draghi, presidente de la entidad, ha confirmado el principio del fin del programa, aunque, eso sí, con la prudencia que caracteriza las decisiones que ha tomado el organismo durante los últimos años, el economista italiano no ha querido declarar formalmente que el tiempo del QE ha terminado. Es cierto que, como se anunció ayer, las compras se recortarán hasta la mitad a partir de enero, quedando en 30.000 millones de euros al mes hasta septiembre, pero también es cierto que todavía no se cierra la puerta definitivamente a un nuevo acelerón en el programa.
"La mayor parte de miembros coincidió en dejar un final abierto para el programa", destacó Draghi, "y no pensamos que vaya a acabar repentinamente. Está abierto. Todavía hay una incertidumbre suficiente como para tenerla en cuenta, y hay que dejar la puerta abierta", añadió el presidente.
Se va 'el alma de la fiesta'
De esta forma, la entidad se guarda el espacio necesario para poder maniobrar en el futuro, en caso de que la situación económica empeore de aquí en adelante. Desde ING destacan que "la decisión de hoy es el primer paso real hacia una salida suave del modo crisis del BCE, pero no es un cambio radical de dirección. De hecho, el ajuste ilustra que la entidad quiere empezar a salir de la forma más cautelosa posible, tratando de evitar apreciaciones del euro o incrementos en las rentabilidades de los bonos", concluyendo que "es como tratar de huir de una fiesta a través de la puerta de atrás, con la esperanza de que nadie se dé cuenta de que el alma de la fiesta se está marchando".
No hay que olvidar que, previo a la ronda de preguntas de los periodistas, Draghi lanzó un discurso en el que, una vez más, alabó las mejoras económicas de la eurozona, aunque, también como suele ser habitual, destacando que "todavía es necesario un amplio grado de estímulos para apoyar el desarrollo de la inflación a medio plazo".
Sin embargo, tampoco se debe descartar que el BCE podría enfrentarse con un problema en el futuro, ya que, como muchos expertos vienen avisando desde hace meses, la entidad podría quedarse sin bonos europeos que comprar bajo el paraguas del QE. Incluso, hace dos semanas, miembros de la entidad filtraron a Bloomberg que estaban valorando internamente la posibilidad de no poder comprar más de 250.000 millones de euros en bonos en 2018, debido a la escasez de deuda disponble de algunos países, principalmente Alemania. Al cuestionarse la credibilidad del su mensaje sobre la disposición del BCE a ampliar el QE, si es necesario, Draghi declaró que "se me ha preguntado esto de forma regular, y creo que siempre hemos tenido evidencias de que el diseño del programa es suficientemente flexible como para poder lidiar con los límites, y que estamos comprometidos a ello".
Desde Monex Europe destacan al respecto que "la principal conclusión que se puede sacar de la decisión que se anunció es "la flexibilidad para extender, tanto en tamaño como en duración, el programa QE. Esto se ha interpretado como una señal pesimista, ya que el BCE no se ha comprometido a marcar una fecha concreta para su final".
Además de evitar marcar el fin del programa en el calendario, también hay que descartar que el presidente de la entidad omitió durante toda su comparecencia dar cualquier tipo de señal sobre el futuro de los tipos de interés además del habitual. "Se mantendrán en los niveles actuales más allá del final de las compras de deuda". Desde Fidelity opinan que Draghi está preparando "una retirada muy gradual de las políticas acomodaticias de compras de activos, que probablemente continúen más allá de septiembre de 2018. Aunque el primer aumento de tipos de interés bien podría tener lugar en 2019, tras finalizar el QE, esto dependerá en gran medida del estado en ese momento de la economía de la eurozona en particular y de la global en general". Según el consenso de mercado recogido por Bloomberg a principios de esta semana, por primera vez los expertos consideran que Draghi subirá los tipos en el segundo trimestre de 2019.
La importancia de reinvertir
Ayer quedó claro que Draghi quería hablar del plan de reinversiones de los bonos que el BCE ha adquirido bajo el paraguas del QE y van llegando a vencimiento, quizá intentando que el mercado entienda que esa medida será la que releve a las compras de deuda, una vez se cierre esta vía, sea cuando sea: "Se reinvertirán durante un largo periodo de tiempo, el que sea necesario, y más allá del final de las compras, los principales pagos de los activos que vayan venciendo", declaró Draghi, con esta nueva fórmula que se ha incluido dentro de su discurso oficial, y sin duda será repetida hasta la saciedad, como es habitual, en futuros encuentros.
En rueda de prensa, sin embargo, el presidente fue más claro: "En 2015 explicamos esta medida y no hubo reacción. Se consideró algo marginal, y realmente, hubo muchas estimaciones equivocadas sobre su impacto. Es un componente muy importante para nosotros; el apoyo que damos a la economía llega por las compras de deuda, las reinversiones, y los tipos de interés", destacó.