Bolsa, mercados y cotizaciones

Larga distancia a precio de billete de metro


    Cristina García

    Aunque en España su uso aún es reducido, los ETF ofrecen acceso al mercado a bajo coste sin renunciar a la liquidez.

    España se encuentra a años luz de Europa y (sobre todo) Estados Unidos en el uso de ETFs. El dinero invertido en ellos apenas representa el 0,01 por ciento del que existe a nivel global, según Morningstar, y en la práctica los que se benefician de ellos son solo los inversores institucionales. El minoritario, en cambio, aún tiene complicado acceder a la oferta y sacar partido, por tanto, de sus menores costes a la hora de adquirir bolsa, renta fija, divisas o materias primas. Solo por poner un ejemplo, la comisión máxima de gestión de uno de los ETFs más líquidos para invertir en la renta variable americana es del 0,06 por ciento frente al 2,5 por ciento que llegan a cobrar algunos fondos.

    A pesar del crecimiento que este tipo de productos está experimentando en Europa, en España solo cinco gestoras extranjeras venden ETF. Se trata de Amundi, BlackRock, Deutsche AM, Lyxor e Invesco. Algo que contrasta con su rápida expansión en el Viejo Continente, donde los activos bajo gestión se han duplicado en los últimos cinco años, hasta representar aproximadamente unos 550.000 millones de euros según datos de Morningstar, lo que invita a pensar a esta firma que, si se mantiene el ritmo actual, este mercado puede alcanzar el billón de euros en 2020.

    El grueso se encuentra en países como Irlanda, que acapara casi un 9 por ciento de lo que hay invertido en ellos a nivel global y en Luxemburgo (2,52 por ciento). Aunque Estados Unidos se sigue llevando el 72,8 por ciento del total. En España, dicen los expertos, lo único que puede alterar el panorama es, además del cambio de su tributación (ver información lateral), la llegada de Mifid II. Es una de las conclusiones que se desprende de un estudio realizado por Efpa y el IEB, en el que rezan que la prohibición de las retrocesiones y de incentivos podría favorecer claramente la distribución de este tipo de instrumentos, debido a su bajo coste de gestión. También la irrupción de los robo advisors, ya que este tipo de gestores automatizados los usan para ofrecer acceso al mercado a bajo coste.

    Bajo coste... y ¡liquidez!

    Otra virtud de los ETF, además de sus menores comisiones, es su liquidez. Cuatro de los veinte más grandes de Estados Unidos son más líquidos que cualquier valor del S&P500 según datos de Bloomberg. Es el caso del SPDR S&P500 ETF Trust, por ejemplo, o del iShares Russell 2000 ETF. Y no son casos aislados, ya que también se pueden encontrar este tipo de productos con un gran volumen de negociación a un mes vista para invertir en renta fija o materias primas (ver gráfico).