Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bancos centrales nos dan pistas para invertir en renta fija

  • La rentabilidad en 2017 estará en el 'high yield' a vencimientos cortos

Ignacio Victoriano

Una vez que ya hemos recibido los mensajes de los distintos banco centrales, en los mercados ha quedado muy claro por dónde van a ir los tipos de interés este año. La Reserva Federal de Estados Unidos sorprendió con un mensaje un poco más tensionador de lo esperado, mientras, por otra parte, el Banco Central Europeo (BCE), aunque anunció una reducción del ritmo de compras del Quantitative Easing (programa de compras de activos de renta fija tanto privada como deuda de gobiernos), dio un mensaje más suave en cuanto a su política monetaria para el futuro.

A los inversores europeos nos ha quedado bastante claro que los tipos de interés seguirán bajos durante bastante tiempo, y que no se atisban grandes presiones inflacionistas para el futuro. No obstante, la reducción del ritmo de compras y el hecho de que el BCE pueda comprar por debajo del tipo de depósito situado en -0,40% de rentabilidad y con un vencimiento superior a un año (antes dos años) mete algo de presión a los bonos con vencimientos más largos, ya que además de que el importe de las compras será menor, el mensaje que ha quedado meridianamente claro es que, además, el organismo se va a centrar en la compra de bonos a corto plazo. Es decir, seguirá habiendo presión para empinar la pendiente de tipos de interés.

Con esta premisa, el riesgo de seguir una estrategia de compra de bonos con duración elevada es alto. Son los bonos de deuda pública o los de renta fija privada con buen perfil de crédito los que más expuestos están a este riesgo de duración, además a ello hay que sumarle que las TIR a las que están cotizando ahora mismo son muy bajas. En otras palabras, el riesgo de invertir en los tramos largos de la curva de tipos de interés no está bien remunerado.

La rentabilidad para este año estará en los bonos con un menor perfil de crédito o de los llamados high yield pero con vencimientos cortos (de dos a tres años) para estar menos expuestos a la volatilidad de los tipos de interés. Los inversores deberán prestar especial cuidado a los fondos de deuda pública que invierten a largo plazo. Aunque éstos han dado buenos retornos en los últimos años, es de esperar que el próximo ejercicio esta tendencia se interrumpa y que, por lo tanto, sus rentabilidades no sean tan positivas. Del mismo modo, hay que tener especial cuidado con fondos garantizados de renta fija. Los últimos instrumentos de este tipo han estado ligados a plazos muy elevados, además de contar con rentabilidades muy bajas que ofrecen incluso pérdidas si necesitamos rescatar el dinero antes del plazo al que se ha dado la garantía.

La inversión en fondos de renta fija debe centrarse en aquellos activos que inviertan en el corto plazo, pero con suficiente flexibilidad para invertir en crédito y en activos con retornos positivos. Actualmente en el mercado español hay muchos fondos de renta fija a corto plazo, que por su política de inversión excesivamente conservadora, se van a ver abocados a obtener rentabilidades negativas en 2017.

La mejor opción es invertir en fondos que puedan invertir en renta fija con mucha flexibilidad. Es decir que puedan adoptar diferentes estrategias, en las curvas de tipos o ponerse en duraciones negativas en momentos puntuales, entre otras características. Esta flexibilidad será la clave para el año que viene. Los fondos encorsetados en unas políticas de inversión que les obligue a invertir en activos con rentabilidades negativas se encontrarán en una situación muy comprometida.

Una enseñanza que deberíamos extraer de la experiencia vivida a lo largo de este año es que los movimientos de los mercados ante los eventos políticos son cada vez más impredecibles. Dos acontecimientos como el Brexit o la victoria de Trump que, en principio asustaban mucho a los mercados, fueron eventos que se disiparon. Por no hablar del referéndum en Italia, cuyos efectos se disolvieron como un azucarillo en muy poco tiempo. Es muy importante tener clara la estrategia de inversión, las perspectivas a medio plazo de tipos de interés, de crecimiento y de inflación y no dejarse llevar por movimientos puntuales de carácter político que se evaporan rápidamente. Si un cambio político puede hacer cambiar las previsiones macro, habrá que actuar en consecuencia, pero actuar de forma precipitada nos ha demostrado que es un craso error.