Bolsa, mercados y cotizaciones
'Test de estrés' a la renta fija en euros: se puede perder un 10%
- Los expertos no ven mucho más recorrido en bonos europeos después del ?rally? de este año
Gestores y analistas llevan meses repitiéndolo: la renta fija ya no es segura. Pero este activo, impulsado por el programa de compras del Banco Central Europeo (BCE), parece empeñado en llevarles la contraria. Esta semana, el rendimiento del papel español a una década marcó nuevos mínimos históricos (la rentabilidad cae cuando el precio sube) en el 0,91 por ciento.
A comienzos de año, nadie preveía que la deuda pública pudiera dar más ganancias y mucho menos que éstas serían mayores que las de la bolsa. No obstante, el soporte del BCE y la huida de inversores de las bolsas ha prolongado el rally y el precio del bono español a 10 años arroja ganancias del 7,4 por ciento en 2016. En el mismo periodo, el Ibex cede un 11,5 por ciento. Eso sí, los expertos advierten del agotamiento de este activo.
Juan Manuel Vicente Casadevall, socio de Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero, explica que, "con el bono español a 10 años por debajo del 1 por ciento, el alemán en negativo y la deuda corporativa europea de calidad en el entorno del 1 por ciento, queda muy poco recorrido". Para ganar algo, según este experto, es necesario que los rendimientos caigan más (que el alemán se fuera más a negativo y el español e italiano, ampliamente por debajo del 1 por ciento) y que las primas de riesgo de la deuda corporativa se contraigan más de lo que están. "Apurando mucho, se podría sacar un 1 ó 1,5 por ciento adicional y entonces sería imposible ver más margen a no ser que creas que la deuda alemana a 10 años se vaya a ir al -1 por ciento. Pero los riesgos son altos; si los rendimientos suben un poco, las minusvalías en las carteras de renta fija serán considerables", advierte. Y no debe olvidarse que quien invirtiese 100.000 euros en bonos germanos al -1 por ciento tendría, al cabo de una década, pérdidas de 10.000 euros.
EspañaLa ecuación rentabilidad/riesgo del bono español a 10 años compensa cada vez menos si sometemos a este activo a un particular test de estrés. Imaginemos que, en un escenario favorable, el rendimiento de la deuda soberana continúa hundiéndose hasta el 0 por ciento (con la subida del precio que ello implica): quien invirtiese hoy en el papel español ganaría un 8,6 por ciento.
Pero, en un escenario adverso, las pérdidas serían superiores. Supongamos que la rentabilidad recuperase su máximo de 2015, el 2,4 por ciento: las pérdidas para quien comprase hoy deuda pública española a una década superarían el 12 por ciento. Debe tenerse en cuenta que el inversor en renta fija, muy conservador, no está acostumbrado a sufrir grandes pérdidas, aunque esto ya haya ocurrido; por ejemplo, en 2008 la deuda en euros con grado de inversión se desplomó un 3,8 por ciento, según JP Morgan AM.
El mercado, señala Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos de Self Bank, ha pasado por alto noticias que en otras circunstancias hubieran influido con más intensidad en los precios de los bonos, "pero que, al contar con el respaldo del BCE, apenas han tenido repercusión". Los tipos de interés nulos o negativos por las inyecciones de liquidez en entidades bancarias también contribuyen al descenso en la rentabilidad anualizada de los bonos.
¿Es descabellado pensar en un bono español por debajo del 0 por ciento? El mercado no lo espera, pero la analista comenta que el mercado puede "estar descontando una posible prolongación del programa de estímulos"; de ampliarse, añade, "un retorno negativo en los principales bonos europeos sería más factible".
"Partiendo de la base de que nunca se puede descartar ningún escenario, no contemplamos un bono español a 10 años en negativo", explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4, que agrega:"?Para pensar en una caída más pronunciada de las rentabilidades deberíamos encontrarnos con un deterioro de perspectivas macro con niveles de inflación que se mantuviesen en zona de mínimos o también se deteriorasen. En definitiva, en un contexto que obligase al BCE a actuar de forma más contundente". AFI (Analistas Financieros Internacionales) sitúa al 10 años de este país en el 1,4 por ciento de cara a este trimestre. En cualquier caso, parece claro que los inversores ya empiezan a temer el final del rally. Es el caso de los japoneses: su retirada de capitales de la renta fija europea para retornarlos a su país de origen se ha dejado notar, y mucho, en la escalada del yen.
ItaliaEs, después de España, el país que más tiene por perder. No en vano el bono italiano a una década ofrece una rentabilidad superior al 1 por ciento. En un mercado pendiente del referéndum sobre la reforma constitucional del primer ministro Renzi en noviembre, y lastrado por el sector financiero, que el bono transalpino volviese al 2,39 por ciento que marcó el pasado verano haría perder a los inversores un 11 por ciento. En el caso de que los mercados viviesen un momento dulce y la rentabilidad se aproximase al 0 por ciento, permitiría ganar un 10 por ciento.
FranciaEn el caso francés, que la ecuación rentabilidad/riesgo carece de atractivo es evidente. Si el rendimiento del bono se fuese al 0 por ciento (hoy renta un 0,18 por ciento), la subida del precio generaría unas ganancias del 1,4 por ciento. Un dato muy tibio frente a las llamativas pérdidas del 10,5 por ciento que se producirían si el rendimiento del papel francés a 10 años regresase a sus máximos de 2015, en el 1,31 por ciento. El país, todavía recobrando el paso tras el ataque terrorista en Niza del 14 de julio y de los atentados en París en noviembre, celebra elecciones presidenciales en la primavera de 2017. El índice bursátil de referencia en el país, el Cac 40, cede un 5,1 por ciento en el año, mientras que con el bono soberano galo a una década se gana más de un 8 por ciento en 2016.
AlemaniaEl caso alemán es peculiar. Considerado activo refugio, el Bund, uno de los más estables, cotiza en negativo desde mediados de julio. Por ello, las ganancias que puede ofrecer son más que limitadas. Por el contrario, en un escenario adverso las caídas podrían alcanzar el 10 por ciento, de repuntar su rendimiento hasta máximos de junio de 2015, en el 0,98 por ciento.
PortugalEs el único país de los analizados en el que la ecuación rentabilidad/riesgo es favorable, siempre y cuando no se produzca un nuevo rescate. El papel luso a una década renta hoy cerca de un 3 por ciento. Si la coyuntura económica del país se complicase y este rendimiento se disparase hasta sus máximos recientes (el 4,1 por ciento del pasado febrero), el inversor que comprase hoy estos bonos perdería un 10 por ciento. Con el rendimiento en el 0 por ciento, escenario harto improbable, se ganaría un 29 por ciento.
Los 'lastres' para España: aún esperando al nuevo Gobierno
La incertidumbre en torno a la formación de un nuevo Gobierno en España y a la posibilidad de tener que acudir a unas terceras elecciones penalizan a la deuda soberana del país, pese a que los temores en torno a la posibilidad de un Gobierno de izquierdas han quedado disipados. "El escenario político tras las segundas elecciones ha dado una mayor seguridad a los inversores, aunque es todavía una cuestión pendiente de resolución", comenta Victoria Torre, responsable de producto de Self Bank.
El elevado peso de la banca en este mercado no juega a su favor. Las dudas en torno a la viabilidad del negocio de las entidades financieras en un contexto de tipos cero han lastrado a estas compañías. Los bancos españoles caen, de media, un 28 por ciento en el parqué este año.
Riesgos en Italia: la consulta de Renzi será clave
El próximo mes de noviembre, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, sabrá si los italianos respaldan o no su reforma constitucional que, entre otros aspectos, limita los poderes del Senado. El resultado de este referéndum es de vital importancia para el futuro de Renzi, que ha condicionado su permanencia no ya en el cargo, sino en la vida política, al triunfo de esta propuesta.
Las dudas en torno a las necesidades de capital de la banca italiana y la viabilidad de su negocio han lastrado en bolsa a las entidades transalpinas más que a las de ningún otro país europeo. De hecho, Banca Monte dei Paschi di Siena es la cotizada europea que más pierde en 2016, al dejarse más de un 80 por ciento, seguida de Banco Popolare y Ubi Banca. El Ftse Mib de Milán cede un 24 por ciento en 2016.
Francia, en alerta: terrorismo en el corazón del país
El país se ha convertido en blanco de los terroristas islámicos y ha vivido dos grandes atentados en menos de un año. El más reciente, el atropello masivo de Niza, el pasado 14 de julio, que se cobró la vida de 84 personas. Y en noviembre de 2015, diversos ataques, entre ellos el de la sala Bataclan, causaron la muerte de 130 personas. Todo ello después de que, en enero de 2015, se produjese la toma de rehenes en la revista satírica 'Charlie Hebdo', que se cobró 12 vidas.
En este contexto, los franceses se preparan para decidir su voto en las elecciones presidenciales de la primavera de 2017.
La prima de riesgo gala subió hasta los 43 puntos, máximos de septiembre de 2015, el 24 de junio, después de conocerse el 'sí' británico al 'Brexit'.
Comicios alemanes: dividida tras la ola de refugiados
La hasta hace unos meses popularísima canciller Angela Merkel afronta un creciente descontento en Alemania. Según la encuesta 'Deutschlandtrend' de agosto, dos de cada tres ciudadanos está poco o nada satisfecho con la gestión de la crisis de los refugiados. Un porcentaje que, además, está en continuo ascenso desde el pasado mes de octubre. Merkel, que era de las primeras, cae así hasta la sexta posición en la lista de políticos mejor valorados.
Las dudas sobre su figura proyectan su sombra sobre las próximas elecciones, que se celebrarán en septiembre de 2017. Según los sondeos actuales, la Unión Cristianodemócrata (CDU), partido al que pertenece la canciller, ganaría las elecciones pero obtendría solo un 34 por ciento de los votos, lejos del 41,5 por ciento de las generales de 2013.
La débil economía lusa: se juega perder el apoyo del BCE
Un lustro después de solicitar el rescate, Portugal lucha para que su economía por fin despegue. El país tiene su déficit público por encima de los objetivos marcados por Bruselas, su nivel de deuda sigue en niveles récord (129 por ciento del PIB) y su crecimiento económico es aún muy tenue, por lo que algunos ven riesgos de estancamiento.
La agencia de calificación DBRS, la única que mantiene el 'rating' luso en grado de inversión (con una nota de 'BBB', a un escalón del bono basura), insta al Gobierno tripartito de izquierdas a que apruebe nuevas medidas para reconducir el déficit, tal y como le reclama también Bruselas. Si DBRS rebajara la nota de Portugal en su próxima revisión, dejaría al país fuera del programa de compra de deuda soberana del Banco Central Europeo (BCE).