Bolsa, mercados y cotizaciones
En noviembre... el crudo alejará al 'monstruo' de la deflación
Las previsiones de los expertos para el precio del barril Brent apuntan a que el recurso energético empezará a generar inflación en noviembre: cotizará durante el último trimestre en 47,3 dólares, superando así los precios del mismo periodo del año anterior y contribuyendo al avance del IPC.
La lucha de los bancos centrales por generar inflación es uno de los asuntos más recurrentes en el mercado durante los últimos años. Los precios no terminan de subir e, incluso, como apuntó el Banco Central Europeo -BCE- en su última reunión, podríamos ver cómo el IPC entra en terreno negativo durante los próximos meses, antes de empezar a repuntar a final de año. La deflación -una caída estructural y continuada de los precios- es el monstruo que todos los reguladores quieren alejar. Nadie quiere ser Japón y tener que pelear por salir de una situación en la que los precios no paran de caer durante décadas. El descenso en los precios del petróleo que se ha visto durante los dos últimos años ha contribuido enormemente a que el IPC no consiga repuntar y mucho menos alcanzar el objetivo del 2 por ciento que mantiene establecido el BCE para su mandato. Sin embargo, el precio del crudo ha empezado a subir y las previsiones de los expertos encuestados por Bloomberg apuntan a que este mismo mes de noviembre ya estará generando inflación en la eurozona.
Desde que el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, marcase sus mínimos del año en los 27,8 dólares, el pasado 20 de enero, su precio ha avanzado más de un 74 por ciento, hasta el entorno de los 48 dólares en los que cotiza ahora. Esta rápida subida del crudo ayudará a que el IPC no profundice en sus caídas. Es más, si el recurso energético se mantiene en los precios actuales y continúa así hasta final de año, tal y como espera el consenso de mercado -los expertos encuestados por Bloomberg creen que el petróleo cotizará a una media de 47,3 dólares durante los últimos tres meses de 2016-, será en noviembre cuando empiece a generar inflación en la eurozona -el IPC mide el avance de los precios frente al mismo periodo del año anterior-. Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, coincide: "De continuar la senda de recuperación del petróleo, podemos pensar que en octubre o noviembre los indicadores de precios volverán a la senda positiva, desde los niveles negativos en los que se encuentran ahora". El experto destaca sobre el desarrollo de los precios en Europa que "hay dos deflaciones, la buena y la mala, y esta última todavía no ha llegado. Lo malo sería ver que el consumo se contrae, algo que de momento no ha ocurrido". En este caso, la buena deflación estaría relacionada con un petróleo barato, que ayuda a los países consumidores netos de oro negro.
Con todo, el BCE estima que la inflación se mantendrá en 2016 en el 0,1 por ciento de media, para crecer a un 1,3 por ciento en 2017 y un 1,6 por ciento el siguiente año.
Cuidado con lo que deseas...
Los reguladores monetarios europeos han puesto toda -o casi toda- la leña en el asador para intentar que los precios avancen en la región. El programa de compra de deuda soberana que empezó en marzo de 2015 -QE- va a ser complementado con las compras de deuda corporativa que anunció el BCE el pasado mes de marzo. Sin embargo, algunos expertos avisan del riesgo que todo esto puede generar. Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta4, avisa que "cuando aparezca la inflación podemos tener un problema grave. Puede aparecer de golpe y repuntar más allá de los niveles objetivos de los bancos centrales. Esto les llevaría a subir tipos, cercenando el consumo, la inversión y causando turbulencias en los mercados".
Joe Foster, gestor de carteras y especialista en metales preciosos de VanEck, destacaba a mediados de abril, sobre los esfuerzos para incrementar la inflación, que "esto empieza a parecer un ciclo en el que los bancos centrales se han mantenido demasiado acomodaticios durante demasiado tiempo. Quizá este ciclo sea diferente de los que generaron el pinchazo de la burbuja tecnológica y del crash de las subprimes: además de las habituales burbujas de activos que terminan por explotar, puede que estemos añadiendo un ciclo inflacionista en bienes y servicios. Hay un nombre para esto, distante, aunque familiar, en un contexto de pobre crecimiento económico: estanflación".