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Ampliaciones de capital: ¿Qué opciones tiene el inversor?

  • Las empresas optan por este método para conseguir efectivo, pero también...
  • ... para mejorar su estructura financiera o pagar dividendos con acciones

Cristina García

El mundo financiero está lleno de vocablos que a menudo acostumbra a escuchar y que no siempre se llegan a entender. Uno de ellos bien podría ser el de ampliación de capital. La última empresa española en acaparar titulares precisamente por protagonizar esta operación ha sido ArcelorMittal, pero en la historia más reciente otras como FCC o Realia también lo hicieron. Entender en qué consiste o qué motivos pueden llevar a una compañía a recurrir a ella es clave para todo inversor de a pie.

Las razones que encuentra una sociedad para ampliar capital pueden ser tres. Una, conseguir dinero para centrarse en nuevas inversiones. Dos, para tratar de mejorar su estructura financiera, ya sea amortizando deuda o para reestructurarla. Y tres, para poder pagar dividendos mediante acciones.

De manera que si uno de los títulos que posee en cartera opta por realizar esta operación, lo primero que debería esclarecer es cuál es el objetivo que busca con ella. Básicamente, porque no es lo mismo cuando la finalidad es reestructurar un elevado volumen de deuda, que da idea de cómo se encuentra la compañía, que cuando pretende emprender nuevas inversiones que permitan a su vez que ésta crezca.

Con independencia del propósito, la operación puede ponerse en práctica mediante tres fórmulas. Una, emitiendo nuevas acciones. Dos, incrementando el valor nominal de las que ya existen. Y tres, emitiendo nuevas acciones con cargo a los beneficios no distribuidos -es decir, a las reservas-, por lo que no supone ningún desembolso para el accionista y éste a su vez recibe nuevas acciones de la sociedad.

Una posibilidad: pagar el dividendo en acciones

Esta última modalidad de ampliación de capital, llamada liberada, es la que utilizan las empresas que reparten dividendo en papelitos en lugar de en efectivo. Solo en lo que va de año, algunas de las grandes del Ibex 35, como BBVA, CaixaBank, ACS, Iberdrola o Repsol han puesto ya nuevos títulos en circulación en los últimos meses con el objetivo de retribuir a sus accionistas, según consta en la CNMV.

A simple vista, esta práctica puede parecer inofensiva porque? ¿qué hay de malo en que una empresa me regale más acciones sin desembolsar ni un euro? Nada, pensarán muchos. Pero en realidad, sí que lo hay y es que el accionista diluye su participación en la empresa. Para entender el efecto de que una compañía amplíe su capital para pagar mediante scrip dividend basta con imaginar una tarta que ha comprado para repartir entre cinco invitados.

Contra todo pronóstico a última hora se han apuntado dos más, lo que significa que tendrá que repartir el pastel entre más comensales que antes y que, irremediablemente, tocarán a menos. Si aplica ese mismo ejemplo al incremento de acciones en circulación significa que le corresponderá menos beneficio por acción.

Otra: para captar dinero

Volviendo a la situación en la que una sociedad decide poner nuevas acciones en circulación sin cargo a reservas con la intención de captar dinero, es ella quien establece el precio de esos títulos. Puede fijarlo a la par, que significa que el precio decidido es igual al que tiene el título en mercado. O sobre la par -también se llama con prima de emisión-, es decir, más alto que el que tiene en el mercado.

A grandes rasgos, cuando la operación se pone en marcha sucede lo siguiente. La compañía establece una especie de calendario, en el que determina el día en el que empieza el periodo de suscripción de la ampliación y el que termina -también fija cuándo empiezan a cotizar las nuevas acciones-.

A partir del momento en el que arranca la acción y el derecho que corresponden por cada acción empiezan a cotizar por separado y las posibilidades para el inversor son distintas en función de si tiene títulos de la compañía o no.

Caso uno, supongamos que sí tiene acciones de la sociedad en cuestión. Como accionista le corresponden unos derechos, que dan acceso a comprar unas determinadas acciones. La proporción la decide la empresa. Es decir, esta puede establecer, por ejemplo, que por cada acción le corresponde un derecho. Y que cada derecho da acceso a comprar dos acciones nuevas a un determinado precio.

En ese momento toca echar cuentas. Porque puede darse el caso de que tenga la oportunidad de comprar esas nuevas acciones con un importante descuento respecto al precio que cotizan en el mercado. En ese caso estaría suscribiendo la ampliación. Pero también está la opción de no hacerlo, para ello valdría con vender los derechos que le corresponden en el mercado, como si fuese una acción normal.

Para los no accionistas las posibilidades también son dos. Como durante la ampliación el título cotiza por un lado y el derecho por otro, existe la posibilidad de comprar una acción normal o un derecho que da acceso a comprar nuevas acciones. Igual que si fuese accionista.