Bolsa, mercados y cotizaciones

Retorno absoluto, más a perder que a ganar

  • El uso de retorno absoluto resulta idóneo en las carteras discrecionales, por ser el profesional el que hace las asignaciones

Cristina García

Su filosofía no puede ser más 'golosa': ganar pase lo que pase en el mercado. Y aunque algunos (pocos) lo consiguen, lo malo es que se desaconsejan para el inversor particular.

Suena muy bien que un fondo se marque como objetivo lograr rentabilidades positivas pase lo que se pase en el mercado. Sobre todo cuando este cae y apenas quedan refugios. Esa filosofía atrajo grandes cantidades de dinero el año pasado hacia los fondos de retorno absoluto -fue la cuarta categoría con más suscripciones netas en España-, que son lo más parecido a un hedge fund que existe por seguir un estilo de inversión libre. La teoría es perfecta, pero ¿y la práctica? La práctica no lo es tanto, salvo excepciones... ¡Claro!

De los más de 500 fondos de este tipo a los que tiene acceso el inversor en España, sólo un 15 por ciento aguanta en positivo este año, según datos de Morningstar, y lo hace con una rentabilidad media del 2,54 por ciento. ¿Suficiente para determinar que se trata de un buen fondo? No, solo una primera pista. "Si no es capaz de ofrecer rentabilidades positivas por encima de los tipos a corto plazo en periodos de doce meses no merece la pena llamarse retorno absoluto", explica Fernando Luque, editor senior de Morningstar. Y lo cierto es que, continúa, desde 2008 existen pocos que consigan obtener rentabilidades positivas año tras año.

Tan pocos como que es imposible encontrar uno solo que cumpla esta última premisa. Sólo siete pasarían la prueba del algodón si se ignora que en algún ejercicio de los últimos ocho han sufrido pérdidas inferiores al 1 por ciento. Sin embargo, para los expertos, este tipo de fondos tienen sentido en un momento como el actual. Primero porque aportan solidez a la cartera. "Si se tienen activos con riesgo es importante tener una parte de la cartera con consistencia y estas estrategias ofrecen un colchón frente a unas caídas que son ya prácticamente generalizadas", explica Amílcar Barrios, responsable de gestión de carteras de Tressis. Y segundo, porque en mercados a la baja, como el actual, "los gestores de estos fondos cuentan con más herramientas para proteger una cartera que en los fondos tradicionales de renta variable y de renta fija, al poder adoptar posiciones cortas y recurrir a derivados", argumenta Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia.

No son los más recomendables para un particular

Su descorrelación con la dirección que sigue el mercado hace de los fondos de retorno absoluto una de las herramientas más útiles para diversificar las inversiones en un entorno en el que la bolsa se pierde y en el que la renta fija tampoco da grandes alegrías. No obstante, su uso intensivo de elementos sofisticados hace que no sean los más recomendables para un inversor de bajo patrimonio, sino más bien para uno institucional o al menos de patrimonio elevado, en opinión de Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March. "Resultan idóneos cuando se emplean en carteras discrecionales donde es el profesional financiero el que toma las decisiones a la hora de realizar asignaciones en distintas clases de activos y estrategias", arguye Sasha Evers, de BNY Mellon, porque la mayoría de estos fondos utiliza subyacentes complejos difíciles de entender. En opinión de Boudeguer, un particular debería fijarse antes en un perfilado o monetario antes que en un fondo de retorno absoluto, pudiéndolo complementar con algún bono que proporcione un rendimiento extra.

Y lo cierto es que aunque estas estrategias tienden a verse como un todo, existen muchos tipos. Puede que los más conocidos sean los long-short, es decir, aquellos en los que el gestor tiene libertad para posicionarse tanto a corto como a largo en función de si estima que la acción va a caer o subir. Es posible encontrarlos de renta variable, de crédito o incluso de deuda emergente. Pero existen más variedades, como los multiestrategia de renta fija, los que invierten en función de la macro o los que toman posiciones en futuros, por ejemplo.

Cómo asegurarse de elegir un buen fondo de retorno absoluto

En todos ellos, además de mirar la rentabilidad histórica para saber si ha sido capaz de preservar el capital o no en cualquier contexto de mercado, se deben tener otros aspectos en cuenta. Como que estén en euros. "Hay bastantes clases de fondos, denominados en otras divisas, que han conseguido buenos resultados simplemente a la evolución del tipo de cambio y no tanto por la estrategia implementada", apunta Fernando Luque, de Morningstar.

Pero debido a la complejidad de estos fondos, no basta con quedarse ahí cuando se elige uno. Antonio Salido, de Fidelity, recomienda valorar la pérdida máxima que han sufrido en un momento dado, para saber si llegado el caso estaría dispuesto a asumirla; también se aconseja conocer su volatilidad, que no debería superar el 2,5 por ciento en los perfiles más defensivos o incluso si se produce un cambio de gestor, ya que la habilidad de este es clave para que la estrategia tenga éxito.

También puede dar pistas conocer cuál es el valor de referencia en relación al cual se mire el fondo, como explica Sasha Evers, que suele ser efectivo y el objetivo de retorno, que habitualmente se expresa como un porcentaje anual sobre el efectivo. "También es importante analizar los instrumentos financieros y los derivados que puede utilizar el fondo y la liquidez de los activos/instrumentos financieros subyacentes", añade.

Y los fondos de retorno absoluto que sí funcionan son...

Teniendo esas pautas claras, de los siete fondos que en los últimos ocho años aguantan en positivo año tras año o al menos con pérdidas inferiores al 1 por ciento, el que consigue un rendimiento medio más atractivo en este periodo es Caixabank Gestión Conservador VAR 3, gestionado por Ahorro Corporación. Ha registrado pérdidas en dos ejercicios (2011 y este), pero acumula ganancias medias del 2,56 por ciento desde 2008. Es accesible a partir de los 3.000 euros. Le sigue Candriam Index Arbitrage Classique, ver gráfico, que además es uno de los pocos fondos que aguantan en positivo este año.