Bolsa, mercados y cotizaciones
Los robots llegan al mundo de la gestión
Ana Palomares
Se calcula que los activos de los 'robo advisor', asesores que gestionan carteras de manera automática, aumenten un 2.000% en 4 años. ¿Qué cambios de modelo traen para la industria?
Blade Runner fue la primera, o por lo menos la primera exitosa, de las muchas películas que han tratado la irrupción de los robots en el mundo. Planteó la gran pregunta: ¿pueden los robots sustituir a las personas? Desde entonces, el cine y la ciencia no se han cansado de plantear esta cuestión hasta el punto de que ya hay muchos estudios que califican como cuarta revolución industrial la implementación de robots en la vida cotidiana.
Al fin y al cabo, ya hay algunos que incluso hacen la comida o aspiran la casa por nosotros por lo que no es descartable que en un futuro no tan lejano, como el que se ve en la película Her, acaben por convertirse incluso en nuestros compañeros sentimentales.
El tradicional mundo de las finanzas tampoco se ha quedado al margen. Y de hecho, hay un nombre que aglutina la aplicación de la tecnología al mundo financiero. Lo llaman FinTech y, según explican desde el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), las empresas fintech no son otra cosa que ?compañías con base tecnológica cuya característica fundamental es que ofrecen servicios financieros alternativos y al margen de los bancos tradicionales?. En el mundo de la gestión de activos, que es el que analizamos siempre desde Inversión a Fondo, el máximo ejemplo de este tipo de compañías tecnológico-financieras está en lo que se ha llamado robo advisor. Este tipo de compañías son, según explica Albert Enguix, analista financiero de GVC Gaesco, ?asesores automáticos que pueden construir carteras mediante la inversión en ETF diversificados, ajustar carteras, reinvertir dividendos, compensar pérdidas fiscales e incluso invertir en mercados internacionales?. Aunque en Europa y en España estos modelos automatizados de asesoramiento están dando sus primeros pasos, en Estados Unidos ya se han hecho con un nombre y no con poco patrimonio. De hecho, según un informe de Myprivatebanking, en EEUU este tipo de robots financieros ya acumula un patrimonio bajo gestión de 15.800 millones de dólares. Una cifra que aumenta hasta los 20.100 millones si se incluyen también las compañías de este tipo que operan fuera de las fronteras estadounidenses. Pero lo que llama más la atención son las perspectivas que se manejan para esta variante de la industria: 450.000 millones de dólares a finales de 2020, es decir, en sólo 4 años, lo que supondría un crecimiento del ¡2.138 por ciento!
Pero, ¿en qué puede radicar la clave de su éxito? La palabra clave es comisiones. Esa es su gran ventaja añadida, ya que según los datos de uno de los mayores robots financieros, Weathfront, mientras que la comisión media que cobra un asesor es del 1,31 por ciento, la de los robo advisor es del 0,25 por ciento, lo que consigue optimizar la inversión. Pero también tienen un gran inconveniente: si no se elimina del todo, ya que en muchas de estas empresas la selección de carteras las hace una persona y no un robot, sí se limita mucho el factor humano en las inversiones. ?Con los algoritmos se consigue extrapolar el pasado, pero los gestores fundamentales lo que miran es el futuro?, apunta Rose Marié Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March. No en vano, el funcionamiento de un robo advisor, aunque con variaciones, consiste en crear carteras automatizadas para cada perfil de clientes en las que se suelen incluir fondos de gestión pasiva o indexados y ETF, con comisiones más baratas que los fondos tradicionales, lo que les permite ser tan competitivos en el tema de los costes.
Ante este nuevo modelo, no está de más preguntarse si la irrupción en el mercado de este tipo de robots puede suponer una amenaza para a) los distribuidores de servicios de gestión de patrimonios, ya sean entidades financieras o asesores tradicionales; y b) las gestoras activas de fondos de inversión.
El impacto en los primeros parece a priori más claro que el que tenga en los segundos. ?La introducción de los robo advisor no se puede considerar como algo disruptivo, sino que lo que va a conseguir es abaratar el asesoramiento. Es como lo que pasó cuando llegaron las aerolíneas low cost?, apunta Fernando Luque, editor de Morningstar. Rodrigo García de la Cruz, director del programa directivo de Innovación y Tecnología del IEB también defiende que la llegada de estos gestores automatizados más que suponer una amenaza para asesores o entidades tradicionales es una oportunidad: ?La democratización tecnológica llevará también a la democratización de la baca privada y el impacto será importante, sobre todo en los niveles de patrimonio más bajos. En los altos patrimonios será una ayuda para el banquero tradicional?, apunta.
Si no puedes con el enemigo...
Quizá por ello, no han sido pocas las grandes casas de gestión activa que han recurrido o bien a lanzar sus propios modelos de automatización de carteras o bien a participar en ellos entrando en su capital. Fidelity ha sido una de las pocas que ha probado ambos, ya que en un principio se alió con Betterment para ofrecer este servicio a sus clientes y a finales del año pasado lanzó su propio modelo con Fidelity Go, que además de incluir fondos de gestión pasiva y ETF también incluirá productos de gestión activa -al fin y al cabo ese es su negocio core-. La opción de las compras es a la que han recurrido otras grandes del sector como BlackRock, la mayor gestora activa de fondos del mundo, que compró la plataforma Future Advisor, Invesco que ha adquirido recientemente Jemstep, Aberdeen que se hizo con Parmenion Capital Partners o Schroders, que cuenta con una participación en Nutmeg. Incluso un banco español, BBVA, a través de la filial BBVA Compass ha llegado a un acuerdo con Future Advisor para ofrecer ese servicio a sus clientes.
Con ello la mayoría busca acercarse a ese futuro inversor que, a diferencia del actual, no pedirá a su gestora o banco la cercanía de la oficina, sino la comodidad a la hora de realizar operación a través de su IPad de turno o de su móvil y pagando el menor coste posible. ?Estos robots financieros quieren satisfacer las necesidades de una generación que ya está adaptando las nuevas tecnologías y considerando la inversión en activos no tradicionales?, explica en un informe BBVA. Esa generación tiene un nombre, los Millenials y, según calcula Nielsen, este heterogéneo grupo nacido entre 1977 y 1995 representa en EEUU 77 millones de personas, el 24 por ciento de la población, y se espera que en 2020 alcance el 36 por ciento superando así a los baby boomers. ?La gente lo que quiere es sencillez para operar y este tipo de opciones ofrece más valor añadido cuando su el patrimonio es inferior a los 30.000 euros?, afirma Antonio Salido, de Fidelity.
Pero también hay quien defiende que las introducción en el negocio de las gestoras de activos más tradicionales también obedece al poco valor añadido que se ve que están generando los fondos de gestión activa y de ahí que la mayoría de robo advisor no los incluyan a la hora de componer sus carteras.?Las gestoras se han dado cuenta de que la gestión tradicional puede que no sea el negocio del futuro y por eso optan por diversificar su negocio con estas plataformas?, apunta Martín Huete, consultor especializado en fintech. En este sentido un informe de SPIVA afirma que el 98 por ciento de los fondos de gestión activa de bolsa americana no han batido al S&P500 en los últimos diez años, mientras que en bolsa europea la cifra es el 87 por ciento.
Los pocos casos españoles
Pese a la extremada bancarización de la gestión patrimonial en España, se están viendo ya algunos ejemplos. FeelCapital fue el primero de ellos. Esta EAFI realiza un asesoramiento automático en función de una serie de algoritmos con los que crea carteras personalizadas para cada cliente integradas, no sólo por fondos de gestión pasiva, sino también de gestión activa; pero no ejecutan las posiciones, sino que se limitan a dar al inversor esa información y que sea él quien solicite la contratación de los fondos recomendados a su banco. ?En la actualidad tenemos 10.000 usuarios y 3.500 clientes de pago y el objetivo para 2016 es triplicar el número de usuarios?, apunta Antonio Banda, CEO de Feelcapital.
El segundo negocio de este tipo se lanzó hace sólo un par de meses. Se trata de Indexa Capital, un gestor automatizado que hace carteras discrecionales con comisiones que van desde el 0 al 0,45 por ciento anual para patrimonios de al menos 10.000 euros. En concreto, según explica Unai Ansejo, consejo delegado de la firma, ?la composición de la cartera no la hace un robot, sino yo con la supervisión de los asesores -entre los que se encuentra Manuel Conthe, ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores-; lo que es automático es la implementación?.
Además, en su servicio ofrecen rebalanceo de carteras de tal manera que de una manera automática cada vez que un cliente se desvía de su cartera modelo, el sistema lo ajusta. Su objetivo para este año es alcanzar los cinco millones de euros y, de momento, en apenas dos meses ya han conseguido dos. Estos son los únicos ejemplos en España, pero sólo por poco tiempo, ya que se esperan más lanzamientos de este tipo en cuanto llegue la primavera.