Bolsa, mercados y cotizaciones

Draghi tiene el plan más claro que Yellen


    Marta Estarellas

    El debate en el seno de los principales bancos centrales es muy intenso. El deterioro de los datos macroeconómicos que llegan desde Estados Unidos hace pensar a los analistas que la Fed retrasará la próxima subida de tipos hasta diciembre y será la única. Mientras, en Europa, los expertos esperan que Draghi active una segunda versión del ?QE? con más potencia y menos limitaciones

    Europa no despega, EEUU sigue mostrando signos de debilidad, el riesgo de la deflación permanece, la desaceleración de los emergentes, China, el precio de las materias primas ha caído en picado... Todo ello ha desembocado en el peor arranque del año de la historia. Por si esto fuera poco, ahora hay que sumar un nuevo cisne negro que amenaza con inyectar más dosis de volatilidad en las bolsas mundiales:la banca italiana y su efecto contagio sobre la periférica.

    Ocho años después de que Ben Bernanke pusiera en marcha el primer Quantitive Easing en Estados Unidos, el debate en el seno de los principales bancos centrales continúa, aunque la coyuntura macroeconómica y los grados de cohesión entre sus miembros son muy distintos. Así, Mario Draghi sigue alentado por los estímulos monetarios mientras Janet Yellen se cuestiona si pisar o levantar el pie del acelerador en el ritmo de normalización monetaria.

    Las cosas empezaron a complicarse el 16 de diciembre cuando el banco central estadounidense, decidió mantener su credibilidad y jugársela, subiendo los tipos de interés en 25 puntos básicos por primera vez en 10 años. ?Aunque la política monetaria sigue siendo bastante laxa, tan sólo fue necesario un cuartillo de punto para poner patas arriba la recuperación económica. Ahora comienzan a hacerse realidad muchos de los temores acumulados estos años y excesos que aún no hemos corregido?, comenta Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión.

    Una vuelta a la ortodoxia que llegó con tres meses de retraso ante la tormenta financiera mundial que desató China el pasado mes de agosto. En poco más de un mes, el S&P 500 ha caído un 7 por ciento y el precio del petróleo se ha desplomado cerca de un 10 por ciento.

    ¿Hay hoja de ruta?

    La Fed ha confirmado que el crecimiento de la economía americana se ha desacelerado y que la inversión empresarial se ha moderado. Malas noticias que han llevado al mercado a descartar nuevas subidas de tipos, como pronto hasta después de verano. "La apreciación del dólar desde principios de año y su efecto negativo sobre los resultados empresariales norteamericanos harán que la Fed quiera evitar cualquier riesgo de precipitación en el proceso de normalización de su política monetaria", explica Ortega. Y es que son mayoría los expertos que creen que el próximo movimiento se producirá en diciembre. Y los datos que vamos conociendo acentúan este pensamiento. El último, el PIB del cuarto trimestre de 2015, periodo en el que la economía americana creció un moderado 0,7 por ciento frente al 0,8 por ciento esperado por los expertos, lo que viene a confirmar que la recuperación económica pierde pulso. Esto reabre el debate sobre si la Fed se apresuró a subir tipos.

    Desde The Wall Street Journal creen que varias causas podrían obligar a la FED a recortar las tasas de nuevo: una crisis en mercados internacionales, una inflación persistentemente baja, alguna nueva burbuja financiera que golpee la economía, y la pérdida de impulso de un ciclo expansivo. Algo que ya hizo el Banco Central Europeo con Jean Cleaude Trichet al frente en el año 2011. Aunque los expertos consultados por este periódico ven más probable un QE 4 que una bajada de tipos. De vuelta a Europa, el pasado jueves, SuperDraghi, volvió a acuñar su todopodero conjuro: whatever it take mostrándose preparado para actuar en mayo ante las fuertes caídas vistas en las bolsas en el arranque de 2016. Es llamativo como se sucenden los acontecimientos en los mercados financieros y su codicia. Hace apenas siete semanas que el presidente del BCE amplió los estímulos. Fue a comienzos de diciembre y el menú incluía: rebaja de los tipos de la facilidad de depósito del -0,20 por ciento al -0,30 por ciento y ampliar el QE de septiembre de 2016 a marzo de 2017. Una batería de medidas que el mercado y los analistas juzgaron de tibias. "Nos estamos quedando sin balas y el ejército avanza", explica Ortega.

    Ahora todos se preguntan para cuando la siguiente ronda. Como pronto será en la cita de marzo, coincidiendo con la actualización de las previsiones macro. El mercado espera que Draghi vuelva a salir al rescate. Son muchas las voces que apuntan a que active incluso una segunda versión de su programa de estímulos, un QE2 con reglas distintas y menos limitaciones. Pero no hay que menospreciar los riesgos que conlleva la trampa de liquidez en la que está inmersa la eurozona y las burbujas que origina.