Bolsa, mercados y cotizaciones

La conexión árabe que ahonda en el 'crash' chino

  • ¿Hay motivo para pensar que la crisis bursátil se extienda a la economía real?

Joaquín Gómez

Catorce sesiones de mercado de enero. Ese podría ser el argumento de una película que contase el arranque de una crisis histórica de mercado, o de cómo se frustró el mayor ataque bajista bursátil de un comienzo de año.

A día 22 de enero el punto en el que nos hemos quedado es la Línea Maginot que separa un crash bursátil de un rebote. Los mercados se han quedado entre la delgada separación entre la capitulación o una reconstrucción. La pérdida de los soportes actuales -que son a los que nos llevó el derrumbe de verano de China en Wall Street- acentuaría el desplome desde máximos del año pasado del 30% para la bolsa española.

Frente al derrotismo, suma la recuperación previsible si se piensa que algunas compañías cotizan ya a precios de derribo, los multiplicadores de beneficios permiten encontrar precios baratos y los dividendos... ahora es cuando se hacen carteras que rentarán anualmente a doble dígito.

China es el cuento del lobo

La crónica de 14 sesiones de enero arrancó con un mal dato de PMI chino. ¡Otra vez volvía a escena China!, provocando la pérdida de soportes de Wall Street nuestra noche de Reyes. Los Magos traían carbón al mercado por cuanto se abría un escenario de caída del 15%, hasta los mínimos de la primera crisis china. Ecotrader, el portal de estrategias de elEconomista, tomó la decisión de reducir su exposición a bolsa hasta el mínimo del 20%. Preservar la liquidez es lo único que te permite volver al mercado, lo que empezamos a hacer ahora con temor por no tener la máquina del dinero infinito como otros.

La primera semana de enero se empezó a hablar como en agosto de una recesión mundial provocada por la desaceleración china, aunque identificada por el momento solo en economías emergentes. En el año en el que se cumplen 35 años del cambio económico de la China comunista a la de mercado se ha pinchando su burbuja de forma semiordenada.

Para evitar la hemorragia, la segunda economía mundial comienza a crecer replicando milimétricamente lo que espera el mercado -6,9%- y, lo que es más importante, cumple con el objetivo de virar de una economía industrial a una de consumo. Su sector terciario representa ya más de la mitad de su economía. En este ajuste en el que la devaluación de su divisa es una necesidad -para exportar más- y un problema -es un importador de todo tipo de materias primas que se encarecen con un yuan más débil-, China es el cuento del lobo... viene, viene, pero no acaba de llegar.

Al temor provocado por China se une la guerra entre EEUU y Arabia Saudí, esta última dedicada a hacer inviable el Shale oil (por debajo de 50 dólares el barril no son rentables estas extracciones), que ha llevado al crudo por debajo de los 30 dólares, lo lleva a 25... o lo que tenga que venir, tras volver al mercado la producción iraní.

¿Por qué la caída del precio del petróleo destroza a las bolsas cuando beneficia a la mayoría de países? Los inversores no temen la caída del precio del petróleo, barruntan que una crisis de mercados se puede convertir en una crisis de economía real. El ahorrador americano dejará de consumir si hay un deterioro constante de sus inversiones tanto en acciones como en bonos de compañías cuyos cupones dejen de pagarse.

¿Hay motivos para pensar que la crisis bursátil se extienda a la economía real? La clave puede estar en uno de los factores que hasta ahora ha pasado desapercibido: la salida de capitales de las bolsas occidentales propiedad de muchos países árabes, a través de infinitas sociedades, muy por delante de la evaporación de reservas chinas. El dinero que durante años han pagado las grandes economías al comprar petróleo a 100 dólares se transformaba en cientos de miles de millones invertidos en las bolsas occidentales. Y ahora regresa para arreglar los menores ingresos del petróleo.