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El éxito de España, la tragedia del euro: una década perdida es un mal presagio
- Si el alumno ejemplar sufre una crisis así, el futuro del euro es dudoso
elEconomista.es
El diario Financial Times analiza hoy el caso de España en el marco del euro. Sus conclusiones son preocupantes: en los últimos 15 años, el país difícilmente podría haber llevado una política económica más apropiada, y, sin embargo, su crisis ha sido de las más duras. Incluso ahora, cuando es el ejemplo a seguir, los datos muestran que la recuperación no es total. Y ello implica que el diseño del euro es un problema.
"A pesar de haber hecho básicamente todo bien, la pertenencia al euro ha dejado a España a merced de fuerzas mucho mayores de lo que incluso las instituciones más competentes y responsables podrían manejar", comienza el análisis de Matthew C. Klein.
La economía española, pese a los evidentes signos de mejoría, está lejos de parecer sana: el desempleo sigue siendo muy elevado y la producción se encuentra todavía un 6% por debajo de sus máximos. Y no parece que a corto plazo vaya a mejorar mucho, incluso si se mantuviera el alto ritmo actual de crecimiento y de creación de empleo actual, habría que esperar hasta 2019 para volver a los niveles previos a la crisis. Una década perdida a pesar de haber seguido como un alumno ejemplar, en muchos casos, los designios de Bruselas.
"¿Qué más podría haber hecho España?", se pregunta. La respuesta, tirando de historia, es poco. Y eso significa que el euro, y su futuro, quedan en entredicho si uno de los países que mejor ha seguido las directrices europeas tiene que pasar por una crisis de diez años para conseguir volver a la normalidad.
¿Cómo prevenir la crisis en el euro?
La explicación del origen de la crisis es la habitual. Con la llegada del euro, enormes flujos de capital llegaron al país, inflaron la burbuja inmobiliaria y de crédito y se socavó la productividad, haciendo que el déficit por cuenta corriente español se disparara hasta ser el segundo mayor del mundo en términos absolutos solo por detrás de EEUU.
Los gobiernos de entonces, según el FT, hicieron lo que la mayoría de economistas recomendaban: superávits fiscales que hicieron que la deuda pública cayera del 56% del PIB en 1998 al 26% en 2007 incluso a pesar de la fuerte inversión en infraestructuras. El Banco de España, por su parte, fue pionero en la introducción de provisiones anticíclicas, forzando a la banca a generar un colchón (que luego fue insuficiente). Un ejemplo de política macroprudencial que ahora se intenta imponer a nivel global.
A pesar de ello, todo fue insuficiente. En primer lugar, el hecho de no controlar la política monetaria, en manos del BCE, fue un problema. Pero en el contexto de la Eurozona, con Alemania débil y lidiando con su propia crisis tras el estallido de la burbuja tecnológica, parece poco plausible pensar en políticas monetarias distintas por parte del banco central.
"Es difícil imaginar que podrían haber hecho distinto las autoridades españoles durante el boom, a menos que estuvieran dispuestas a violar los tratados de la UE, algo que parece tan razonable como haber dejado el euro en 2005 o esperar que el BCE ajustara su política monetaria a la minoría de países que experimentaban un boom en lugar de adaptarla a una mayoría de países renqueante", continúa.
Sin devaluar, el camino más duro
Y llegó la crisis. La respuesta en un país normal hubiera sido dejar caer su moneda, incluso impagar parte de su deuda extranjera y establecer algunos controles de capital, al estilo de lo que hizo Islandia (modelo que con el tiempo se ha mostrado bastante aceptable). Pero España tomó un camino distinto, estando como está encorsetado por su pertenencia a la Eurozona.
Este camino fue "análogo a pintar una casa manteniendo quieta la brocha en un sitio y mover la casa alrededor de ella", explica el FT recordando las palabras del Banco de España. "Sorprendentemente, no acabó en un completo desastre. España es ahora la estrella, con el déficit primario cayendo, fuerte crecimiento, rápido incremento de la productividad y una mejora del superávit comercial. Empieza a parecer un desapalancamiento bonito", continúa.
Los costes laborales se han reducido un 13% respecto a Alemania desde 2009, reequilibrando la cuenta comercial. Las exportaciones se encuentran un 19% por encima de sus máximos precrisis, y las importaciones un 11% por debajo, y por una vez el turismo no es el principal catalizador: el 80% de este incremento proviene de las manufacturas y la agricultura, cuando antes eran el 68%.
También ha sido importante el esfuerzo financiero. La deuda del sector privado no financiero se disparó entre 1998 y 2007, y se mantuvo hasta 2010. Pero a partir de mediados de 2012, con la ayuda de la promesa de Mario Draghi, presidente del BCE, de hacer todo lo posible por salvar el euro, la caída de los intereses ha ayudado a reducirla. De hecho, desde máximos de 2008, ha caído un 22%.
Un éxito que genera dudas
Está claro que todavía queda camino, dado que la deuda pública se ha incrementado, pero el lado positivo es que se ha recortado mucho la necesidad de financiación exterior.
El FT también destaca entre los éxitos de España la reestructuración del sector privado. Así, las empresas más productivas y orientadas a la exportación han conseguido de hecho incrementar su inversión y aumentar su capacidad a pesar de las difíciles condiciones financieras, lo que las deja en una buena posición para seguir mejorando en esta post-crisis.
"En otras palabras, España parece haber hecho todo bien dentro de las limitaciones impuestas por la Eurozona y la Unión Europea", concluye el diario, y aún así necesitará una década para decir que ha superado la crisis. "No es un buen presagio para el futuro del euro".