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Guerra del petróleo: Irán quiere su cuota y genera un nuevo frente dentro de la OPEP
Justo en el momento en el que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) parecía que estaba ganando la guerra iniciada contra los productores estadounidenses de fracking, un nuevo frente se ha abierto en sus propias filas.
Este viernes 5 de junio se celebra la próxima cumbre de la organización, en la que se determinará el nivel de producción. Esta reunión tendrá lugar tan solo tres semanas antes del cumplimiento del plazo para llegar a un acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán.
De levantarse las sanciones, el gobierno de Teherán calcula que puede añadir, en un plazo de apenas seis meses, 1 millón de barriles diarios más a un mercado petrolero ya sobreabastecido.
Ese millón de barriles no estaba en las cuentas de la OPEP, que en su anterior reunión, celebrada en noviembre pasado, no lo tuvo en cuenta para apostar por mantener su cuota de mercado en lugar de recortar la producción para provocar una subida de los precios. Actualmente, la OPEP está produciendo más petróleo que nunca en los dos últimos años, con el objetivo de que otros países donde el coste de extracción es mayor, como EEUU, no sean competitivos.
Maniobras en la OPEP
El problema es que la vuelta de Irán al mercado incrementará la competencia en el mercado, algo que se notará tanto dentro de la OPEP como fuera. "Se están dando muchas maniobras para posicionarse dentro de la OPEP en este momento", explica Ole Hansen, responsable de estrategia de materias primas en Saxo Bank.
"Los saudíes están aumentando la producción y todos los demás que pueden hacerlo en la OPEP también. Si la OPEP no está dispuesta a reducir la producción para darle cabida a Irán, debe buscar reducciones de los productores fuera del grupo", añade.
Todos los analistas y expertos consultados por Bloomberg esperan que la organización mantenga su objetivo de producción de 30 millones de barriles diarios en la reunión de esta semana en Viena. Pero en realidad, la OPEP lleva bombeando una cantidad superior a la fijada en sus objetivos desde hace un año, una señal de su determinación de no ceder un solo barril de cuota de mercado a otros países.
Irán quiere su cuota
Irán, que llegó a ser el segundo mayor productos del grupo y que actualmente es el quinto, está totalmente decidido a "restablecer la cuota de mercado perdida", según aseguró el ministro del Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, el pasado 6 de mayo en Teherán. El ministro, además, añadió que la OPEP debería adaptarse a una mayor producción por parte de Irán.
Por el momento, la estrategia iniciada hace más o menos un año está dando resultados: el número de plataformas petroleras de perforación activas en los Estados Unidos ha caído un 60%; la producción de las formaciones de esquistos estadounidenses se redujo en mayo por primera vez desde febrero de 2011; y los productores recortaron sus planes de inversión en miles de millones de dólares.
Por el contrario, Arabia Saudí, el mayor productor de la OPEP y artífice de su estrategia, está desplegando el nivel más alto de plataformas en por lo menos dos décadas y operando con la capacidad de producción ociosa más baja en aproximadamente tres años.
A la espera del programa nuclear
Una mayor producción de Irán y de su vecino Irak podría incrementar la competencia dentro de la OPEP por los mercados asiáticos, donde la demanda crece más rápido, y pondría a prueba la unidad del grupo. Asimismo, pone en peligro el rally que vive el petróleo, que ha subido un 60% desde enero, cuando tocó mínimos de seis años.
Mientras, todo queda pendiente de las negociaciones nucleares sobre Irán. El país y seis potencias globales que incluyen a Estados Unidos, Rusia y China se proponen finalizar para el 30 de junio los términos y los detalles de un acuerdo que reduzca el programa nuclear de Irán a cambio de una flexibilización de las sanciones. Precisamente, la reanudación de las discusiones está prevista para esta semana en Viena, y aunque el acuerdo es posible, todavía quedan puntos por resolver.
Las potencias e Irán ya llegaron a un principio de acuerdo en abril, y de confirmarse ahora en junio lo más probable es que las sanciones se levanten gradualmente. Esto haría que el ?nuevo? petróleo iraní no afectara realmente al mercado hasta el año que viene, según las previsiones de Société Générale.
En el mejor de los casos para la OPEP, el impacto del petróleo iraní sería absorbido por un incremento de la demanda, según esta entidad. Es más, se podría ver como una nueva escalada en la estrategia, ya que expulsaría a más productores con mayores costes que Irán y la propia OPEP.
De fondo, hay otro problema: Yemen. Arabia Saudí, de mayoría suní, está enfrentada con Irán, de mayoría chíi por mantener la hegemonía en Oriente Medio, cuyo principal foco de tensión está situado ahora en Yemen. Irán apoya a los rebeldes a los que se opone Arabia Saudí. Además, Teherán apoya al gobierno de Irak, de mayoría chíi. "Los saudís probablemente no van a hacerle un hueco", explica Francisco Black, investigador jefe de materias primas en Bank of America. "No hay mucha amistad entre ambos".