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Google llegó a un acuerdo para comprar Tesla en 2013

  • Google estaba dispuesta a salir al rescate de la automovilística
  • Elon Musk llegó incluso a paralizar la fábrica de Tesla

Víctor Blanco Moro

Según se destaca desde Bloomberg, en la próxima biografía de Elon Musk se publicará un pasaje en el que se cuenta cómo la empresa automovilística estuvo a punto de ser comprada por Google en el arranque de 2013, cuando Tesla tuvo que afrontar serios problemas que casi la llevaron a la bancarrota. La empresa logró recomponerse, lo que finalmente cerró la puerta a la operación.

La biografía sobre Elon Musk cuya publicación está preparada para el próximo 19 de mayo -Tesla, SpaceX y la búsqueda de un futuro fantástico- cuenta con un pasaje en el que Google tiene un papel protagonista: estuvo a punto de comprar Tesla, cuando la automovilística atravesaba serios problemas.

Y es que, no todo fue un camino de rosas en la trayectoria de Tesla. Como se explica desde Bloomberg, en el arranque de 2013, la empresa estadounidense estaba encontrando muchas dificultades para alcanzar el objetivo de ventas e ingresos que había lanzado para el lanzamiento de su modelo S.

El automóvil era más que competente, pero no tenía algunas funciones que hoy se han incorporado y que en aquel entonces lo presentaban como un coche inferior en tecnología a otros: no contaba con el sensor de aparcamiento y el sistema de navegación por radar, dos características que ya en aquel momento eran un punto fuerte a favor de otras marcas de lujo como BMW y Mercedes.

El público objetivo de este nuevo automóvil demandaba lo último en tecnología para el modelo, teniendo en cuenta el elevado precio al que se comercializa -más de 100.000 dólares-. Esto pudo haber sido la causa que llevó a la compañía a fallar en su objetivo de ventas en los primeros meses en los que se comercializó el modelo S.

A mitad de 2012 el automóvil se lanzó al mercado, y en febrero de 2013 Telsa no alcanzaba el objetivo de ventas, y sus acciones no lograban atraer al mercado. El coche que hoy en día logra alcanzar los 100 kilómetros por hora en 6 segundos, y que tiene la autonomía más grande del mercado de los automóviles eléctricos, no cumplía las expectativas de los posibles compradores.

Según publica Bloomberg, en aquel momento los ejecutivos de la compañía habían escondido al exigente Elon Musk la seriedad del problema. Sin embargo, al darse cuenta de la situación, Musk convocó a empleados de todos los departamentos de la empresa, para dedicarles unas palabras que posiblemente salvaron el futuro de la compañía. El CEO explicó a sus empleados que debían llamar a todos los clientes que habían reservado con antelación el automóvil, para que cerrasen definitivamente la compra. "Si no entregamos estos coches, estamos jodidos. No me importa que trabajo estuvieseis desempeñando hasta ahora: vuestro nuevo trabajo consiste en vender automóviles".

Su siguiente paso fue despedir a los ejecutivos senior y colocó en su lugar a algunos empleados más jóvenes de la compañía, además de contratar a Jerome Guillen, hasta entonces ejecutivo de Daimler, para mejorar el servicio de reparación de la compañía. Además, ofreció a los compradores del modelo S un trato interesante: él personalmente devolvería el dinero a los compradores no satisfechos, que no lograsen revender el vehículo a un precio comparable al de otro modelo de lujo.

Google entra en escena

Sin embargo, Musk tenía en mente otro movimiento para evitar la debacle que se cernía sobre la multinacional. Según Bloomberg, en los primeros días de 2013, el CEO de Tesla contactó con Larry Page -CEO y fundador de Google-, para ofrecerle la empresa. La situación era tan negativa que, incluso, Musk había llegado a paralizar la fábrica de Tesla, debido a la oleada de cancelaciones de los pedidos.

La propuesta de Musk consistía en que Google comprase la totalidad de la empresa -por el precio de la compañía en aquel momento se especula que la cifra alcanzase los 6.000 millones de dólares- y además desembolsase 5.000 millones en capital para expandir las fábricas. Además, exigió garantías de que Google no se desprendería de la firma, al menos hasta haber creado una tercera generación de coches eléctricos, más baratos que el modelo S, orientados al público en general. Además, Musk pidió mantener el control de la empresa durante 8 años, o, al menos, hasta que este vehículo estuviese en el mercado. Larry Page aceptó la propuesta.

Tras este acuerdo, los abogados de Page y Musk se encargaron de las negociaciones posteriores. A pesar de estar de acuerdo en los términos generales, todavía quedaban algunos flecos por cortar sobre las peticiones financieras de Musk antes de firmar. Esto ralentizó las negociaciones y apartó a las diferentes partes.

Sin embargo, mientras esto tenía lugar, las ventas de Tesla empezaron a dispararse y la compañía comenzó a despertar en bolsa. Logró vender coches suficientes para presentar ingresos por valor de 562 millones y unos beneficios netos de 11 millones. Tesla pagó una deuda de 465 millones de dólares al Departamento de Energía estadounidense y rompió las negociaciones con Google. Hoy, la empresa cotiza en 205 dólares por acción, más de un 480% por encima del precio que mantenía al arrancar 2013.