Bolsa, mercados y cotizaciones
La renta fija es una ruleta donde el BCE es el crupier
Javier G. Jorrín
El año 2015 está siendo histórico para la renta fija europea. Nadie quiere quedarse fuera de unos activos que suben a ritmos superiores al 5% en apenas tres meses y todos contribuyen a empujar este rally.
El Banco Central Europeo es el crupier de esta ruleta que no deja de girar y en la que los inversores se pelean por comprar un derecho de cobro de la pelota que gira, sin preocuparse si saldrá rojo o el negro. Compran con la intención de venderlo a mejor precio, da igual cuál vaya a ser el resultado mientras la ruleta no frene.
Una valoración pausada permite percatarse de que, con la rentabilidad real que ofrece la deuda alemana frente a las expectativas de inflación, de punto y medio negativo, el riesgo de pérdidas es alto. En otras palabras, los inversores compran deuda pensando solo en el precio. ¿Qué pasará cuando empiece a caer? La pregunta del millón. Este momento llegará cuando se aproxime el final de las inyecciones del BCE, que debería llegar en septiembre de 2016, pero que podría anticiparse, porque reduzca las compras o porque adelante el final.
¿Qué pasará cuando la ruleta se pare? Hay quien argumenta que, igual que ocurrió en EEUU, el fin de las compras de bonos del BCE no provocará una venta fuerte del mercado. Esto es, la ruleta se frenará poco a poco y los inversores podrán vender con calma, de modo que las rentabilidades suban poco a poco. Pero este razonamiento tiene fisuras. En primer lugar, porque la Reserva Federal ha tenido un plazo largo de inflación baja que ha permitido a la entidad dejar los tipos de interés en cero después de acabar su QE. En Europa es posible que no ocurra, ya que cuando el BCE acabe las compras, tendrá que darse prisa en subir los tipos, ya que no tendrá una región a la que exportar su inflación. Tendrá que parar la ruleta en seco.
También hay otra diferencia fundamental: los inversores en EEUU no tenían unas rentabilidades reales tan negativas como hay en Europa. Estos activos con una rentabilidad real en el -1,5% quemarán en las manos de los inversores. ¿Quién asegura que no vendrá entonces una oleada de ventas?