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Las expectativas de inflación del BCE se ahogan en la depreciación del crudo

  • Enfría su previsión de precios sin contabilizar las últimas caídas del petróleo


La inflación se ha convertido en la compañera de viaje más incómoda del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. Después de salvar la mayor crisis de la historia del euro y el riesgo de un colapso financiero, al final, es el propio mandato de la entidad el que está en riesgo. La caída en vertical del petróleo ha dado la puntilla a los precios en la eurozona, que están en la zona de mínimos de cinco años y que amenazan con seguir ahí muchos meses más.

El BCE revisó el jueves sus previsiones de inflación y las recortó en todos los plazos, hasta tal punto que las antiguas expectativas de avance de precios para 2015 no llegarán a cumplirse ni en 2016. Para este año, los líderes de la entidad estiman que el IPC avanzará un 0,5%, una décima menos que lo adelantado y en 2015, un 0,7%, cuatro décimas menos. Ahí no se acaban los problemas. Estas previsiones de inflación se realizaron sin contabilizar las últimas caídas del petróleo (Draghi no especificó qué día se cerraron las estimaciones), lo que significa que el deterioro del IPC en los próximos meses podría ser todavía mayor.

Draghi no se cansó de repetir que vigilará los efectos del oro negro sobre las previsiones de inflación. Según sus cálculos, la caída del crudo (otra vez sin contabilizar los descensos de los últimos días) tendrán un impacto de -0,4 puntos porcentuales sobre el IPC de 2015 y de -0,1 puntos en 2016. Además, reconoció que la debilidad de la inflación también afectará al IPC subyacente, indicador que excluye la energía y los productos frescos.

El lenguaje del BCE

Las ruedas de prensa del BCE se han convertido en una búsqueda de matices, al más puro estilo Reserva Federal. Draghi ya había anunciado que, con los estímulos aprobados hasta la fecha, la entidad tenía la "expectativa" de que su balance volvería a superar los 3 billones de euros. En el discurso del jueves cambió esta palabra por "intención" ¿Qué significa esto, que es un objetivo? No.

Super Mario sonrió ante la pregunta del periodista y explicó que "es un punto intermedio entre tener una expectativa y un objetivo". Una situación que puede parecer irrelevante, pero que no lo es. Los líderes de la entidad discutieron este cambio de lenguaje, como si se tratase de una guerra de trincheras, ya que Alemania se niega a conceder que esta expectativa se convierta en un objetivo. Al final, el BCE cambió esta expresión "sin unanimidad".

Este hecho, aparentemente sin importancia, refleja la dificultad que tiene el BCE para conseguir el más mínimo avance. Cada paso se discute con fuerza y se encuentra con la oposición del bloque alemán. Draghi reconoció que tuvieron "una discusión muy rica", principalmente en la tradicional cena del miércoles. Los miembros del Bundesbank se ven acorralados ante el descenso de la inflación y su argumentario a favor de esperar para ver cómo funcionan los estímulos  ya adoptados va perdiendo fuerza. Draghi fue contundente: "No toleraremos un desvío de nuestro objetivo de mantener las expectativas de inflación cerca pero por debajo del 2 % durante mucho tiempo".

Super Mario también respondió a una pregunta sobre las demandas de Podemos a la entidad, y explicó que no sabe qué es lo que pide la formación. Además, advirtió que si algún partido pretende que el BCE financie a los Estados, tendrá que cambiar el tratado del BCE. "Nosotros no somos políticos, nosotros tenemos que cumplir con nuestro mandato".

El discurso de Super Mario estuvo cargado de indirectas al bloque alemán. Por primera vez hizo una defensa contundente de las bondades de un hipotético programa de compra de bonos soberanos: "Hay muchas evidencias de que ha sido efectivo en Estados Unidos y Reino Unido". Su mano derecha en la entidad, el vicepresidente Vítor Constancio, reconoció que el problema para el BCE es que no existen bonos de la eurozona.