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"Si el BCE quiere controlar la inflación y el euro, necesita más de 1 billón de euros"
Se acerca el transcendental mes de junio para la moneda única. El Banco Central Europeo prepara un paquete de medidas para frenar su apreciación y reanimar la inflación que podría cambiar el equilibrio del mercado. Si Draghi quiere frenar el tipo de cambio necesitará políticas monetarias contundentes.
El mercado de divisas se enfrenta a unos meses de cambio: mientras los bancos centrales más heterodoxos comienzan a valorar una normalización de su política monetaria, el Banco Central Europeo (BCE), estudia romper su línea más ortodoxa en junio. En este contexto de incertidumbre y baja volatilidad, Pedro Servet, director de Divisas de Citi en España, arroja algo de luz al Forex.
¿Espera algún cambio en la política monetaria del BCE en su reunión del 5 de junio?
Creemos que en junio el Banco Central Europeo bajará los tipos de interés. En la reunión de abril mostró de una manera más fuerte su preocupación por el nivel tan fuerte del euro y fue efectivo en desinflar la divisa. Por una parte, es difícil que el euro rompa los 1,40, porque hay una serie de posiciones enormes que los traders van a defender con bastante fuerza. Por otra parte, también es complicado frenar a la divisa en estos momentos por el volumen de flujos tan importante que hay hacia la eurozona, ya sean por el superávit de su balanza de pagos, como por el aumento de las compras de bonos periféricos.
Si el BCE quiere bajar el tipo de cambio, ¿qué medidas tiene en su mandato para lograrlo?
El mandato del BCE, y no se cansa de repetirlo su presidente, Mario Draghi, no es el tipo de cambio, es la estabilidad de precios: se trata de un banco central muy ortodoxo. Las herramientas que tiene pasan por una bajada de tipos, que es lo que esperamos que haga en junio, una rebaja pequeña que creemos que tendrá un impacto limitado en el euro.
Las otras medidas que puede tomar, si es que las toma (dependerá de los datos de inflación), se retrasarían a la última parte del año: una compra de bonos soberanos en el mercado secundario, compra de una cesta de deuda de pequeñas y medianas empresas -que sería algo muy positivo-, parar el programa de esterilización que tiene con el SMP (programa de compra de deuda soberana) y, como última opción, introducir un nuevo programa de préstamos a la banca (LTRO).
¿Cómo podría poner en marcha un programa de compra de bonos?
Creemos que es una decisión difícil para ellos todavía. Están de acuerdo en que la pueden tomar, pero es complicado ponerse de acuerdo en cuánto comprar, de qué país y qué tipo de bonos o de activos privados. Creemos que con la composición del BCE y su ortodoxia será algo difícil de ver.
Con las dos rondas de préstamos a la banca el BCE inyectó un billón de euros, ¿sería suficiente una ampliación de balance similar para debilitar al euro?
Un billón de euros sería una cantidad pequeña. Tendría que ser un montante bastante más grande para que puedan frenar al euro y animar la inflación. Además, hay muchos compradores de bonos en Europa, por lo que no tendría mucho sentido que la entidad comprase también estos activos.
Por otra parte, las expectativas de inflación a dos o tres años están sólo un poco por debajo del objetivo de la entidad del 2 por ciento, por lo que Draghi está intentando comprar algo de tiempo mientras que se empiecen a notar síntomas de recuperación en los periféricos. Sin embargo, si el euro se dispara hacia niveles de 1,45 podríamos estar hablando de un riesgo de deflación importante. Según nuestras estimaciones, un 10 por ciento de apreciación del euro reduce las exportaciones en un 5 por ciento y tendría un impacto en el PIB de la eurozona de un 1 por ciento, si el resto de componentes se mantienen sin cambios.
Europa, que es una región netamente exportadora, sufriría bastante ante una debilidad mayor de las divisas emergentes y es lo que podría forzar al BCE a actuar. Una salida rápida de la crisis de EEUU, en cuanto a crecimiento económico sólido y del mercado de trabajo, llevaría a la Reserva Federal a subir los tipos de interés, con lo que se generarían ventas en los países emergentes que tuviesen déficits por cuenta corriente y sus divisas se depreciarían.
El mercado de divisas está en una fase de una volatilidad muy baja, ¿a qué se debe?
Principalmente, a la dificultad de prever una acción clara de los bancos centrales, lo que está haciendo que haya una falta de tendencia clara en el mercado y a una baja volatilidad. La ambigüedad que hay en el mercado laboral estadounidense, si el tapering de la Fed se adelanta, las decisiones del Banco de Japón? estamos en un periodo de cambios en las políticas monetarias y estos periodos siempre son de bajos movimientos, aunque parezca algo paradójico.
En el euro/dólar mucha gente se ha equivocado porque pensaban que una subida de los tipos de interés de la renta fija en EEUU llevaría a una apreciación de la divisa y eso no es verdad y nosotros no nos hemos cansado de repetirlo. El diferencial de rentabilidades es un driver más que mueve el mercado, pero no es el único. Ahora influyen más, como los flujos que hay detrás del euro, que son quienes han llevado a la divisa a los niveles actuales y que lo van a mantener ahí, a no ser que el BCE actúe con contundencia.
¿Cómo se pueden conseguir rentabilidades positivas en este contexto?
En realidad es un poco frustrante ver una volatilidad tan baja. Los inversores y los hedge funds intentan buscar rentabilidad en un entorno de muy baja volatilidad, por lo que intentan buscarla en el carry trade (pedir un préstamo en una divisa y con esa liquidez, comprar otra moneda para apostar por el tipo de cambio). En el mundo del G-10 este tipo de inversión se da en las divisas más unidas a las materias primas, como la australiana o la noruega, frente a las divisas más fuertes y con una rentabilidad más baja.