Bolsa, mercados y cotizaciones
¡Sin cuenta jubilación! La realidad es que las pensiones bajan 7 puntos porcentuales
En dos años el porcentaje que cobra el jubilado español sobre su último salario ha caído al 73,9%. El ahorro privado para la jubilación supera ya al del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
Una de las mayores preocupaciones para los españoles es la pensión de jubilación. Y no es para menos. La crisis ha puesto en evidencia el grave problema para financiar el sistema de pensiones, lo que ha concienciado a los ciudadanos de la necesidad de complementar la futura pensión pública con el ahorro privado. Por eso, una de las reivindicaciones del mercado es crear una cuenta jubilación, a la medida de una navaja suiza multiusos, en la que se puedan incluir todo tipo de activos (depósitos, acciones, bonos...) y que el inversor cuente con la exención fiscal del trasvase entre ellos mientras no rescate su dinero hasta la retirada. Sin embargo, aunque Hacienda ha descartado, en el marco de la actual reforma fiscal, crear una cuenta jubilación, "tenemos la certeza de que habrá mejoras en la fiscalidad del ahorro a largo plazo, porque es algo que se quiere potenciar", afirma Mariano Rabadán, presidente de Inverco.
Menos cobertura pública
La necesidad de tomar medidas al respecto se hace más incipiente si tenemos en cuenta que la época en la que el importe de la pensión crecía para cubrir el coste de la vida (IPC) ha llegado a su fin. Los últimos datos de la OCDE reflejan una importante disminución del porcentaje que cobra el jubilado español sobre su último salario cotizado (esto es, la tasa de sustitución, que no tiene en cuenta el resto de vida laboral), del 81,2 al 73,9%. Siete puntos menos en tan sólo dos años, que es la frecuencia con la que publica este informe.
"Este cambio se ha producido en España como consecuencia de la ley de 2011 para retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años", explica Ángel Martínez-Aldama, director general de Inverco. Esto en un régimen como el español, donde la pensión de jubilación es absorbida íntegramente por el sistema público, da una razón más para utilizar otro sistema de ahorro privado, como los planes de pensiones, para garantizar una cantidad suficiente que permita vivir un retiro dorado.
Y parece que la idea ha empezado a calar en los inversores. Basta con ver la entrada de dinero que se ha producido en la industria en 2013. El patrimonio de los planes de pensiones privados (sin contar los planes de empresas) fue de 57.991 millones de euros el año pasado, una cantidad que supera a la del patrimonio del Fondo de Reserva de la Seguridad Social (53.744). Esto es, que el dinero que tienen los inversores en planes de pensiones privados es superior a la hucha de las pensiones estatal. Y la brecha podría seguir ampliándose, teniendo en cuenta que Inverco pronostica un aumento del patrimonio de los planes hasta los 60.000 millones de euros en 2014, lo que supondría una cifra cada vez mayor mientras el déficit público no esté controlado.
A esto han beneficiado tanto el cambio de normativa del Gobierno de dejar de indexar las pensiones públicas al IPC, como el borrador de Economía que pretende bajar la comisión de gestión máxima de estos productos hasta el 1,5%. Sin embargo, no resuelve en absoluto el problema de las pensiones. "El cliente de pensiones busca desgravación fiscal, seguridad y rentabilidad. En la medida que una bajada de comisiones suponga un incremento de rentabilidad será bienvenido, pero no creo que por sí solo reactive el mercado. Son necesarias más medidas", advierte Iñaki Olabarri, responsable de Seguros de Barclays Iberia.
La de España supone la tasa de sustitución más alta de los países de la OCDE cubierta exclusivamente por el sistema público, a excepción de Austria. Por eso, para lidiar con el problema del tardío envejecimiento de la población (España subirá del 10 a casi el 14% el gasto público en pensiones hasta 2060, según datos de la OCDE), muchos países de Europa han configurado sistemas de pensiones privados complementarios. Es aquí donde surge la teoría de los tres pilares: pensión pública, previsión social complementaria y ahorro privado. Así nacen las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) vascas, donde existen ventanas de liquidez para que el partícipe pueda disponer del patrimonio a los 10 años. Y es hacia donde quiere ir el mercado. "Particularmente, estoy en esta línea. Se hace bastante difícil incentivar el ahorro a largo plazo sin ventanas de liquidez. Hay que crear fórmulas para que el inversor sepa que hay supuestos no tan graves para recuperar parte de ese ahorro. Tendremos que ir hacia ese camino, pero estamos en contra de una liquidez que haga que el plan pierda la esencia de ahorro para la jubilación", acota Rabadán.