Bolsa, mercados y cotizaciones

El BCE mirará para otro lado ante la caída de la inflación



    Si el Banco Central Europeo (BCE) quería pasar de puntillas en su reunión de enero no ha podido tener peor suerte. En las últimas sesiones, la eurozona ha recopilado un conjunto de indicadores negativos que apuntan directamente a la debilidad de la economía de los países del euro.

    Los datos del sector exterior tiran de la industria, pero la debilidad de la demanda interna todavía deja algunos sustos como el recibido este miércoles: las ventas minoristas se contrajeron un 1% interanual en diciembre, mientras que los expertos encuestados por Bloomberg esperaban un avance del 1,5%.

    Una de las consecuencias de la debilidad de la demanda interna es la baja inflación en la eurozona, que en enero volvió a caer al mínimo del 0,7%, lo que vuelve a acercar los fantasmas de la deflación a la región. A pesar de todo, los expertos no esperan cambios en los tipos de interés, que seguirían en el mínimo histórico del 0,25%. Sólo un 7,5% de los analistas encuestados por Bloomberg espera una rebaja del precio oficial del dinero al 0,1%. Sin embargo, las pobres cifras de los últimos días provocan que cinco de las últimas seis revisiones que han realizado las casas de análisis apunten claramente a la reducción de tipos. Entre ellas firmas importantes como BNP Paribas, Barclays, Saxo Bank o Rabobank.

    El BCE también baraja otro tipo de medidas heterodoxas con las que podría sorprender al mercado. La última que se ha planteado es la posibilidad de abandonar la esterilización que hizo en su programa de compras de deuda pública, que realizó entre mediados de 2010 hasta principios de 2012, según recogió esta semana Bloomberg citando fuentes internas de la entidad.

    El BCE estaría negociando con el Bundesbank la posibilidad de inyectar al sistema en torno a 180.000 millones de euros, que fue el montante destinado a comprar bonos soberanos durante ese periodo.