Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Qué hago si tengo en cartera acciones de Iberdrola o Repsol ?



    Partiendo de que ambos pesos pesados presentan un fuerte castigo bursátil en el año, los analistas estiman que la eléctrica está mejor posicionada para recuperar el terreno perdido.

    Repsol e Iberdrola fueron las grandes damnificadas de una semana, la pasada, fatal para la bolsa española. Sólo entre el 16 y el 20 de abril la petrolera ha retrocedido un 14,6 por ciento, ha perdido casi un 11 por ciento de su valoración y ha sufrido un recorte de rating por parte de Standard & Poor's desde BBB hasta BBB- debido todo a la decisión del Gobierno argentino de expropiar el 51 por ciento de YPF tras declarar los hidrocarburos bien de interés nacional para el país. Además, el consenso de mercado decidió cambiar su recomendación de compra por otra de mantener.

    En este mismo periodo de tiempo, Iberdrola fue sometida también a un fuerte castigo bursátil derivado de la decisión de ACS, su principal accionista, de vender un 3,7 por ciento de su capital debido a que el fuerte retroceso que están experimentando las acciones de la eléctrica en el año -cotiza en precios de hace nueve años- le obligan a poner garantías adicionales para poder refinanciar la deuda contraida por la adquisición de la eléctrica. "Las participaciones que tienen las empresas entre sí está obligando a fuertes desinversiones, porque las pérdidas que se generan en una de las empresas, repercute en los resultados de la siguiente, lo que hace que esas participaciones entren en pérdidas y se busque su reducción y compensación a base de vender otros activos con plusvalías", explica Miguel Paz, de Unicorp, que añade que ahora "se está disparando la especulación con la siguiente ficha del dominó y en general se está llevando por delante a ese otro núcleo importante del Ibex 35 que no son los bancos".

    Paralelismos

    En cualquier caso, rumores y movimientos especulativos aparte, con la última decisión del consenso de mercado ya no queda ni una sola blue chip en el mercado español que cuente con una recomendación de compra por parte del consenso de mercado. Pero ello, en el caso de Repsol e Iberdrola, no significa necesariamente que el accionista que tenga títulos de una de las dos o de ambas deba salir corriendo a ponerlos a la venta, desde el punto de vista de los expertos. Aunque existan varios paralelismos entre ambas compañías, la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán queda mejor posicionada que la comandada por Antonio Brufau.

    El primer paralelismo entre ambas es que, con las acciones de la petrolera cotizando por debajo de 15 euros y las de la utility por debajo de 4, ya están descontando el escenario más negativo: la nacionalización de YPF por un lado y la reforma en el sector energético español en el otro. Jorge Cruz, de Toro Capital, estima que el valor por debajo de los 17,5 euros no sólo descuenta la expropiación de la argentina, también toda la parte de upstream internacional de Repsol. Desde Sabadell, el analista Jorge González fija en los 15 euros el suelo del valor. "Si cae por debajo de los mismos en cualquier momento, y teniendo en cuenta la reducción del tamaño del grupo, es una idea corporativa. Y como entidad integrada, es buena". En cuanto a Iberdrola, desde Elcano Sicav -que aprovechó la venta de ACS del paquete de acciones equivalentes al 3,7 por ciento para comprar- su consejero Marc Batlle estima que la gran ventaja de la eléctrica es que posee "activos cuyo valor es fácil de determinar, lo que te da un margen de seguridad enorme pese a las presiones regulatorias. Es una buena compra a partir de ahora, con rentabilidades para los próximos cinco años".

    El segundo punto en común es que la estabilidad de los títulos de ambas depende de que no desinviertan sus grandes accionistas para aliviar sus deudas, léanse los créditos de Sacyr y el grupo Petersen en el caso de Repsol, y el de ACS en el caso de Sacyr. "La complicada situación del Grupo Petersen no sorprende y recordamos que ya se planteaba el posible impago del crédito vinculado a su participación en YPF desde que el Gobierno argentino comenzó su presión para bloquear el dividendo de YPF", explican desde el Sabadell, y recuerdan que el grupo -que controla un 25,5 por ciento de la argentina-tiene pendiente para mayo la refinanciación de su deuda con los bancos, ocasión en la que se hará pública en qué estado está su situación financiera. De hecho, Repsol podría verse obligada a recomprar a los Eskenazi la parte expropiada por el Estado argentino, en virtud de un acuerdo alcanzado entre ambas partes en 2008. Respecto a Iberdrola, Battle destaca el riesgo de la presencia de un accionista que ha hecho una "compra muy apalancada", pues "si hay un vendedor grande las acciones caerán y los pequeños accionistas venderán, creándose un círculo vicioso donde la percepción supera a la realidad".

    Finalmente, el tercer punto en común entre ambos pesos pesados es que, a ojos de los expertos, ninguna de las dos es opable en estos momentos. "Un paquete de acciones (de Repsol) sí se podría comprar, pero no creo que se pueda realizar una OPA, porque se tendría que ofrecer al menos más de 26 euros por acción, y te compras el problema de YPF y de España, que no remonta", afirma Cruz. En cuanto a Iberdrola, desde Elcano Sicav destacan sus antecedentes: "Los compradores potenciales saben que no es un target fácil, porque el equipo gestor pelea mucho por la compañía y, al final, nadie se compra un 15 por ciento si no tiene intención de hacerse con la compañía".

    Iberdrola, en mejores condiciones

    La duda, entonces, está en cómo manejar los tiempos debido a la gran volatilidad que presentan ambos valores, en un contexto en el que, además, está creciendo velozmente entre los inversores la aversión por activos de bolsa españoles. En este punto es donde muestra Iberdrola ventajas competitivas, como ha reflejado Citi en su último informe sobre la compañía, en el que aconsejaba empezar a comprar sus títulos: "Incluso en nuestro escenario más bajista la capacidad generadora de caja de Iberdrola debería cubrir completamente sus inversiones sobre el capital (capex) y el pago de dividendos" y estiman que la eléctrica tiene liquidez suficiente para refinanciar sus compromisos financieros más allá de 2014.

    Asimismo, el banco de inversión resalta el descuento que presentan sus títulos: "Iberdrola está cotizando a un PER [veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción] estimado de 8,2 veces para 2013 y un EV/Ebitda de 6,9 veces respecto a sus competidoras europeas, que cotizan a 9,9 y 7,1 veces respectivamente". De acuerdo con la media de analistas, la compañía cotiza a un PER de 7,5 veces, con mejoras del 0,6 por ciento en su beneficio por acción (BPA). Al fijar su precio objetivo en 5,15 euros -Citi lo hace en 4,7 euros-, la media de bancos de inversión estima que tiene un potencial alcista superior al 43 por ciento a un año (el de Repsol, tras el recorte de valoración, es superior al 47 por ciento). "Incluso en los peores escenarios posibles, Iberdrola tiene un potencial importante", afirma González desde Sabadell, que otorga a los títulos de la compañía un precio objetivo de 5,1 euros. "Hay tiempo para comprar. Los niveles de ahora no son para salir corriendo, sino para empezar a mirarla con otros ojos", concluye.

    Las circunstancias son distintas para Repsol. En una semana ha pasado de ser la niña bonita de los analistas a un quebradero de cabeza (ver páginas 6 y 7). A falta de que el Tribunal argentino de Tasación fije un justiprecio para compensar a Repsol por YPF -y de momento el Gobierno de Fernández de Kirchner ya ha adelantado que considera excesiva la cifra aportada por la española-, la batalla ante los tribunales promete ser larga y un foco desestabilizador para el valor.

    Por otra parte, el recorte de rating de Moody's, más la advertencia de Standard & Poor's, reflejan la preocupación de las agencias de calificación crediticia por el nivel de endeudamiento que puede llegar a contraer Repsol debido a su política de inversiones para aumentar la cartera de upstream. Por el momento, ya se ha filtrado que la compañía podría canjear sus preferentes por bonos convertibles. Paralelamente, se están alzando voces que piden que recorte su dividendo para que no se dispare su pay out (parte del beneficio destinado a retribuir al accionista).

    Finalmente, la pérdida de YPF también hace perder atractivo a Repsol respecto a sus competidoras. "Tenemos acciones de otras petroleras que también están muy baratas, con reservas muy buenas, con activos muy buenos y un perfil de riesgo menor", remacha Marc Batlle.