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Fitch: Grecia es insolvente y no podrá cumplir con los vencimientos de marzo



    El responsable de ratings de Fitch, Edward Parker, ha afirmado que el Gobierno griego es insolvente y que entrará en default en un corto plazo de tiempo, en concreto, dos meses.

    Según ha manifestado, Atenas será incapaz de hacer frente a los vencimientos de deuda del próximo 20 de marzo y que ascienden a 14.500 millones de euros.

    En este sentido Parker ha añadido que a los ojos de Fitch, la quita que está negociando Grecia con los acreedores privados supone en la práctica un impago.

    La agencia lleva advirtiendo de esta interpretación desde hace meses. Ya en junio, aseguraron que cualquier paso en esta dirección supondría un recorte en el rating de la deuda soberana helena, que ya está situada en 'CCC', a sólo cuatro escalones de la situación de insolvencia. "Es claramente un default, independientemente de las vueltas que quieran darle", afirmó.

    Por eso, reiteró el analista de Fitch, "no será ninguna sorpresa cuando suceda el default y esperamos que pase, de una forma o de otra, relativamente pronto".

    En los mismos términos se pronunciaba ayer S&P, que en un informe expresaba sus dudas acerca de que las negociaciones con la banca vayan a llegar a buen puerto y señalaba el impago de Grecia como inminente.

    Visita de la troika

    Hoy aterriza en Atenas el equipo técnico de la troika para preparar el terreno a los jefes de la misión, que llegarán al país heleno este viernes. Una vez allí, los representantes del BCE, el FMI y la Unión Europea retomarán la inspección de las reformas aplicadas por el Gobierno de Lucas Papademos, necesarias para dar vía libre a más ayuda financiera.

    Mientras, continúan las negociaciones entre Ejecutivo y acreedores para pactar la refinanciación de la deuda. En las negociaciones mantenidas hasta ahora con los grandes bancos y fondos de inversión, Grecia no ha logrado acordar el interés, el vencimiento y la ley que regirá los bonos depreciados, que sustituirán a los actuales a través de un complejo proceso de canje conocido como Participación del Sector Privado (PSI, por sus siglas inglesas).

    La quita que se baraja asciende al 50%, que es la cantidad que Bruselas logró que aceptasen los bancos el pasado mes de octubre, aunque se ha especulado con que Atenas podría necesitar una rebaja incluso mayor.