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La prima de riesgo sigue a la baja: voto de confianza a la revisión del salvamento europeo
El diferencial entre el bono español y alemán se relaja en la apertura hasta los 247,6 puntos, frente a los 255 a los que cerró ayer, los 267 a los que cerró el lunes y lejos de los máximos de cierre de noviembre de 283 puntos.
La posibilidad de una reestructuración del fondo de rescate reduce los rendimientos de los países más endeudados, como España, mientras que eleva el de los países en mejor estado, como Alemania. De todas maneras, la clave podría venir de la subasta de bonos de Portugal.
En concreto, la rentabilidad del bono español a 10 años ace hasta 5,42%, mientras que la del alemán sube hasta el 2,94%. A pesar de ello, la rentabilidad del bono español sigue muy alta y cerca de los máximos de noviembre de 5,541%.
Confianza en la reforma del fondo del rescate
Tras varias jornadas de fuerte tensión, todas las novedades que se conocieron ayer en torno a la crisis de la deuda soberana europea generaron un halo de esperanza.
Comenzó Japón y su compromiso de comprar deuda europea; siguió la subasta de letras a seis meses, con buenos resultados; y continuó con el anuncio de que las autoridades europeas están dispuestas a revisar la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), el vehículo creado para asistir a los europaíses con problemas, para incrementar su capacidad financiadora.
Pese a todo, los inversores parecen dispuestos a escuchar. Tras varias jornadas de fuerte tensión, todas las novedades que se conocieron ayer en torno a la crisis de la deuda soberana europea generaron un halo de esperanza.
A todo ello reaccionó ya ayer el mercado otorgando el beneficio de la duda. O lo que es lo mismo, con compras que propiciaron el descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio de los títulos sube. También contribuyó la mano visible del Banco Central Europeo (BCE), puesto de nuevo hubo rumores acerca de que volviera a comprar deuda periférica en la jornada de ayer.
Este entorno se plasmó en los datos. Y esta vez, a diferencia de la sesión anterior, los beneficios se notaron en la deuda española. Llegaron, además, en el momento justo, puesto que por la mañana el rendimiento de los títulos a 10 años repuntó hasta el 4,62 por ciento, el más alto desde el año 2000.
El cambio de signo de la jornada propició que posteriormente se calmara hasta el 5,48 por ciento. Esta reacción permitió que la prima de riesgo de España, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se moderara de los 267 a los 256 puntos básicos -ó 2,56 puntos porcentuales-.
Otro beneficiado fue Portugal. El rendimiento de sus bonos se moderó al 6,9 por ciento, mientras que su prima de riesgo se situó otra vez por debajo de los 400 puntos básicos. Un buen síntoma ante la crucial emisión que ejecutará hoy el Tesoro luso. También se relajaron con fuerza los diferenciales de la deuda helena e irlandesa. La prima griega se moderó más de medio punto porcentual, hasta los 878 puntos básicos, en tanto que la de Irlanda cayó hasta los 566 puntos básicos.
La excepción belga
El país que no se salvó de la quema fue, precisamente, el último en sumarse de verdad a la fiesta de la crisis de la deuda. Se trata de Bélgica. La rentabilidad de los bonos a 10 años repuntó hasta el 4,27 por ciento y acumula ya una subida de 30 puntos básicos en lo que va de 2011. En cuanto a su prima de riesgo, escaló hasta los 138 puntos básicos, el nivel más alto desde el nacimiento del euro en 1999, para luego situarse en torno a los 135.
Otro coletazo de las dificultades se sintió en la emisión de deuda a corto plazo que ejecutó Italia. El Tesoro transalpino colocó 7.000 millones de euros en letras a doce meses en la primera subasta de 2011.
El coste, eso sí, subió del 2,01 por ciento de diciembre de 2010 al 2,06 por ciento, el más alto desde diciembre de 2008, según anunció la institución en un comunicado. Italia tiene otra cita con los mercados mañana, jornada en la que emitirá bonos con vencimiento en 2015 y 2026. Los lanzará en la misma jornada en la que el Tesoro Público español estrenará sus operaciones este año. Colocará títulos a cinco años, con los que pretende captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros.