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Jackson Hole tensa la deuda de EEUU que enfría el recorte de tipos de la Fed de septiembre

  • El bono de EEUU a diez años alcanza el 4,33%
  • La probabilidad de ver un ajuste de 25 puntos básicos en septiembre cae
  • El mercado espera el último discurso de Powell en el simposio de banqueros centrales
Jerome Powell, presidente de la Fed. Reuters

Sergio Fernández

Las ventas se impusieron en el mercado de deuda en la apertura del simposio de Jackson Hole. También lo hicieron en jornadas anteriores. Los bonos soberanos estadounidenses se crispan en agosto hasta alcanzar el 4,3% de rentabilidad vista en el mercado secundario para el caso de los títulos a diez años. Y es que el T-Note lleva todo el mes enfriando la posibilidad de que llegue un recorte de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en su reunión de septiembre.

Actualmente, los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps) siguen descontando que para el mes que viene los tipos de interés en Estados Unidos estarán 25 puntos básicos por debajo de la referencia actual. No obstante, la probabilidad de que esto ocurra no es tan alta como descontaban los swaps utilizados para medir la tensión de los mercados monetarios hace apenas tres semanas.

La prueba de que los inversores buscan más evidencias que permitan reforzar la creencia de que llegará un recorte de tipos en septiembre está en que la convicción unánime de un ajuste a la baja el mes que viene, ahora no alcanza el 70%, según las expectativas que recoge Bloomberg. La clave estará en el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, al final de Jackson Hole o ante cualquier intervención del responsable de la política monetaria de Estados Unidos en los próximos días.

Los gestores y analistas esperan un claro sesgo dovish al finalizar este encuentro de banqueros centrales. Desde Bank of America consideran que "el hecho de que el título del discurso mencione 'Perspectivas económicas' antes que 'Revisión del marco' ya indica que Powell quiere enviar un mensaje a los mercados sobre las perspectivas de la política monetaria. Los mercados están descontando una rebaja de casi 25 puntos básicos en septiembre, pero creemos que la decisión dependerá de la reacción de Powell en función del flujo de datos estanflacionarios que haya", comenta el analista de BofA, Alan Cohen.

No obstante, hay quienes esperan la lectura opuesta y que Powell acelere ahora sus recortes para recuperar todo este tiempo de pausa. Con el pretexto del impacto arancelario y de la evolución de los datos de empleo en Estados Unidos, la Reserva Federal mantiene los tipos de interés en el país en el 4,5% (parte alta del rango) desde diciembre del año pasado. En todo este tiempo el bono de EEUU a diez años estuvo casi en el 4,8% en enero pero también en el 3,92% en marzo. Es decir, el diferencial en lo que va de año alcanza los 90 puntos básicos sin que la Fed haya modificado su referencia en todo este tiempo.

Ahora, las apuestas oscilan entre un recorte de 25 puntos básicos para 2025, dos o hasta tres antes de cerrar el año que implicaría cerrar el ejercicio con la referencia en el 3,75%. "La presión sobre el presidente de la Fed está aumentando. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le está pidiendo que recorte los tipos, los mercados están descontando tres recortes antes de finales de año y la creación de empleo está disminuyendo de forma constante. Como resultado, esperamos que Powell prepare a los inversores para un nuevo ciclo de recortes de tipos a partir de septiembre. Llevamos varios meses pensando que la Fed tendría que recortar los tipos en 75 puntos básicos antes de finales de 2025", comenta el director de estrategias de mercados globales de Natixis IM, Mabrouk Chetouane.

El estratega de mercados en Federated Hermes, Phil Orlando, se atreve incluso a proyectar cómo será la política monetaria en Estados Unidos al cierre del 2026. "Prevemos que la Fed llevará a cabo seis recortes de cuarto de punto durante los próximos 18 meses", aventura el experto.

Estatismo en el corto plazo

Mientras el mercado espera el que será el último discurso de Jerome Powell como presidente de la Fed en el simposio de Jackson Hole, la deuda estadounidenses a más corto plazo se mantiene en los mismos niveles que en los que comenzó el año. De hecho, para todos los títulos del Tesoro de EEUU en circulación con vencimientos inferiores a los tres meses están incluso con rentabilidades superiores a lo registrado el primero de enero. Es a partir de los bonos a dos años donde se aprecia mayor recorte de rentabilidad (o incrementos de precio de esos bonos, puesto que se mueven en sentido contrario al retorno a vencimiento en el mercado secundario).

Si los títulos de deuda a dos años arrancaron el ejercicio en el 4,25% ahora se sitúan en el 3,8% (45 puntos básicos de caída). En el caso del T-Note el cambio es de 25 puntos básicos. Es decir, la diferencia actual entre el bono a dos años y el de diez está actualmente en los 55 puntos básicos.

Como ocurre en el caso de la renta fija europea, las mejores rentabilidades se extienden ahora hacia los plazos más largos. No obstante, la curva de deuda estadounidense no está igual de inclinada que la alemana precisamente porque los tipos de interés del BCE y los de la Fed no se han movido en los últimos meses en la misma dirección. Así, si el diferencial entre el bono teutón a diez años y el T-Note al mismo plazo comenzó el año en los 220 puntos básicos ahora se sitúa en los 157. El retorno a vencimiento es mayor al otro lado del Atlántico.

Sin embargo, el euro aventaja al dólar en un 12% desde que arrancó el año y eso juega en contra del inversor europeo que quiera comprar deuda estadounidense. Asimismo, el gestor de carteras en Invesco, Alessio de Longis, considera que los bonos del Tesoro de EEUU son más atractivos que los europeos y así lo serán a medida que avancen los recortes de tipos de la Fed y "se establezca el estado tradicional de refugio de la deuda del gobierno estadounidense".

Aun así, los expertos siguen encontrando atractivo en el mercado de deuda soberana estadounidense, que arroja rentabilidades superiores a las que da la renta variable estadounidense en base al PER (veces que el beneficio queda recogido en el precio de la acción) del S&P 500 previsto para el 2025. "Mientras que los mercados se enfrentan a posibles factores adversos, entre ellos, unos precios que descuentan un escenario perfecto, la renta fija vuelve a ser una clase de activo interesante para reducir el riesgo", recogen desde MFS Investment Management en una nota.