Bolsa, mercados y cotizaciones

El bono norteamericano se relaja tras haber tocado el 4,5% con el apetito de los inversores

  • El rendimiento se reduce al 4,47% al cierre de la sesión bursátil europea de este jueves

elEconomista.es
Madrid,

El rendimiento del 4,5% que llegó a tocar el bono norteamericano a diez años este jueves sirvió de imán de atracción para que los inversores volvieran a las compras. Pero cuando esto ocurre, la rentabilidad se vuelve a relajar, en este caso hasta el 4,47%, manteniéndose todavía por debajo del 4,79% que alcanzó a principios de enero.

Y es que tras el festín de los inversores en Wall Street en los últimos días, obnubilados por la posibilidad de un acuerdo más o menos estable entre Estados Unidos y China, propiciado por el reseteo mutuo de los aranceles a un nivel más aceptable, las dudas han vuelto a la bolsa norteamericana, que comenzó este jueves la sesión con ventas.

Todo lo contrario de lo que ocurrió con los bonos norteamericanos, a los que han vuelto a acudir los inversores confiados en que una inflación que se modera lentamente en su lectura interanual, pese a los primeros meses de guerra arancelaria, y unos datos poco positivos en las ventas del sector minorista y manufacturero de Estados Unidos, motiven a la Reserva Federal a aplicar recortes de tipos de interés este año, que el mercado apuesta ahora que serán dos al menos, a partir de septiembre.

De esta manera, los rendimientos de los bonos norteamericanos tendieron a la baja, con los títulos con vencimiento a diez años relajándose seis puntos básicos menos, colocándose en el nivel del 4,47%, al cierre de las bolsas europeas.

Este regreso de los inversores al activo libre de riesgo por antonomasia se produce al tiempo que el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió ayer, durante su intervención en la Conferencia de Investigación Thomas Laubach, en Washington, que el mundo podría estar entrando en una era de inflación más volátil, con "shocks de oferta más frecuentes y potencialmente más persistentes, un desafío difícil para la economía y los bancos centrales", aunque es poco probable que se vuelva a ver pronto una era en la que los tipos estén cercanos al cero de nuevo.

Pero los inversores han optado por la precaución a la espera de algún catalizador en los mercados. Y es que aunque el índice de precios al consumo norteamericano bajó una décima en abril, hasta el 2,3% interanual, la lectura intermensual mostró un repunte del 0,2%.

Compañías como Walmart, la mayor firma de distribución norteamericana, ya han anunciado que los aranceles, aunque están bajo una pausa de 90 días en los que únicamente se gravarán al 30% las importaciones chinas, terminarán afectando a los precios de sus productos.

De ahí que la euforia con que Wall Street recibió la noticia el pasado lunes se haya esfumado y hayan vuelto a comprar bonos, en un momento en que muchos analistas vaticinan que la disrupción de las cadenas de suministro terminarán pasando factura en algún momento a los precios.

Todo esto ocurre en un momento en que el Congreso norteamericano comienza a debatir los presupuestos presentados por el gobierno de Trump, que prevé recortar el gasto público un 23% al tiempo que pretende reducir impuestos, aunque de manera más tímida que en su primer mandato.