Bolsa, mercados y cotizaciones
Los salarios ya no son un problema inflacionista para el Banco Central Europeo
- El indicador de nóminas favorito del BCE deja de crear inflación en 2025
- El índice de salarios negociados permite a Lagarde seguir bajando tipos…
- …y encaja con una inflación en el 2% y aumento de productividad del 1%
Víctor Blanco Moro
Madrid,
La gran preocupación del Banco Central Europeo (BCE) a finales del año pasado ya no es tal. El incremento salarial, que amenazaba hace pocos meses con crear una espiral inflacionista de la que sería muy complicado salir, se ha moderado: si en febrero tocó mínimos no vistos desde antes de la última crisis inflacionista (2021), el último dato de previsiones para el resto del año que ha publicado el BCE confirma que ya se ha conseguido alcanzar la estabilidad de precios. El dato de salarios negociados se queda en una media del 3,1% para todo el año 2025, un porcentaje que encaja con el objetivo de inflación del BCE (2%) si se le suma el aumento previsto de la productividad en la zona euro, del 1%. Con el objetivo de inflación cumplido, según este indicador, el BCE tiene vía libre para seguir bajando tipos si quiere dar un impulso al crecimiento de la zona euro.
El 'wage tracker' del BCE es uno de los indicadores adelantados favoritos del banco central para analizar las presiones inflacionistas que pueden llegar por parte del mercado laboral. Se trata de un indicador que recoge los acuerdos a los que han llegado sindicatos y patronales, por lo que sirve para medir el incremento salarial que se producirá en los próximos meses, si se atiende sólo a ese indicador.
En febrero el índice dio una señal muy positiva para el BCE, ya que volvió a los niveles no vistos desde 2021, justo antes de que empezase la última crisis de inflación en la zona euro y Estados Unidos. Ahora, en la última actualización del dato que ha publicado el banco central, se confirma que los salarios ya no van a ser una fuente de aumento de inflación, ya que los acuerdos entre sindicatos y patronales han dejado el incremento salarial medio para la zona euro en el 3,1%, lo cual encaja con el objetivo de estabilidad de precios del BCE.
La cuestión de los salarios es clave para que el BCE consiga alcanzar su objetivo de inflación, y así lo reconoció Christine Lagarde a finales de 2023, cuando indicó que la mayor parte de las presiones inflacionistas en la eurozona ya eran, en aquel momento, generadas por las subidas de salarios, y no por otras cuestiones, como los altos precios de la energía. Por eso, que el indicador de salarios favorito del BCE haya vuelto a ser consistente con el objetivo de inflación del 2%, es tan importante ahora para el banco central.
"La información adelantada sugiere que las presiones salariales negociadas se suavizarán, en general, en 2025, de forma consistente con los datos publicados tras la reunión de política monetaria del mes de marzo", explica el BCE en la publicación del último índice de salarios negociados. El descenso en el crecimiento de los salarios negociados ya es consistente con el objetivo de inflación del 2%, como explica David Powell, economista del equipo de análisis de Bloomberg: "El aumento del 3% de los salarios encaja en general con la estabilidad de precios del banco central, teniendo en cuenta que el objetivo de inflación es del 2%, y que el crecimiento de la productividad a largo plazo en la zona euro es del entorno del 1%", señala Powell.
Permite al BCE bajar los tipos de interés
Sin la preocupación por que los aumentos salariales vuelvan a generar un aumento de la inflación, o incluso una espiral inflacionista de la que es muy complicado salir, el BCE tendrá vía libre en los próximos meses para continuar con el proceso de bajadas de tipos. Ahora el principal motor que mueve a las expectativas de inflación parece que son los aranceles que la administración Trump podría imponer a la zona euro.
Esto, sin embargo, no preocupa ahora a Lagarde: si bien es cierto que el consenso de analistas cree que los aranceles estadounidenses contribuirán a crear inflación en el gigante norteamericano, esto no parece tan claro que vaya a contagiarse a la zona euro, donde, a juicio de Christine Lagarde, "el impacto de los aranceles probablemente será más desinflacionista que inflacionista", ha declarado esta semana la presidenta del BCE.
De este modo, todo apunta a que el BCE tiene vía libre para continuar con el proceso de recortes de tipos en los próximos meses, en un momento en el que el mercado está comprando tres reducciones de 25 puntos básicos de aquí a que acabe el año. Este escenario encaja con la moderación de los salarios en la zona euro, y también con otra de las cuestiones más importantes para la inflación, los precios de la energía, en un año en el que el precio del barril de petróleo europeo, el Brent, ha caído más del 14%.