Bolsa, mercados y cotizaciones
Suecia es el espejo perfecto en el que mirarse al buscar el capitalismo popular
Joaquín Gómez
Madrid,
La mayor revolución en el mundo de la inversión nos va a llegar con la creación de la Cuenta Paneuropea, con la que Bruselas pretende trasvasar los diez billones de euros -que se calcula se encuentran en depósitos- hacia productos de inversión que sirvan para financiar en Europa los retos de la IA, de la defensa, de la autonomía estratégica y hasta el denostado cambio climático. Por el momento tenemos muchas más dudas que certezas, pero el espejo perfecto al que mirar es el modelo sueco mientras se resuelven incógnitas en los próximos meses.
El país de las auroras boreales es también el de mayor nivel de cultura financiera del mundo gracias a que durante el último medio siglo ha hecho de la educación al inversor su columna vertebral. En 1978 el gobierno sueco lanzó una cuenta de ahorro especial para animar a los ciudadanos a invertir en fondos de renta variable de empresas nacionales cotizadas en bolsa. Cada corona ahorrada en este tipo de fondos era deducible entre un 20%-30% del IRPF y los rendimientos recibidos de estos activos estaban exentos de impuestos durante cinco años. En un lustro, el número de cuentas de fondos de ahorro de renta variable creció de 75.000 a 520.000 y el valor de los activos materializados se multiplicó por diez.
El capitalismo popular ha provocado un acercamiento del particular a la bolsa por el que hoy Suecia es un modelo a imitar en el mundo entero por la manera en que ha logrado que el ahorro de su sociedad financie el crecimiento de sus empresas. En los últimos diez años, Suecia se ha apuntado 500 salidas a Bolsa, situándose en el segundo puesto de las OPVs por país, solo superado por el Reino Unido. En este decenio Suecia ha listado más empresas nuevas que Francia, Alemania, Países Bajos y España juntas.
La conversión definitiva de la sociedad sueca de ahorradores a inversores se produjo en 2012 al introducir el país una cuenta de ahorro con un enfoque más simplificado para administrar instrumentos financieros y tributar de forma sencilla y favorable si el ahorro se destina a la inversión. La mayoría de los bancos de Suecia ofrecen la cuenta ISK, el espejo que debemos mirar para la Cuenta Paneuropea, porque la afluencia de dinero a este instrumento ha superado con creces las expectativas del Gobierno.
Con una población adulta de 7,5 millones de personas ahora hay 3,8 millones de suecos con la ISK y un capital medio próximo a los 30.000 euros. El ahorro de la población sueca en su conjunto asciende al billón y medio de euros, pero con una distribución infinitamente más correcta que la del mercado español. Los depósitos representan el 14% del ahorro financiero de los suecos -33% en España-, mientras que los ahorros destinados a seguros y pensiones alcanzan el 37% frente al escaso 8% de los españoles.