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La gama de fondos con distinto riesgo para aprovechar la nueva oportunidad en renta fija

  • La ralentización de la bajada de tipos y el repunte de los bonos soberanos abre una ventana de oportunidad para el inversor conservador
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Ángel Alonso
Madrid,

Flexibilidad. Es la cualidad que van a tener que aplicar los inversores conservadores si quieren mantener o incrementar el rendimiento de su cartera de renta fija en los próximos meses. Después de que los bancos centrales aplicaran la mayor subida de tipos de interés de las últimas décadas para reducir la inflación, los inversores más defensivos volvieron a encontrar la oportunidad de colocar su dinero en los activos tradicionalmente más seguros, como los productos monetarios y los bonos gubernamentales, y lograr una revalorización entre el 4% y el 5%.

A medida que la inflación se ha ido conteniendo, los bancos centrales procedieron a rebajar el precio del dinero, aunque con distintas dinámicas a uno y otro lado del Atlántico. Mientras que el pobre crecimiento económico de Europa incentivaba al BCE a mostrarse más proclive con las reducciones de los tipos, en Estados Unidos la victoria del Partido Republicano en las pasadas elecciones de noviembre ha dejado a la FED con la disyuntiva de esperar el efecto de unas medidas económicas y fiscales claramente inflacionistas, como la rebaja de impuestos y la imposición de aranceles, en un contexto de resiliencia de la economía norteamericana que tampoco da motivos para pensar en una relajación monetaria más laxa por parte de la Reserva Federal.

El último dato de desempleo de Estados Unidos, que ha sorprendido con una caída de una décima hasta el 4,1%, ha sido la última prueba de que los inversores profesionales tienen pocas esperanzas en este sentido. De hecho, según el consenso de analistas que recoge Bloomberg, el mercado ya solo espera una rebaja de tipos este año, en octubre, de 25 puntos básicos. Y el rendimiento de los bonos, por consiguiente, recoge estas proyecciones, con el T-Note situándose cada vez más cerca del 5% de rentabilidad y el alemán a diez años alcanzando el 2,59%, teniendo en cuenta que la preocupación por el incremento del gasto público en las economías desarrolladas será una de las claves que presionen también al mercado.

"En Europa, el estancamiento político, el débil crecimiento de la productividad y la baja confianza del consumidor probablemente resulten en otro año de crecimiento anémico en la zona euro. Podría haber cierto alivio con nuevos recortes de tipos, ya que el BCE podría reducir sus tipos en torno al 1,75%, por debajo del tipo neutral, en los próximos trimestres. En Reino Unido, el crecimiento podría aumentar ligeramente en 2025, lo que permitiría al Banco de Inglaterra proceder con recortes de tipos a un ritmo moderado de uno por trimestre", señalan en Allianz Global Investors, firma que también resalta su preocupación por los recortes fiscales previstos en el segundo mandato de Donald Trump, aunque incentivarán el crecimiento de EEUU, separado del resto del mundo.

Los expertos de la gestora norteamericana MFS Investment Management lo denominan la Gran Bifurcación. "Países como Alemania, Francia y China enfrentan importantes obstáculos para el crecimiento en forma de incertidumbre política, riesgos de deflación y recesión manufacturera", exponen. Razones por las que, aunque "los temores inflacionarios han quedado prácticamente atrás, anticipamos que las perspectivas de crecimiento desempeñarán un papel más importante en las decisiones de formulación de políticas de los bancos centrales en el próximo período".

De hecho, Lale Akoner, analista de Mercados Globales de la plataforma eToro, señala que, aunque seguramente el BCE mantendrá su plan de rebajas de tipos en un momento en que la inflación en la zona del euro subió en diciembre hasta el 2,4%, le resultará más difícil mantener las presiones inflacionarias bajo control cuando la dinámica de crecimiento sea más débil en Europa. "El ritmo de futuros recortes probablemente será menor de lo previsto inicialmente, debido a la reciente fortaleza del dólar después de la victoria de Trump, el incremento de los precios de la energía y los aranceles que implementará la nueva Administración norteamericana", señala la experta.

Posicionamiento

Con este escenario tan impredecible, la flexibilidad se vuelve un requisito necesario para saber modular la duración de la cartera, es decir, la sensibilidad a los movimientos de los tipos de interés, y aprovechar las oportunidades que ofrecen los activos de renta fija, si se saben combinar adecuadamente. Las gestoras ya apostaban en sus proyecciones para este año por el crédito con grado de inversión, pero los inversores muy conservadores todavía pueden apurar el rendimiento de los fondos monetarios y de deuda gubernamental, aunque estos últimos todavía recojan las fuertes caídas del añ0 2022 en su rendimiento anualizado a tres años.

Michael Krautzberger, director global de inversiones de renta fija de Allianz Global Investors, explica que los inversores deben considerar una construcción activa de carteras en renta fija. "Las posiciones de duración absoluta deben equilibrarse con operaciones de valor relativo entre regiones, monedas y posiciones en la curva, en un contexto de mayor divergencia económica. Con la incertidumbre y la posible volatilidad de las divisas por delante, creemos que deberían posicionarse en el rango medio o inferior de los presupuestos de riesgo para tener margen de maniobra", subraya.

Los fondos de renta fija que pueden aplicar una estrategia más flexible o diversificada, según los criterios de Morningstar para su clasificación, son los mejor posicionados para sortear un contexto de volatilidad en el mercado dada su mayor versatilidad para adaptarse a diferentes entornos. De hecho, los fondos flexibles, que pueden variar la duración o la calidad crediticia de su cartera, cerraron el año pasado con una rentabilidad media del 5,18%, con productos españoles que la superaron ampliamente, como Mutuafondo Financiación FIL, Pareturn Mutuafondo Glbl Fixed Inc B EUR, B&H Renta Fija C, Caixabank Master RF Advised By, Merchbanc FCP Renta Fija Flex A o Arquia Banca RF Flexible A, con rendimientos que van del 10% del primero al 7,26% del último.

Dentro de los fondos diversificados de renta fija, que pueden invertir tanto en deuda pública como en renta fija corporativa, la media de rentabilidad del año pasado fue del 2,83%, aunque productos como Renta 4 Multigestión Qual. Cap. Sel., Mutuafondo Renta Fija Flexible D, Polar Renta Fija A o Trea Cajamar Renta Fija ganaron más del 5%.

Bonos con más riesgo

Si se quiere extraer algo más de rentabilidad a cambio de incorporar más riesgo a la cartera, se puede recurrir a los fondos que invierten exclusivamente en bonos de alta rentabilidad, más conocidos por el anglicismo high yield. La calidad crediticia de estas emisiones es inferior a la que tienen los bonos con grado de inversión o investment grade, razón por la que ofrecen una prima de revalorización. Y hay gestoras especializadas en fondos de este tipo con duraciones de corto plazo, para reducir la volatilidad. El año pasado lograron una rentabilidad media del 7,31%.

Pero si hay una categoría que ha dado alegrías a los inversores en renta fija es la de la deuda subordinada, dadas las emisiones con un cupón atractivo que han lanzado las entidades financieras en los últimos años. De hecho, es habitual encontrar este tipo de activos también en los fondos de renta fija flexible. La rentabilidad es mucho mayor que en otros productos, un 9,21% de media el año pasado, con algún fondo que se ha acercado incluso al 20%, pero hay que considerar que también se corre el riesgo de prelación en el pago de esta deuda en caso de quiebra de la entidad emisora de estos bonos.

Por último, también se encuentran los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación, en los que su rendimiento depende de la evolución de los tipos de interés. Durante el momento de la subida de tipos, su comportamiento fue lógicamente más eficiente que cuando los bancos centrales han comenzado a rebajarlos. En 2023, por ejemplo, llegaron a ofrecer una rentabilidad media del 4,80% pero el año pasado este rendimiento llegó a caer un ligero 0,30%. Pero también hay gestores especializados en este tipo de estrategias de corta duración.

Más allá de estas categorías, se encuentran también los fondos de deuda privada, que las firmas de inversión están impulsando y que ofrecen una rentabilidad mayor a cambio de la iliquidez por tener aparcado el dinero por un período que no suele ser inferior a los cinco años como mínimo. También hay fondos semilíquidos que combinan los dos tipos de activos.