Bolsa, mercados y cotizaciones
Europa se pertrecha con fondos soberanos como 'colchón' anticrisis
- Irlanda prepara el lanzamiento de un vehículo que se nutrirá de los impuestos a las 'big tech' norteamericanas
- Italia quiere lanzar un fondo de 1.000 millones para apoyar a su sector industrial
Ángel Alonso
Madrid,
Los fondos soberanos o sovereign wealth funds, por su terminología en inglés, se han convertido en uno de los principales brazos inversores del mercado financiero, hasta el punto de que, de los casi 26 billones de dólares que manejan los cien mayores inversores institucionales del mundo, casi el 37% está en manos de estos vehículos, surgidos al calor de la riqueza generada por materias primas como el gas o el petróleo, como es el caso de Noruega, del que se nutre su conocido fondo de pensiones, o el de varios países árabes, e incluso algunos estados norteamericanos como Texas.
Su alta capacidad inversora les permite estar presentes en el accionariado de numerosa empresas de todo el mundo, adquirir inmuebles en las mejores localizaciones y salir al rescate de firmas en situación de riesgo, como ocurrió en la crisis de 2008, hasta el punto de que los gobiernos han limitado su participación en el capital de compañías estratégicas. Al fin y al cabo, no dejan de ser el brazo inversor de los estados propietarios de dichos fondos, y muchos de ellos son de corte autoritario.
En un momento en que la deuda pública de numerosos países desarrollados se ha incrementado notablemente en los últimos años, especialmente tras el Covid para afrontar el enorme gasto social que supuso, y oteando una ralentización de la economía en el horizonte, países como Italia o Irlanda se han lanzado a la creación de sus propios fondos soberanos, y hasta la propia Unión Europa se ha planteado contar con su propio vehículo para financiar la transición energética y las infraestructuras que requiere.
En el caso de Italia, el gobierno de Giorgia Meloni ha aprobado un proyecto de ley para la creación de un fondo que prevé alcanzar los 1.000 millones de euros en los próximos dos años, y abierto a la participación del sector privado. Un volumen que parece ridículo si se compara con el patrimonio que manejan los grandes fondos soberanos, pero que quiere convertirse en la punta de lanza para proteger la cadena de valor de las firmas italianas, excepto aquellas del sector financiero. Adolfo Urso, ministro de Empresa y Made in Italy, un calificativo añadido al nombre de su departamento para recalcar la intención patriota de la iniciativa, ha señalado que este fondo se convertirá en "el canal a través del cual será posible proporcionar los medios necesarios para invertir en cadenas de suministro estratégicas" para Italia.
En realidad, es ir un paso más allá de contar con organismos similares a la Sepi española, que funcionan también en el país transalpino o Francia, donde ya Sarkozy en su momento fue partidario de crear un fondo soberano para facilitar la creación de empresas líderes.
En Irlanda, sede de las grandes firmas tecnológicas norteamericanas en Europa por sus bajos impuestos, la intención del gobierno es contar con un vehículo diversificado en cuanto a sus inversiones que permita financiar el gasto social en los años en que la bonanza presupuestaria se vaya agotando.
Pese a que se prevé contar con un superávit de 65.000 millones hasta 2025, gracias entre otros factores a los ingresos por el impuesto de Sociedades, la intención es que el futuro fondo soberano tenga la "capacidad de absorción de futuros impactos de la economía", según ha detallado Michael McGrath, ministro de finanzas de la isla. La idea es que alcance los 34.000 millones para el año 2030 y que puede superar los 140.000 millones dentro de 10 años si se considera la revalorización de los activos del fondo.
En Reino Unido, en el programa de los laboristas para las elecciones del año pasado, también figuraba la intención de contar con un fondo soberano, una medida que podría ir generalizándose según se dejen notar los efectos de la recesión.