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Cómo las stablecoins pueden poner en riesgo la economía real
elEconomista.es
Las criptomonedas ligadas a divisas fiduciarias (stablecoins) han logrado sobrevivir a la debacle que el sector sufrió en 2022. El hecho de que su valor esté respaldado con activos reales o por un algoritmo ha facilitado que enfrenten unos meses duros aumentando su cuota de mercado en el conjunto del mundo de las divisas digitales. Pero un colapso de estas puede causar más riesgo a la economía real que otras criptos no respaldadas, como el bitcoin o el ethereum.
Así lo advierte Eswar Prasad, un profesor de economía en la Universidad de Cornell, que apunta que los reguladores financieros están preocupados por la circunstancia que puede producirse si se produce un intento masivo de retirada de fondos de las stablecoins por pérdida de confianza en ellas: "Puedes tener una oleada de reembolsos, lo que significará que los emisores de stablecoins tendrán que canjear sus tenencias de valores del Tesoro", explica.
Es decir, si los inversores quieren cambiar su divisa digital por la divisa fiduciaria que respaldan (generalmente dólares o euros), las compañías que acuñan estas criptomonedas tendrán que vender apresuradamente los activos con los que las cubren, ya sean bonos del Tesoro o moneda fiduciaria. Esto, a su vez, puede traducirse en una alta volatilidad en el mercado de bonos o de divisas, respectivamente.
Este efecto sería especialmente perjudicial si se produjese en un mercado de bonos "muy frágil, como lo es el de Estados Unidos actualmente", porque podría generar un "efecto multiplicador" que condujese aún a más ventas de la deuda pública estadounidense, avisaba Prasad esta semana en declaraciones a CNBC.
La Reserva Federal advertía en un informe de mayo del pasado año de que la vulnerabilidad de estas divisas digitales "puede exacerbarse por la falta de transparencia con respecto al riesgo y la liquidez de los activos que respaldan las stablecoins". Planteaban entonces que una posible solución es el propio lanzamiento de una divisa digital del propio banco central.
El mundo de las stablecoins ha logrado salvarse de las caídas de 2022 en buena medida gracias a que funcionan como colateral para posiciones apalancadas. El margen cobrado por quien acepta estas monedas digitales como garantía suele superar el 20%, de forma que el prestamista tiene un fuerte incentivo para asumir el riesgo.
Pese a todo, quienes han confiado en las stablecoins no han estado exentos de algunos grandes sustos. Es el caso de TerraUSD, que en el pasado mes de mayo se derrumbó ante la falta de confianza de los inversores en el algoritmo que vinculaba la stablecoin a UST con su contrapartida Luna para mantener la paridad con el dólar.
Aunque siempre hay un recurso fácil para las casas de intercambio de criptomonedas. Como ya ocurrió en el caso de Terra o, posteriormente, con la reciente quiebra de FTX y su token, estos negocios limitan o paralizan por completo las operaciones de venta de las criptomonedas para que el mercado se calme y evitar que el desplome vaya a mayores. Sin embargo, la pérdida de confianza en estos activos digitales es difícilmente recuperable.
En la actualidad, el conjunto de stablecoins suponen algo más del 16% de la capitalización de mercado total de las criptomonedas, con 145.000 millones sobre los 880.000 millones que vale el sector a día de hoy. Las cifras están, sin embargo, muy lejos de los máximos marcados a finales de 2021, cuando el mercado de las criptos capitalizaba casi 3 billones de dólares. Además, el bitcoin ha ido perdiendo cuota de mercado y ya supone menos del 40% del total.
En la actualidad, tres de las 10 criptomonedas con mayor capitalización son stablecoins: Tether, en la tercera posición, con más de 66.000 millones; USD Coin, en la quinta plaza, con 44.000 millones; y Binance USD, con 16.000 millones.