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Pat Gelsinger tiene por misión que Intel y EEUU lideren en microchips

  • Se sentía una "voz disonante" en la compañía, que abandonó en 2009 para irse a EMC
Pat Gelsinger, CEO de Intel. Foto: Getty.

Xavier Martínez-Galiana

Cuando muchas personas están pensando en el momento de la jubilación al cumplir los 60 años, Pat Gelsinger está ante el reto más importante de su vida profesional. El nuevo patrón de Intel -asumió el cargo el año pasado- tiene la misión de revitalizar la compañía para la que empezó a trabajar con 18 años y devolverla a una posición de liderazgo en la fabricación de microchips.

La empresa norteamericana era sinónimo de alta tecnología e innovación en la década de los 90, cuando sus componentes electrónicos hacían funcionar los ordenadores más avanzados. "Pero Intel no consiguió colocar sus chips en los smartphones, que se convirtieron en el dispositivo preferido por la mayoría de la gente. Apple y Google, en cambio, se convirtieron en los emblemas multimillonarios de Silicon Valley", escribió en febrero el periodista Don Clark, en The New York Times.

"Su misión también tiene que ver con el lugar de Estados Unidos en el mundo. El Sr. Gelsinger quiere que Estados Unidos vuelva a desempeñar un papel de liderazgo en la producción de semiconductores, reduciendo la dependencia del país de los fabricantes de Asia y aliviando la escasez mundial de chips", recalcaba Clark. "Si tiene éxito, el impacto podría extenderse más allá de los ordenadores, a casi todos los dispositivos con un interruptor de encendido y apagado".

Gelsinger se ha marcado el objetivo de elevar la producción estadounidense de chips en el mundo al 30% desde el 12% actual, y para ello ha empezado a invertir con nuevas plantas manufactureras en Phoenix o en Ohio. Asimismo, se ha convertido en un aliado del presidente Joe Biden en su plan de subvenciones a las empresas que instalen fábricas de microchips en EEUU.

Hace unos días, el consejero delegado de Intel se reunió en Davos con el presidente español Pedro Sánchez, en el marco de la presentación del Perte Chip -uno de los proyectos estratégicos del Plan de Recuperación- y, según trascendió, hablaron sobre las inversiones de Intel junto al Gobierno en el Centro Nacional de Supercomputación situado en Barcelona para la puesta en marcha de un laboratorio de diseño de microchips.

Toda una vida en Intel

Pat Gelsinger nació en el campo, en una familia de Pensilvania que se dedicaba a la cría de vacas y cerdos y al cultivo de soja y sorgo. Su despegue llegó cuando a los 18 años obtuvo un associate degree (el equivalente a un ciclo de formación profesional) y se mudó a California para trabajar en Intel como técnico de control de calidad. Eso fue en 1979 y en 1983 ya se había licenciado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Santa Clara, grado al que siguió un máster en Ingeniería Eléctrica e Informática en Stanford.

En 1992, empezó a ocupar sus primeros puestos de responsabilidad en la empresa tras años dedicados al diseño de microprocesadores. Se convirtió en vicepresidente de Intel Products Group, director tecnológico y en 2005, en vicepresidente y director general de la Digital Enterprise Group, la división de transformación digital, con un papel importante de los centros de datos.

Sin embargo, en 2009, se marchó. El por qué lo conoce bien Don Clark, el reportero del Times que ha entrevistado a Gelsinger varias veces. Cuando en 2004 Andrew Grove abandonó el cargo de presidente del consejo de administración de Intel, un ejecutivo de la compañía llamado Paul Otellini fue nombrado consejero delegado.

Según contó Gelsinger, se sentía una "voz disonante" en la dirección de la compañía y Otellini le presionó para que se marchara. Así que, en 2009, aceptó una oferta para convertirse en presidente y director de operaciones de EMC, un fabricante de equipos de almacenamiento de datos. En 2012, se convirtió en CEO de VMware, una firma de software controlada por EMC.

"Durante esos años, Intel se equivocó. Durante décadas, la compañía había liderado la industria en la entrega de avances regulares de fábrica que empaquetan más potencia de procesamiento en los chips. Pero los retrasos en el perfeccionamiento de los nuevos procesos de producción permitieron a rivales como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company y Samsung Electronics acaparar el liderazgo en tecnología de fabricación entre 2015 y 2019", explicaba Clark.

Además, señalaba el periodista, Intel perdió la oportunidad de colocar sus chips en el primer iPhone porque Otellini lo desestimó, argumentando que el precio que Apple estaba dispuesto a pagar por los chips era demasiado bajo para obtener un beneficio.

Pat Gelsinger, un hombre de una profunda religiosidad, llegó al puesto que había soñado en un momento difícil, con una crisis de suministro de microchips desencadenada por la pandemia. Y en su misión de poner a Intel en la vanguardia de la industria, Gelsinger se reunió hace unos días con Lee Jae-yong, vicepresidente de Samsung Electronics, para explorar vías de cooperación en la producción de semiconductores. Una reunión auspiciada por Joe Biden, que ha pedido reforzar la alianza entre EEUU y Corea del Sur para garantizar la seguridad tecnológica de su país y depender menos de la fabricación china.