Bolsa, mercados y cotizaciones
Los fondos 'católicos' se abren paso en España ante la demanda de los creyentes
- Mutuafondo Impacto Social y Tressis Conciencia Ética son los últimos productos
Ángel Alonso
Madrid,
No se trata de tener fe en las inversiones, algo complicado en un momento de volatilidad en los mercados para un inversor temeroso, sino de que éstas se hagan según la doctrina de la fe. De la fe católica en este caso. Y es que cada vez hay más fundaciones e instituciones religiosas, al igual que numerosos inversores particulares, que buscan productos financieros en los que poder colocar su patrimonio sin tener que preocuparse de si son contrarios a los preceptos católicos, por un mero principio de coherencia con sus creencias.
No es un fenómeno exclusivo de la religión cristiana. Según datos de Bloomberg, existen alrededor de 625 fondos catalogados como responsables religiosamente, con un volumen patrimonial de 73.800 millones de dólares, de los que únicamente 27 aseguran seguir los principios de la fe católica, que manejan 10.737 millones de dólares. La gran mayoría, 509 fondos, se rigen por los preceptos islámicos. El resto combina creencias religiosas con otros criterios, como los de sostenibilidad, o son de otras religiones, como la judía o la hindú.
En España, un país de tradición eminentemente católica, este fenómeno se está popularizando hasta el punto de que en los últimos años han aparecido fondos asesorados o gestionados por firmas independientes que se rigen por la doctrina de la Iglesia de Roma. El último en aparecer ha sido Mutuafondo Impacto Social y el año pasado Tressis lanzó Conciencia Ética, que se unen a Azvalor Altum Faith Consistent Equity, GFED Aequitas, Santander Responsabilidad Solidario, Temperantia o Invesco MSCI Europe ESG Leaders Catholic Principles Ucits ETF.
El fondo de Mutuactivos está asesorado por la agencia de valores Portocolom, especializada también en economía verde. De hecho, este vehículo de renta variable internacional cuenta con la clasificación más alta de la directiva europea en sostenibilidad, al tener en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, al tiempo que filtra las compañías por su grado de adecuación a la doctrina social de la Iglesia Católica. Por su parte, AFI Inversiones Globales es la firma que asesora el fondo de Tressis, un producto mixto flexible global que también considera los criterios de inversión socialmente responsable a la hora de seleccionar los valores que componen la cartera, combinados igualmente con la moral cristiana.
El más antiguo es Santander Responsabilidad Solidario, que se rebautizó así en 2016, cuando se llamaba Responsabilidad Conservador, fondo que se creó en 2003. Cuenta con un comité ético integrado por la Fundación Pablo VI, Cáritas Española, Manos Unidas y la Conferencia Española de Religiosos. Es el mayor fondo de este tipo por volumen patrimonial, al contar con casi 450 millones de euros y tiene una estrategia más cauta aún, al estar catalogado como un producto mixto defensivo en euros, según Morningstar.
La Fundación Pablo VI se encarga de realizar el análisis de los valores proporcionados por la gestora, que utiliza un proveedor de información medioambiental, social y de gobierno corporativo. La peculiaridad de este fondo es que dona parte de su comisión de gestión, en función de distintos tramos de su volumen patrimonial: por la parte hasta 40 millones de euros, dona el 12%; por la parte que excede de los 40 millones y llega a los 100 millones, dona el 21%; y por la parte que excede de los cien millones, dona el 12% del 50% de esta parte y el 21% por la mitad restante.
Esta donación se reparte de la siguiente manera: una cantidad fija anual de 28.000 euros a la Fundación Pablo VI y otra cantidad fija anual a Cáritas Española y Manos Unidas, que se reparten equitativamente y se calcula sobre la cantidad a donar una vez excluido el dinero cedido a la fundación.
Una estructura algo compleja pero del que se han beneficiado diferentes ONG con 20 millones de euros en los últimos siete años, según datos de la gestora. Y es que otra de las características del fondo es que parte del dinero de las donaciones se destina a un concurso anual de proyectos de economía social.
El fondo de Azvalor hasta ahora no se relacionaba de manera tan evidente con la gestora fundada por Álvaro Guzmán y Fernando Bernad porque no figuraba en el encabezado de su nombre y tampoco aparece en la cartelería habitual de productos en su página web. Cuenta con casi cuatro años de vida y están asesorados por Altum Faithful Investing, una firma de asesoramiento independiente, creada por Carlos Barragán, que cuenta con una plataforma tecnológica de análisis de compañías según la moral católica.
Filtros de inversión
En Azvalor explican que la estrategia de la cartera es similar a la del resto de fondos, con la única diferencia de que una vez seleccionadas las empresas, cada una de ellas pasa por el filtro de Altum, con el objetivo de cumplir con los requerimientos de la doctrina social de la Iglesia, entre los que destacan los relacionados con la promoción de la dignidad humana, la familia y la vida humana y el cuidado y protección del medioambiente,
El fondo, que tiene algo menos de 20 millones de euros, se dirige a inversores "con una sensibilidad hacia el cumplimiento del magisterio de la Iglesia Católica en materia de inversiones. Y tiene desde instituciones hasta personas particulares que invierten a través de asesores e intermediarios financieros", subrayan en Azvalor.
No es el primer fondo de este tipo que asesora Barragán, ya que cuando trabajaba en Julius Baer el banco suizo lanzó en España el primer producto que basaba su estrategia en la doctrina católica, Temperantia, un fondo que todavía se comercializa.
"Incorporar criterios éticos no significa renunciar a rentabilidad. De hecho, según un estudio que hemos realizado, las empresas europeas que cumplen estos criterios consiguen más rentabilidad de media que las que no lo hacen, tanto a corto como a largo plazo. A cinco años, las primeras logran un 21,82% frente al 8,69% de las segundas, mientras que a tres años las primeras sacan un 24,71% frente al 11,64% de las segundas", explica el fundador de Altum, firma que también asesora a sus clientes respecto a la composición de sus carteras.
GFED Aequitas está gestionado por María Vázquez y tiene un perfil de inversión más defensivo, al ser un fondo mixto global de perfil moderado. Aunque el producto está inscrito en la oferta de la firma Quadriga AM, Vázquez fundó con otros socios una agencia de valores que también tiene como eje central el predicamento católico, a través de la cual se dedican a asesorar a entidades sin ánimo de lucro, relacionadas con el tercer sector, intentando aplicar el modelo de gestión de los endowments norteamericanos, más conocidos por ser el prototipo de las universidades de EEUU más prestigiosas.
El fondo, que cuenta con 34 millones de volumen patrimonial, tiene un 50% de la cartera en activos con baja volatilidad. Invierte un 10% en firmas inmobiliarias globales, un 13% en commodities, un 10% en compañías de infraestructuras y firma de energías renovables y hasta un 35% en activos reales.
La aparición de estos fondos coincide con un momento en el que fundaciones e instituciones religiosas demandan cada vez más un servicio de asesoramiento especializado no solo en inversiones sino en que éstas no pierdan de vista la moral católica, explica Ignacio García Blanco, responsable del área de Fundaciones de Diaphanum, en un momento en que ya no sirven los productos financieros tradicionales, como los depósitos, para obtener un rendimiento, teniendo en cuenta que se trata de organizaciones que aspiran a mantener el legado de sus proyectos a largo plazo.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que las órdenes religiosas suelen estar divididas por capítulos provinciales y cada uno puede ser autónomo a la hora de tomar sus decisiones de inversión. Y es muy importante el acompañamiento para que comprendan la necesidad de adoptar posiciones de mayor riesgo para obtener un rendimiento adecuado a largo plazo.
La gestión pasiva tiene su hueco
El interés que suscita la inversión según la moral de la Iglesia Católica está llevando a las firmas a buscar formas eficientes de invertir según los dictados de la fe cristiana. Aunque la gestión activa ha demostrado su valor en estos productos, como se puede comprobar este año con el fondo de Azvalor, existen fondos pasivos como el Invesco MSCI Europe ESG Leaders Catholic Principles Ucits ETF, creado en 2019, que permiten indexarse sin mayor preocupación. En el año pierde un 10,70% de rentabilidad pero a tres años ofrece un 14,38% acumulado. Firmas como Altum Faithful Investing están pendientes de aprobación por parte de la CNMV de un ETF que replicará un índice de valores europeos que cumplen con la doctina católica, lo que permitirá a los inversores acceder de una forma mucho más económica a fondos de este tipo.