Bolsa, mercados y cotizaciones

La bolsa no confía en los fabricantes de vehículos eléctricos en 2022

    El Lucid Air. Foto: Alamy.

    Javier Collado Sánchez

    El sector de los vehículos eléctricos no pasa por su mejor momento. La escasez de semiconductores y el auge de las materias primas están afectando a sus cuentas de resultados, así como a sus previsiones para los próximos meses, lo que está repercutiendo negativamente en sus cotizaciones en bolsa.

    Esta semana, la compañía Lucid ha presentado sus previsiones para lo que resta de año, donde ha recortado sus expectativas de producción en un 40%, hasta un rango de entre 12.000 y 14.000 vehículos, cuando inicialmente se habían estimado 20.000 vehículos. En una llamada con inversores, el consejero delegado, Peter Rawlinson, apuntó que los problemas se concentran más en materias primas como el cristal que en la carestía de semiconductores a nivel mundial.

    "Seguimos confiando en nuestra capacidad para capturar las tremendas oportunidades que tenemos por delante dado nuestro liderazgo tecnológico y la fuerte demanda de nuestros automóviles", señaló Rawlinson en un comunicado.

    La compañía se dejó un 13,77% el pasado martes tras el anuncio de los resultados el lunes, y en lo que va de año retrocede cerca de un 45% en bolsa. Su capitalización de 37.000 millones de dólares y su incursión en el Nasdaq 100 hace unos meses tiene mucho más que ver con las expectativas en el largo plazo que en la realidad actual, como ya ocurriese en su momento con Tesla.

    De hecho, Lucid solo ha sido capaz de entregar 125 vehículos en el último trimestre de 2021, aunque se hayan multiplicado sus reservas a futuro hasta las 25.000 unidades, aproximadamente el doble de lo que tienen previsto producir a lo largo de este 2022. Sus planes de futuro, sin embargo, pasan por emplear la capacidad de su fábrica de Arizona, que podría crear hasta 34.000 vehículos al año, y que ya está en expansión para alcanzar los 365.000 vehículos anuales. A ello se suma su reciente acuerdo para levantar otra factoría en Arabia Saudí que podría manufacturar hasta 150.000 vehículos al año.

    Rivian se deja la mitad de su valor

    Tampoco Rivian está a salvo. La compañía fundada en 2009 por Robert Scaringe retrocede un 54% en bolsa en lo que va de año, situando su capitalización actual en los 42.000 millones de dólares. Scaringe ha dejado de ser milmillonario por esta caída, según estimaciones de Forbes.

    De hecho, solo en la última semana la acción retrocedió un 25% tras recortes de su precio objetivo por parte de RBC y de Baird pasando de 165 a 116 dólares y de 150 a 100, respectivamente. Ambos alegan algunos problemas a corto plazo, como conseguir semiconductores en los próximos meses o la ola de ómicron que sufrió la compañía, así como el cierre de una planta en enero para hacer ajustes a las líneas de vehículos.

    Tampoco ha ayudado que la firma pidiese de forma inesperada que aquellos que habían hecho una reserva tuviesen que abonar entre 12.000 y 20.000 dólares extra para poder recibir el vehículo, justificándolo en el incremento del coste de los materiales. Ante el clamor de quejas, la empresa tuvo que dar marcha atrás y dejar el auge de precios solo para los nuevos clientes. 

    Aunque está previsto que Rivian presente los resultados del último trimestre del año el próximo 10 de marzo, analistas como el de RBC ya están recortando ampliamente sus expectativas de producción para este año, bajando de los 42.700 vehículos a apenas 24.800.

    Lordstown y Nikola, aún más expectativa que realidad

    En una situación similar se encuentra Lordstown Motors, quien ha anunciado que fabricará apenas 500 vehículos este año, y 3.000 en 2023. Las expectativas quedan muy por debajo de lo que prometieron a los inversores hace 15 meses, cuando salieron a bolsa a través de una SPAC (compañía de propósito especial de adquisición). Para entonces previeron la construcción de 2.000 pickups este año y 32.000 unidades en 2023. De hecho, el consejero delegado, Dan Ninivaggi, ha afirmado que aún no tienen todos los permisos de los organismos reguladores para vender sus camionetas eléctricas al público general.

    Aunque sus pérdidas netas del último trimestre de 2021 ascendieron a los 81 millones de dólares y la firma aún no ha puesto en marcha su cadena productiva, capitaliza más de 500 millones de dólares. Pese a ello, en lo que va de año pierde un 41% y más de un 90% desde sus máximos de los últimos 12 meses.

    El fabricante de camiones eléctricos Nikola espera entregar entre 300 y 500 camiones en este año, algo que no concede demasiado consuelo a unos inversores que han visto a la compañía envuelta en una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) por mentir a los inversores, algo por lo que han aceptado una multa de 125 millones de dólares.

    Con una capacidad de fabricación de 2.500 camiones actualmente, ha empezado la expansión de su planta de Arizona para que la capacidad sea mayor a los 20.000 camiones anuales. Además, ya pueden crear 2.000 unidades anuales en Alemania, una cifra que puede llegar a los 10.000 vehículos.

    Sin haber generado ingresos en todo el año 2021, cerró el ejercicio con unas pérdidas operativas de 162 millones de dólares. Pese a ello, su capitalización bursátil supera los 3.000 millones de dólares, aunque se deja cerca de un 90% desde sus máximos históricos de 2020 y más de un 35% en lo que va de año.

    No se salva ni Tesla

    Todos ellos palidecen si se les compara con el rey de la movilidad eléctrica, Tesla. A lo largo de 2021 produjo y entregó más de 930.000 coches, con más de 300.000 solo en el último trimestre del año. Su negocio automovilístico le permitió ingresar más de 16.000 millones en el último cuarto de 2021.

    En su informe trimestral, la compañía de Elon Musk también citó el problema de la cadena de suministros para justificar que no trabajará en nuevos modelos en este año, retrasando la fecha de producción de su esperado Cybertruck hasta 2023... por el momento. Su camión Semi permanece sin fecha de inicio de producción, así como la renovación del Tesla Roadster.

    Sus buenas cifras de entrega de vehículos y ser la primera automovilística del mundo por capitalización bursátil no la ha salvado de la debacle en las bolsas. La firma retrocede más de un 30% en lo que va de año, tres veces más que lo que pierde el S&P 500 y el doble que el Nasdaq Compuesto.