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Emergentes y 'high yield', de lo poco que puede salvar el año

  • Todavía se pueden encontrar rentabilidades a vencimiento atractivas

Víctor Blanco Moro
Madrid,

Como era de esperar, el año no ha empezado bien para la renta fija. Las pérdidas se acumulan en prácticamente todas las categorías de deuda, con los principales índices que recogen los bonos de cada tipo profundizando en los números rojos (ver página siguiente).

Con una inflación en el 7% en Estados Unidos, y en el 5% en Europa, el atractivo de un bono que ofrece un cupón por debajo de estos niveles se ha borrado por completo, ya que prometen pérdidas de poder adquisitivo para aquellos inversores que tengan bonos en cartera.

Los bancos centrales, además, están reaccionando a la subida de la inflación, y anticipan subidas de tipos, como está ocurriendo en Estados Unidos, además del adelgazamiento de su balances, que supondrá, en la primera economía del mundo, que el mayor comprador de deuda empiece a soltar lastre en los próximos meses.

Por eso, ahora se hace más importante que nunca tener muy en cuenta dónde se puede rascar todavía algo de rentabilidad en deuda, para aquellos inversores que prefieran mantener algo de exposición a bonos en su cartera. En este sentido, hay algunas categorías de deuda que se posicionan mejor que el resto en un contexto de alta inflación y retirada de los bancos centrales.

Hay que buscar en el 'high yield'

En general, los bonos que prefieren los expertos en este momento son aquellos en los que todavía se pueden encontrar rentabilidades a vencimiento relativamente atractivas. La deuda high yield, también conocidos como bonos basura, implica un mayor nivel de riesgo para las carteras, pero a cambio ofrece una mayor rentabilidad que pueden intentar aprovechar los inversores.

Sin embargo, se hace obligado andar con cuidado en este tipo de bonos, ya que el riesgo de impago es mayor que en aquellos títulos con mejor calificación (los que tienen grado de inversión). La crisis de deuda en China, especialmente centrada en el sector inmobiliario del país, es un buen recordatorio de que los inversores deben andar con pies de plomo si quieren invertir en este tipo de bonos.

"Somos conscientes de que las rentabilidades iniciales y los spreads de crédito son relativamente bajos"

"Creemos que la inflación va a suavizarse más adelante en 2022, teniendo en cuenta que las cadenas de suministro volverán a reconectarse, y que las fuerzas desinflacionistas, por la demografía y otros aspectos técnicos, volverán a aparecer. Esto debería limitar las subidas de tipos de interés", explican desde Janus Henderson.

Para la gestora estadounidense, "los bonos high yield históricamente lo hacen mejor que los que tienen grado de inversión en un contexto de alta inflación, y esperamos que esto continúe ocurriendo este año", destacan.

"Sin embargo", matizan, "somos conscientes de que las rentabilidades iniciales y los spreads de crédito son relativamente bajos", algo que les lleva a considerar "un área clave el diferenciar entre compañías que tienen la capacidad de trasladar los mayores costes, de aquellas que podrían sufrir erosiones en sus márgenes de beneficio", señalan. De ahí la importancia de ser selectivo.

Renta fija emergente y otros tipos

De forma similar a lo que ocurre con los bonos sin grado de inversión, el mayor riesgo que se percibe en los bonos emergentes se compensa con una mayor rentabilidad al vencimiento. Si los bonos basura ofrecen ahora un 5,54% de rentabilidad a vencimiento, según el índice de estos bonos que recopila Bloomberg, la categoría de bonos emergentes denominados en euros (para así evitar el riesgo divisa) ofrece un 4,74%, rentabilidades que, aunque todavía están por debajo de la tasas de inflación, son de las más elevadas que se pueden encontrar en este momento en el universo de renta fija.

"Hace un año, el sentimiento hacia la deuda de los mercados emergentes era demasiado alcista, pero ahora ha pasado a territorio bajista, lo cual podría ser una señal alcista por sí misma. Sus valoraciones han mejorado, sobre todo en bonos denominados en moneda local (tanto por la evolución de los tipos de cambio como, en menor medida, por la de la deuda soberana) y en ciertos emisores con mayor renta", explica Claudia Calich, gestora del fondo M&G (Lux) Emerging Markets Bond.

En el mismo sentido, "es probable que el entorno de mercado de 2022 plantee grandes exigencias a los inversores en renta fija, ya que, aunque los diferenciales no se amplíen y los tipos se mantengan tal como están, muchos activos de renta fija no tienen gran margen para repuntar", explican desde Vontobel.

En lo que va de año este tipo de bonos dejan un 1,63% de rentabilidad

"Sin embargo, algunos mercados de diferenciales, como las economías emergentes, son una excepción", señalan. "Si nos fijamos en las medias históricas a 5 años, los niveles actuales de los diferenciales de los bonos de alto rendimiento de los mercados emergentes, que se sitúan en 600 puntos básicos, implican un posible estrechamiento de 200 puntos básicos durante el próximo año, lo que podría proporcionar rendimientos considerables en el entorno de la parte baja del doble dígito", consideran.

Dentro de los emergentes, la deuda china está dando muy buenos resultados en los últimos meses, consiguiendo más de un 8% para los inversores el año pasado, aunque la mayor parte de este porcentaje se generó por la revalorización de la divisa del país.

En lo que va de año este tipo de bonos dejan un 1,63% de rentabilidad, una de las pocas categorías que se mantienen en números verdes desde el primer día del ejercicio. Las buenas rentabilidades que ofrece la deuda subordinada de bancos también la hacen atractiva para muchos gestores, mientras otros recomiendan fijarse en los bonos ligados a la inflación para proteger la cartera de los repuntes que se están produciendo en los precios.