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Lei Jun, el 'niño bonito' del partido en el Silicon Valley chino
- Ha logrado que EEUU retire a Xiaomi de la lista negra de empresas vinculadas al PC
Xavier Martínez-Galiana
París tiene el noveno arrondissement y Pekín, el distrito de Haidian: el barrio más tecnológico de la capital asiática (y uno de los más ricos), donde se ubica la gran incubadora de empresas emergentes de China -zona a la que se conoce como Zhongguancun-. Se fundó hace alrededor de tres décadas "con la misión de aprender de Silicon Valley y replicar Silicon Valley", escribe la periodista Meng Jing en el diario hongkonés South China Morning Post, y es un pilar fundamental en la estrategia china de convertir al país en una potencia tecnológica mundial tras años siendo la fábrica del mundo.
Haidian alberga unas cuarenta universidades y doscientos centros de investigación, así como cerca de 9.000 empresas tecnológicas: casi la mitad de los setenta unicornios de China -firmas emergentes con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares- están allí.
Y, además, en este distrito pequinés tienen su sede y centros de I+D+i compañías de la talla de Baidu, Lenovo, Sina Corp, JD.com, ByteDance -matriz de TikTok-, Didi Chuxing -el Uber chino- y Xiaomi, que en el último trimestre de 2020 se había convertido en el tercer mayor vendedor de teléfonos inteligentes del mundo, por detrás de Apple y Samsung, y por delante de un defenestrado Huawei.
Hablar de Xiaomi es hablar de Lei Jun (Xiantao, 1969), quien fundó el fabricante de teléfonos pasados ya los cuarenta. Le han comparado con Steve Jobs y hay quien ve un parecido muy razonable con los iPhone de Apple. Lei, sin embargo, esquiva las comparaciones. "Creo que el modelo de negocio de Xiaomi es muy diferente al suyo, aunque haya absorbido parte de su singularidad", declaraba el magnate tecnológico a South China Morning Post en 2018.
"Hemos creado este modelo de negocio al que denominamos tipping, el cual trata de vender nuestro hardware con un margen de beneficio cero o bajo, pero monetiza nuestros servicios complementarios", como es el caso del servicio en la nube Xiaomi Cloud, para guardar archivos y datos.
Su mantra es vender teléfonos a precios asequibles, pero con las mismas calidades técnicas que la competencia. En la mencionada entrevista con el diario asiático, Lei revelaba unos datos clave para comprender su negocio: "Hasta un 70% de las ventas de Xiaomi procedía de siete modelos de teléfonos inteligentes; 20% de los muchos dispositivos y electrodomésticos fabricados con socios, y aproximadamente un 10%, de los servicios de Internet".
Y es que, además de últimos lanzamientos, como los de los teléfonos Mi 11 Ultra o el Mi Note 11, la empresa china fabrica ventiladores, relojes despertadores, teteras eléctricas, humidificadores, básculas, taladros, planchas y hasta secadores de zapatos.
Lei Jun viene de familia de maestros. Estudió en la escuela media de Miangyang, en la provincia de Sichuan, y más tarde se graduó en Informática en la Universidad de Wuhan, donde aprobó todas las asignaturas en dos años. En 1992, entró a formar parte de Kingsoft, empresa de desarrollo de software, como ingeniero y se convirtió en consejero delegado de la misma seis años más tarde, periodo en el que pilotó la salida a bolsa de la firma, según recoge Wikipedia.
En el año 2004 hizo una pequeña fortuna al vender el sitio web de venta de libros Joyo.com a Amazon por 75 millones de dólares. Tras dejar Kingsoft en 2007, pasó sus días como padrino inversor de distintos proyectos, como UCWeb y YY, hasta que en 2010 fundó Xiaomi.
Lei Jun es delegado del Congreso Nacional del Pueblo, la asamblea legislativa de China, en la que ha participado de forma activa en los últimos seis años con hasta 18 propuestas, según la agencia estatal de noticias Xinhua.
Pero a diferencia de las multas impuestas por el Gobierno chino a Alibaba, Tencent, Didi o Baidu, la desautorización pública de Jack Ma (fundador de Alibaba y Ant Group), y las dimisiones, fortuitas o impuestas, del presidente de Pinduoduo y el consejero delegado de ByteDance, a diferencia de todos ellos, Lei parece contar con el favor del Partido Comunista de China, al haber conseguido meter tecnología y soft power (poder blando) chino en los bolsillos occidentales a través de sus teléfonos.
El patrimonio personal de Lei Jun está estimado en 25.000 millones de dólares, según el ranking China Hurun de 2020. Una cifra que se habría duplicado en solo un año en parte por el auge del 5G.
Entre las últimas conquistas diplomáticas de este magnate del socialismo con características chinas, está haber logrado que Estados Unidos retire a Xiaomi de la lista negra de empresas chinas con vínculos militares con el Partido Comunista, de lo que le acusaba el Gobierno de Donald Trump. De seguir en esa lista, los inversores estadounidenses no podrían poseer acciones de Xiaomi, y la compañía habría tenido que dejar de cotizar en índices internacionales. Lei usó el sistema judicial de EEUU para salir de esta lista, y un juez le dio la razón.