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El 23% del patrimonio de las gestoras internacionales en España está en fondos pasivos

  • En menos de seis años estevolumen ha crecido once puntos porcentuale
  • Esta cifra es más del doble de lo que acaparan los fondos pasivos globalmente
El 23% del patrimonio de las gestoras internacionales en España está en fondos pasivos. Imagen: Dreamstime

Ángel Alonso
Madrid,

La gestión pasiva ha dejado de ser una parte residual de las carteras para convertirse en un elemento central sobre el que se construyen ya gran parte de las estrategias de inversión. Y en España, aunque el inversor minorista tiene acceso a la compra de diversos fondos cotizados o indexados pero sin beneficiarse del peaje fiscal en el traspaso con otras instituciones de inversión colectiva, el apetito por este tipo de productos se ha incrementado considerablemente en los últimos años, hasta el punto de que los ETF y los fondos pegados a un índice representan ya un 23,4% del total de activos bajo gestión de las gestoras internacionales que comercializan sus fondos en España, del que un 20% se encuentra en manos de grandes firmas como BlackRock, Amundi, DWS, Invesco, UBS y Pictet.

Esta porción ha crecido más de ocho puntos porcentuales desde 2014, primer año en el que Inverco desglosa el patrimonio de las firmas extranjeras por tipo de activo. Y este crecimiento se ha producido al calor del auge de la gestión pasiva en todo el mundo. De los 47,1 billones de euros de volumen patrimonial que controlan los fondos a nivel global, casi el 10% pertenece a productos pasivos, un porcentaje que se dispara hasta el 13% en América, de los 25,5 billones que los fondos manejan en ese continente. EnEuropa, la proporción es mucho más reducida todavía, inferior al 5%, mientras que en Asia los ETF acaparan más del 8% de los 6,2 billones de activos bajo gestión que controlan los fondos en la región, según los datos de Efama.

En Estados Unidos los ETF han alcanzado tal preponderancia que superan en volumen patrimonial incluso a los propios fondos activos. Los primeros acumulan ya 4,6 billones de dólares, mientras que los segundos han visto descender su patrimonio hasta los 230.000 millones de dólares, según los datos de ICI, la asociación patronal del sector. Y el crecimiento no se para ni en los peores momentos de mercado, incluida la pandemia del Covid: en los últimos doce meses, los activos de los fondos cotizados crecieron casi un 11%.

La dificultad en batir a unos índices bursátiles, que en el caso del S&P 500 se encuentra rozando sus máximos históricos, y la reducción de costes que conlleva el diseño de estos productos explica este auge de la gestión pasiva en Estados Unidos. Las comisiones de gestión de los fondos tradicionales son difíciles de justificar cuando la rentabilidad no consigue superar la propia evolución de los mercados. Además, el desarrollo tecnológico ha simplificado la comercialización de los fondos pasivos, que ahora se encuentran más que nunca al alcance de todos los inversores, incluidas las plataformas de roboadvisors.

En Europa, el crecimiento de la gestión pasiva está siendo más gradual, aunque el cambio de estrategia comercial de grandes firmas norteamericanas como BlackRock ha empujado a la competencia a replantearse su modelo, incluidas grandes gestoras europeas como Amundi o DWS. El efecto arrastre que provocan los bajos costes de Vanguard, el totem de la gestión pasiva en todo el mundo, parece imparable, en un momento en que los bajos tipos de interés y la volatilidad de los mercados hace imposible esperar un rendimiento elevado de los fondos tradicionales de renta fija a largo plazo, sobre los que se asienta todavía gran parte de la industria europea.

La introducción de Mifid II, la directiva europea que regula la comercialización de productos financieros, también ha ayudado a que la gestión pasiva se extienda como subyacente de las carteras de gestión discrecional, el nuevo producto que están impulsando las entidades financieras entre sus clientes para obtener ingresos por comisiones recurrentes. Al ser fondos de bajo coste, el márgen de beneficio que les deja es mayor y la posibilidad de ofrecer más rentabilidad también es superior, cuando los mercados acompañan.

Conquistando España

Las gestoras internacionales que comercializan sus fondos en España están notando este apetito progresivo por la gestión pasiva. En poco más de una década, el patrimonio que manejan ha crecido exponencialmente, al pasar de los 30.000 millones de euros en activos bajo gestión que tenían en 2009 a los casi 200.000 millones de euros con que llegaron a junio de este año. Y en menos de seis años, el porcentaje que representan los fondos pasivos ha pasado del 11,8% en 2014, primer año en que Inverco desglosa el patrimonio de las gestoras internacionales por tipo de activo, al 23,4% con que cuentan en la actualidad. Casi un cuarto del volumen patrimonial.

BlackRock es la gestora que domina claramente el mercado español por cuota de fondos pasivos, con casi 21.000 millones de euros, cifra que representa el 60% de su volumen patrimonial en España. A continuación aparecen con cifras más modestas Amundi, con 6.655 millones (36% de su patrimonio), y DWS, con 5.352 millones (38%). Hay que tener en cuenta que 'roboadvisors' como Finizens o Indexa utilizan también en sus carteras fondos pasivos y que el inversor también puede acceder directamente a través de plataformas como las de Myinvestor, el banco digital de Andbank.