Bolsa, mercados y cotizaciones

La Fed extiende sus programas de crédito a empresas e individuos hasta finales de año


    José Luis de Haro
    Nueva York,

    Coincidiendo con el inicio de su reunión de dos días sobre política monetaria, la Reserva Federal anunció el martes que extenderá su menú de programas de préstamos a empresas y consumidores hasta finales de 2020.

    Varios de los programas introducidos desde finales de marzo por el banco central estadounidense, que incluyen desde créditos a las pequeñas empresas hasta la compra de bonos basura, tenían previsto vencer el próximo 30 de septiembre. No obstante, dadas las circunstancias, ahora se extenderán hasta el 31 de diciembre.

    Las medidas incluyen, entre otras, la compra de bonos empresariales tanto en el mercado primario como en el secundario así como el programa de préstamos para main street, es decir, los consumidores. La Línea de Liquidez Municipal y la Línea de Financiación de Papel Comercial, que inicialmente expiraban a finales de este año se extenderán hasta el próximo 17 de marzo de 2021.

    "Las facilidades de préstamos del Consejo de Gobierno han proporcionado un respaldo crítico, estabilizando y mejorando sustancialmente el funcionamiento del mercado y mejorando el flujo de crédito a los hogares, las empresas y los gobiernos estatales y locales", señaló la Fed en un comunicado, donde explicó que cada programa está amparado bajo la sección 13 (3) de la Ley de la Reserva Federal con la aprobación del Secretario del Tesoro.

    La extensión se produce a pesar de que la implementación de la mayoría de los programas ha sido bastante lenta. Cuando anunciaron las iniciativas a principios de abril, los funcionarios de la Fed dijeron que las instalaciones podrían proporcionar hasta 2,3 billones de dólares en financiación.

    Sin embargo, hasta la fecha, los préstamos totales ascienden tan solo hasta los 110.000 millones de dólares, según la información más reciente que la Fed ha ofrecido al Congreso.

    Desde el pasado 3 de marzo, cuando la Fed instigó su primer recorte de emergencia en los tipos de interés (50 puntos básicos), el banco central estadounidense se ha convertido en uno de los pilares para garantizar que la actual crisis económica no termina por contagiar al sistema financiero.

    De hecho, doce días más tarde volvió a actuar por sorpresa con una rebaja en el precio del dinero de 100 puntos básicos, que llevó las tasas federales a un rango del 0% y el 0,25%, niveles que instauró por primera vez en diciembre de 2008 y mantuvo durante siete años para combatir los efectos de la crisis financiera y posterior Gran Recesión.

    Al hilo de esta decisión, Powell y el resto de funcionarios del FOMC reanudaron explícitamente una nueva ronda de flexibilización cuantitativa (QE), es decir, la compra de bonos del Tesoro a largo plazo y activos respaldados por hipotecas cuyo objetivo es reducir las tasas a largo plazo.

    El programa inicialmente se comprometió a engullir 500.000 millones de dólares en treasuries y otros 200.000 millones de dólares en hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). No obstante, el 23 de marzo apostilló que estas compras se llevarían por cantidades ilimitadas "como fuera necesario".

    Tres días más tarde expandió su catálogo de tenencias activos respaldados por hipotecas de agencias federales y activos respaldados por hipotecas comerciales. El balance de la Fed engordó durante la crisis financiera desde los algo más de 700.000 millones de dólares hasta los 4,5 billones. Actualmente ya supera los 7 billones de dólares.

    La Fed también ha expandido su "ventana de descuento", que ofrece a las instituciones de depósito 90 días de financiación con tipos de solo 25 puntos básicos a cambio de un amplio rango de colateral. Paralelamente se ha convertido en el banco central del mundo al instaurar líneas de intercambio (swap) con otras instituciones para garantizar la liquidez en dólares.

    Más allá de este hecho ha establecido un Mecanismo de Recompra Temporal para las Autoridades Monetarias Extranjeras e Internacionales (conocido como la FIMA Repo Facility) que ayuda a respaldar el buen funcionamiento de los mercados.

    Pero Powell y su equipo han rescatado programas de la crisis financiera y creado otros nuevos que ponen incluso en entredicho su mandato que, bajo el permiso actual del Congreso, solo permite la compra de bonos del Tesoro y activos respaldados de hipotecas. En la "sopa de letras" anunciada desde el pasado 17 de marzo se incluyen el Fondo de Financiación de Papel Comercial (CPFF, por sus siglas en inglés) que respalda el este mercado a través de la compra de papel comercial.

    La Línea de Concesión de Crédito Primario (PDCF) funciona como una ventana de descuento que permite otorgando préstamos a 90 días contra una amplia gama de garantías. Por su parte, el Mecanismo de Liquidez en el Mercado Monetario (MMLF) absorbe los activos principales de los fondos monetarios.

    A estos planes hay que añadir la Facilidad de Crédito Corporativo del Mercado Primario (PMCCF) otorga préstamos directos o compra la emisión principal de deuda empresarial con grado de inversión. El Mecanismo de Crédito Corporativo del Mercado Secundario (SMCCF) hace lo mismo pero a través de distribuidores. Paralelamente, el Mecanismo de Préstamos de Valores Respaldados por Activos a Plazo (TALF) otorga préstamos a los bancos para comprar activos respaldados por créditos de consumo y cierta deuda hipotecaria comercial.

    Como colofón, el pasado 9 de abril, la Fed tomó medidas adicionales para proporcionar hasta 2,3 billones de dólares en préstamos para ayudar a los hogares y empleadores de todos los tamaños y reforzar la capacidad de los gobiernos estatales y locales para brindar servicios críticos durante la pandemia del coronavirus.